Internacional - Seguridad y Justicia

La seguridad nacional de Estados Unidos se expande en el extranjero y genera tensiones

2018-01-04

Sin embargo, otros aliados están de acuerdo con el argumento de Estados Unidos, que asegura...

Ron Nixon, The New York Times

A BORDO DE UN P-3 ORION, sobre el océano Pacífico — El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos se vuelve cada vez más global.

Aproximadamente 2000 empleados de Seguridad Nacional —desde agentes especiales del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas a funcionarios de la Administración de Seguridad en el Transporte— ahora están activos en más de 70 países por todo el mundo.

Cientos más están en el mar durante viajes de semanas a bordo de barcos de la Guardia Costera o patrullando los cielos en busca de aviones que vuelen por el este del océano Pacífico y el mar Caribe.

Esta expansión ha creado tensiones con algunos países europeos que sostienen que Estados Unidos está tratando de exportar sus leyes sobre inmigración a sus territorios. Sin embargo, otros aliados están de acuerdo con el argumento de Estados Unidos, que asegura que la extensión de su alcance fortalece la seguridad internacional al prevenir que ataques terroristas, cargamentos de drogas o tráfico humano lleguen a territorio estadounidense.

“Muchas amenazas a la nación comienzan en el extranjero y ahí es donde debemos estar”, dijo James Nealon, el secretario asistente del departamento que está encargado de las relaciones internacionales.

Una misión de vigilancia llevada a cabo este mes con agentes de Seguridad Nacional en zonas de tránsito de drogas cerca de Sudamérica subraya los esfuerzos del departamento por ampliar los límites de sus fronteras. Justo después de haber despegado de un aeródromo en Costa Rica, un equipo de agentes a bordo de un avión de vigilancia de Aduanas y Protección Fronteriza comenzó a seguir una aeronave que volaba bajo y parecía dirigirse al sur, hacia Ecuador.

El avión —que según los informes de inteligencia revisados por los agentes no tenía un plan de vuelo— volaba a solo unos cuantos cientos de metros sobre el nivel del mar, en lo que parecía ser un intento de evitar el alcance de un radar.

“Cuando vuelan así de bajo, probablemente no es por algo bueno”, dijo Timothy Flynn, un agente de alto rango de detección, mientras miraba la aeronave en una pantalla de radar.

Una hora más tarde, y escondiéndose en una nube para permanecer fuera de vista, el P-3 estadounidense se colocó detrás de la aeronave. Un agente con una cámara digital con un lente de largo alcance tomó una serie de fotos del número de cola del avión y otros detalles de identificación. Flynn transmitió por radio la información a autoridades ecuatorianas, que ya esperaban cuando el avión aterrizó; arrestaron a siete personas e incautaron más de 362 kilos de cocaína que llevaba a bordo.

Ecuador puede aceptar a los agentes de Seguridad Nacional de Estados Unidos, pero otros aliados señalan que el alcance internacional del departamento es extremo.

En Alemania, algunos legisladores han cuestionado el Programa de Asesoría sobre Inmigración, un operativo antiterrorismo del departamento mediante el cual se investiga a viajeros en aeropuertos internacionales, y a veces son entrevistados por agentes de Aduanas y Protección Fronteriza vestidos de civil antes de que se les permita abordar vuelos hacia Estados Unidos.

Esos agentes estadounidenses pueden recomendar a las aerolíneas negar el abordaje a pasajeros extranjeros. Un informe de la Oficina de Rendición de Cuentas de Estados Unidos encontró que los agentes de aduanas impidieron a 8100 presuntos o comprobados terroristas, así como a personas relacionadas con grupos terroristas, viajar a Estados Unidos en 2015, el último año del que se tienen datos disponibles.

Sin embargo, Andrej Hunko, miembro del Partido de la Izquierda, dijo que esas acciones representan una prohibición de viaje extrajudicial y acusó a Estados Unidos de llevar sus “controles migratorios a países europeos”.

En agosto, los canadienses inundaron la oficina de su primer ministro con cartas y correos electrónicos de protesta en contra de la legislación que permite a agentes aduanales estadounidenses apostados en aeropuertos y estaciones de tren canadienses interrogar, investigar y arrestar a ciudadanos canadienses. Funcionarios gubernamentales cuyos nombres no fueron revelados dijeron a la Canadian Broadcasting Corp. que el volumen del correo recibido “no tenía precedentes” y que tomó a los funcionarios por sorpresa.

La medida fue aprobada después de que Ralph Goodale, el ministro de Seguridad Pública de Canadá, le asegurara al parlamento que los funcionarios estadounidenses rara vez usarían su autoridad para interrogar o arrestar a ciudadanos canadienses. Más de 400 empleados de Seguridad Nacional están apostados en Canadá —la mayor cantidad en un país extranjero—, lo que según Goodale es un beneficio para ambas naciones.

“Enfrentamos amenazas comunes de narcotraficantes, terroristas y traficantes de personas, y podríamos trabajar vía telefónica”, dijo Goodale en una entrevista. “Pero hay ventajas reales en poder conocer y hablar con las personas cara a cara cuando estás lidiando con estas amenazas a la seguridad”.

En Tanzania, los investigadores de Control de Aduanas e Inmigración (ICE, por su sigla en inglés) fueron acusados en mayo de usar tácticas “estilo mafia” para ayudar a extraditar a sospechosos acusados de narcotráfico hacia Estados Unidos antes de que se concluyera su apelación para impedir el traslado.

Los costos de los operativos de Seguridad Nacional en el extranjero también han producido cuestionamientos por parte de sus críticos en Estados Unidos.

Un informe del congreso encontró que el costo de apostar a un agente de Control de Aduanas e Inmigración en el extranjero es cerca de cuatro veces más elevado que si está en su país. Además, en un testimonio realizado en septiembre ante el comité de Seguridad Nacional en la cámara de representantes, el Sindicato de Trabajadores del Tesoro planteó sus inquietudes sobre los planes de desplegar más oficiales de aduanas en el extranjero en medio de “carencias críticas de personal en los puertos de entrada de la nación”. El sindicato representa a 25,000 empleados de Aduanas y Protección Fronteriza.

Los legisladores les han pedido a los funcionarios de Seguridad Nacional que evalúen los costos y los beneficios de desplegar a miles de empleados en el extranjeros mientras que el departamento está buscando contratar a más de 15,000 nuevos agentes del ICE y la Patrulla Fronteriza en Estados Unidos, como parte de la política de mano dura del presidente Trump contra la inmigración ilegal.

Kevin K. McAleenan, comisionado en funciones de Aduanas y Protección Fronteriza, dijo que casi 1000 empleados de la agencia están apostados en el extranjero, más que los de cualquier otra rama del Departamento de Seguridad Nacional. Revisan a los pasajeros en los aeropuertos, inspeccionan el cargamento de los barcos con destino a Estados Unidos y capacitan a los agentes de aduanas y fronteras de otros países.

Además, una unidad táctica especial de agentes de la Patrulla Fronteriza, conocida como BORTAC, ha trabajado en casi 30 países dando capacitación para operativos de contraterrorismo y combate al narcotráfico.

Kevin Martinson, el agregado de Aduanas y Protección Fronteriza de la embajada de EE. UU. en Nairobi, dijo que un programa de capacitación para los oficiales de aduanas en Kenia y su Patrulla Fronteriza Rural ha dado como resultado incautaciones récord de drogas y otros productos de contrabando.

Martinson, quien coordina los esfuerzos de la agencia en nueve países africanos, dijo que la capacitación también ha ayudado a Kenia a mantener seguras sus fronteras y protegerse de grupos como al Shabab, una milicia con sede en la vecina Somalia. Martinson señaló que la Patrulla Fronteriza Rural capacitada por Estados Unidos repelió recientemente un ataque por parte de extremistas y capturó a uno de los agresores.

En Sudáfrica, los agentes especiales de Investigaciones de Seguridad Nacional apostados en la embajada de Estados Unidos en Pretoria han identificado a narcotraficantes, traficantes de animales salvajes y defraudadores nigerianos. Los agentes, que trabajaban para una división del ICE, eran unos de los trescientos investigadores en casi cincuenta naciones de todo el mundo.



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