Internacional - Población

Nuevas protestas en Venezuela ante los incumplimientos del Gobierno, la falta de alimentos y de productos básicos

2017-12-22

También el gas, que tenemos que hacer cola y cuesta muy caro. También el bono, el...

DANIEL LOZANO | El Mundo

Los incumplimientos del gobierno bolivariano y la falla en los servicios han provocado un rebrote de las protestas sociales en Venezuela, desaparecidas en julio tras la cruenta rebelión popular contra el gobierno que se prolongó durante cuatro meses y cuya represión costó la vida de 128 personas. La mayoría de las quejas ahora está protagonizada por sectores populares, angustiados ante la llegada de la Navidad sin nada de lo prometido por el Gobierno.

"Llevamos tres meses sin recibir la caja de comida (el CLAP, alimentos subvencionados, versión modernizada de la libreta de racionamiento cubana). También el gas, que tenemos que hacer cola y cuesta muy caro. También el bono, el cesta ticket, el aumento de pasaje. Todo sube, ¿por qué no suben los salarios cada dos o tres días? El alcalde y Maduro nos caen a mentiras cada vez que hablan en televisión", resumió el líder de las protestas en Guarenas, representante de los vecinos de Menca de Leoni en la ciudad dormitorio, quien no facilitó su nombre. Ayer se lanzaron a la calle, bloquearon las vías y 11 de ellos fueron detenidos por la policía. Según recogió el diario 'El Nacional', uno de los agentes respondió que hasta Semana Santa no llegarían los perniles, un tradicional plato criollo en estas fechas. Pura ironía, o crueldad, en medio de una Navidad que en Venezuela se ha transformado en una Semana Santa de lo más triste.

Y no solo es en Guarenas, tan cerca de Caracas. En la frontera del Táchira las colas son enormes, días de espera para comprar gasolina en el país con mayores reservas de oro negro del planeta. En otros lados exigen el llamado "combo hallaquero", las famosas hallacas socialistas prometidas por Maduro que tampoco están llegando a tiempo. Los ingredientes de este tamal de harina de maíz, relleno con guiso de carne y gallina, aceitunas, alcaparras, pasas y cebollas están tan caros que pocos hogares se han lanzado a cocinarlos pese a que su sabor les fascina. Una familia requiere más de dos millones de bolívares (entre cuatro y cinco salarios mínimos) para comprar estos tamales. Una Navidad sin hallacas es como una Nochevieja española sin uvas.

Comida a cambio de votos

Las cacerolas vacías sonaron fuertes también en La Urbina, al este de Caracas, en una Misión Vivienda del Gobierno. Allí tampoco escondieron el principal motivo de su reclamo: el pago de lo prometido por votar a candidatos oficialistas en las elecciones del 10-D.

"Aquí tampoco estamos recibiendo el CLAP ya desde hace meses, pese a que la revolución nos prometió que si votábamos al candidato para la alcaldía nos iba a llegar pronto", sostiene Yennifer R., vecina de Petare, de 22 años, angustiada ante la cuesta que ya se anuncia para los próximos días, un Himalaya social.

En Mérida las colas son enormes en busca de gas licuado, también con protestas. En Bolívar se grita contra la falta de tratamiento contra la malaria. En Maturín falla la comida, el agua y el gas. En Sucre reclaman alimentos y bonos navideños. En Carabobo y Guárico se han unida a Táchira en las quejas por falta de gasolina. También en Maracaibo, segunda ciudad del país, donde la Guardia Nacional disparó al aire para calmar el descontento.

Algunas de las promesas gubernamentales han comenzado a cumplirse en lugares como Ciudad Caribia, el sueño socialista construido por Hugo Chávez cerca del aeropuerto de Caracas. Pero la gran mayoría sigue a la espera, aunque la desesperanza por los llamados CLAP farmacéuticos, de higiene personal y maternales han provocado su olvido.

"Hoy en Venezuela hay protestas por todos lados, porque no hay gas, no hay agua ni luz, porque no hay comida y porque no entregan las bolsas CLAP", resumió Stalin González, jefe del grupo parlamentario de la Unidad Democrática.

La ONG Transparencia Venezuela ha advertido que "ante el escenario tan grave en materia alimentaria, un sistema de distribución masificado como el CLAP no es la vía más acorde para la justa distribución de alimentos".

El rebrote de las protestas choca con el guión preparado por la revolución para allanar el camino de la reelección de Nicolás Maduro, prevista para 2018. Tradicionalmente la Navidad se celebra en el país como el agosto español, una especie de anestesia social durante la cual las familias se refugian en sus hogares y se deja de trabajar. Hasta ahora.

El analista Javier Vivas Santana ha recuperado en la web revolucionaria Aporrea, crítica y disidente frente al madurismo, el concepto de "explosión social", presente desde que se desató la crisis económica y social en 2013 pero olvidado en un 2017 marcado por las protestas políticas. "Venezuela está viviendo la época más infeliz de su Historia contemporánea. Nadie en su sano juicio podría hablar de Navidades felices... El pueblo nuevamente es reprimido de manera salvaje hasta el punto de que una de las gobernadoras electas con el voto de quien llamaba pueblo en época electoral ahora los llama despechados políticos y promotores de guarimbas (protestas)", sentencia el analista.



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