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Pekín revive "El Gran Juego" de Asia

2018-01-03

Durante la era de los imperios, en pleno siglo XIX, un espía británico llamado Arthur...

ALBERTO ROJAS | El Mundo

'El Gran Juego de Asia' ha despertado. Pero ahora no se juega entre Londres y Moscú, sino entre Pekín y Washington

Durante la era de los imperios, en pleno siglo XIX, un espía británico llamado Arthur Conolly acuñó un término para definir la lucha por el control de Asia central: 'El Gran Juego'. Luego fue el escritor Rudyard Kipling el que lo popularizó en su novela 'Kim'. Su oponente, el imperio zarista ruso, lo bautizó a su manera como 'El Torneo de las Sombras'. Aunque parece el título de un libro de Harry Potter, ambos hablaban de lo mismo: una guerra fría para proteger la zona del planeta más codiciada en aquel momento: la India, explotada en sus incontables recursos naturales por la poderosa Compañía de las Indias Orientales.

El Imperio Británico creía que la India se protegía sola con su geografía: el Himalaya al Norte y la jungla birmana en el Este taponaban a posibles competidores, pero había un territorio en el borde noroccidental que resultaba preocupante: Afganistán, un país desconocido de tribus indómitas que también lindaba con el Imperio Ruso. La posesión de Afganistán, Persia, Turquistán, Turkmenistán y Tíbet trajo de cabeza a los zares de Rusia y a los reyes de Inglaterra. Hubo rebeliones, como la de los Zipayos en 1857, dos guerras anglo-afganas, donde los británicos probaron la dureza de la guerrilla muyahidin, y batallas épicas como la de Samarkanda. Fue el mundo de Miguel Strogoff.

'El Gran Juego' duró hasta los primeros años del siglo XX, donde otros horizontes desviaron la atención de los grandes imperios, como las riquezas de África, repartida a escuadra y cartabón en la Conferencia de Berlín o el gran bazar de Extremo Oriente, que llenaba las huchas del Imperio británico gracias al comercio con Singapur, Hong Kong o Rangún.

En la actualidad, 'El Gran Juego de Asia' ha despertado. Pero ahora no se juega entre Londres y Moscú, sino entre Pekín y Washington. La pujanza china obliga a sus vecinos a echarse en manos de Estados Unidos, incluso a países como Vietnam, con el que mantuvo una guerra terrible hasta 1975.

China busca expandirse, como todos los grandes imperios de la Historia, mientras que muchos de sus países limítrofes temen al gigante. Mientras Trump se retira de todos los acuerdos comerciales y China ocupa su lugar como primera potencia mundial, Vietnam, Camboya, Laos, Birmania, Nepal, Corea del Sur y Japón miran con miedo a Pekín, que controla cada vez más mercados.

Conquistada África en lo económico, con la deuda de EU en su poder y con Donald Trump en retirada ('America First'), nada se opone a que China gane 'El Gran Juego de Asia' en su versión siglo XXI.



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