Internacional - Política

Los diputados de Macron están deprimidos 

2017-12-15

Entre quienes se lamentan por no tener un rol, se siente inútil y piensa en la renuncia, hay...


(ANSA) - PARIS, 15 DIC - Cien integrantes del partido de gobierno, La République En Marche! (LREM), están deprimidos y desmotivados ya que se sienten "inútiles" y muchos extrañan sus antiguas profesiones. Van de la pasividad a la resignación, frente al infatigable y centralista presidente del país, Emmanuel Macron, apodado "Júpiter".

Entre quienes se lamentan por no tener un rol, se siente inútil y piensa en la renuncia, hay incluso una parlamentaria que, como gerente, ganaba 8,000 euros al mes y como diputada solo 5.372.

Pero no es la única integrante de En Marche! que está pensando en abandonar el barco. Los medios franceses reportaron en los últimos días el fenómeno del creciente malestar de los parlamentarios del partido de gobierno, en buena parte procedentes de la sociedad civil y sin experiencia política. En contraste con el hiperactivo y súper eficiente jefe del Eliseo, perfecto en su papel e inspiradísimo, su "ejército", si bien lo sigue de modo disciplinado, perdió en pocos meses todo entusiasmo. "Es solo cuestión de tiempo, hace falta acostumbrarse", es lo que repetía Richard Ferrand, presidente del grupo parlamentario de LREM, cuando ya se manifestaban los primeros casos de malestar.

Hoy ya son un centenar los "desmotivados", casi todos provenientes del sector empresarial privado, habituados por tanto a actuar y tomar responsabilidades pero inexpertos en materia política. A pesar de la lluvia de decretos y reformas que caracterizaron los primeros seis meses de gobierno de Macron, son cien -según otras fuentes, 50- los integrantes del partido que se sienten inútiles y están aburridos. Y, de acuerdo a los testimonios, no son pocos los que estarían dispuestos a renunciar ya mismo, truncando su breve carrera política. El diputado parisino Pierre Person, en declaraciones a Le Monde, explicó que "algunos tienen la sensación de perder el tiempo en el Congreso, porque se sienten más pasivos que activos".

Para gerentes y empresarios "quedarse horas en espera de levantar un brazo para una votación" es comparable a quedarse sentados en un banco de jardín, observó un diputado quien no quiso revelar su identidad. "Lo entiendo -dijo Ferrand en una entrevista publicada a comienzos de este mes en Liberation-; yo también me sentí abatido después de tres meses. Cuando estás habituado a producir cosas reales en tu profesión o como administrador local, no es fácil comprender bien qué puedes ofrecer como diputado".

El problema es preocupante porque corre el riesgo de convertirse en una desventaja política para la mayoría.

Una diputada de LREM, amparada por el anonimato, se lamentó ante un periodista del diario L'Opinion, a quien le dijo que como gerente de su empresa llevaba a su casa 8,000 euros al mes mientras que como diputada gana 5.372.

"Voy con menos frecuencia a restaurantes y como bastante pasta. Rescaté alguna ropa que tenía en el sótano y me veré obligada a mudarme", afirmó la mujer.


 



regina