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Osorio Chong abandonó el barco porque no quiere cargar con la derrota del PRI: Muñoz Ledo

2018-01-16

Miguel Ángel Osorio Chong renunció a la Secretaría de Gobernación...

Rosalía Vergara | Proceso

Miguel Ángel Osorio Chong renunció a la Secretaría de Gobernación porque no quiere “cargar con el muerto” del PRI, porque prevé que su partido perderá la próxima elección presidencial. Su salida no sólo es una estrategia electoral, también es política: quiere ser el próximo líder de la oposición en el Senado, considera Porfirio Muñoz Ledo.

En entrevista con Proceso, el comisionado para la Reforma Política de la capital del país explicó que la renuncia del hidalguense es consecuencia de los espacios que ha ganado el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso. Su fuerza ha llegado a tal grado que –asegura– él conduce el país y no el presidente Enrique Peña Nieto. El rebase político se consumó, dice, cuando el mandatario, a sugerencia del egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), recibió a Donald Trump cuando era candidato a la Casa Blanca.

“De otro modo, no se explica la salida del secretario de Gobernación (…) Dijo que se iba. ¡Nada más! Que se iba al Senado, pero eso no es una explicación, es un destino”, expone.

El exembajador ante la Unión Europea menciona que el anuncio del exgobernador de Hidalgo refleja que entiende sobre la sucesión presidencial. “Está salvando su carrera política; todos los del barco tecnócrata se irán a su casa”, afirma.

Continúa sobre Osorio Chong: “Es uno de los políticos que se formó en el viejo sistema del PRI, es decir; es de los que comenzaban representando a la gente frente al poder y terminaron representando al gobierno frente a la gente. Es lo más ajeno al ITAM. Es un hombre formado en la política, sin contrapesos en el gobierno”.

El nuevo Elías Calles

Cuando el también excandidato presidencial Muñoz Ledo habla del proceso de transferencia del poder al estilo del PRI, pone de ejemplo el caso de Carlos Salinas de Gortari, quien, si bien llegó a Los Pinos en 1988, gracias a la “caída del sistema”, ya había acumulado poder desde que era el candidato presidencial.

“Prácticamente, Salinas de Gortari era presidente desde la última fase del gobierno de Miguel de la Madrid. Tenía un poder inmenso. Dirigió su campaña presidencial, el fraude electoral y el conflicto poselectoral”, asegura.

“¿Por qué se queda Videgaray con el poder? –se pregunta–, porque ellos quieren asegurar el triunfo de su pupilo mediante métodos directos que consisten en la compra del voto de la gente más necesitada”, dice.

Sin embargo, a diferencia del caso Salinas, donde el proceso fue lento, señala, en 2018 la transición de poderes se adelantó entre quienes quieren llegar al poder y los que no quieren dejarlo, y éste recayó en Videgaray, quien “derrocó” a Peña Nieto al impulsar a José Antonio Meade Kuribreña, su amigo y excompañero del ITAM, como candidato presidencial del PRI pese a que oficialmente no es miembro del partido.

Así, para el diplomático, Videgaray está cumpliendo una función parecida a la de Plutarco Elías Calles. “Algunos ya lo llaman Callesito”, afirma.

“Se extravió el poder”

Durante la entrevista también habla sobre su reciente biografía escrita por James y Edna Wilkie, Porfirio Muñoz Ledo. Historia Oral 1933-1988, en la que expone una primera etapa de su vida a lo largo de seis capítulos (el estudiante, servidor público, dirigente político, diplomático, educador y dirigente de la oposición).

Sin dejar a un lado su obra, el también exlegislador reflexiona sobre la situación del país a la que califica de “dramática”, porque si bien ha expuesto que Videgaray manda en el país, asegura que los hilos del canciller provienen de Estados Unidos mediante Jared Kushner, yerno y asesor de Trump.

“¡Se extravió el poder! El poder no manda desde México, el poder manda desde el extranjero. El proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio (que encabeza en México el canciller Videgaray) lo ha probado. Es todo un compromiso de seguridad nacional con Estados Unidos. Nosotros somos una pieza del sistema de seguridad de Estados Unidos y, para colmo de males, ya no hay presidente en México. Derrocaron a Enrique Peña Nieto”, asegura el diplomático.

Desde su punto de vista, este escenario no es comparable con las elecciones presidenciales de 2006, cuando el entonces presidente, Vicente Fox, hizo todo lo que estuvo a su alcance para que el panista Felipe Calderón llegara a Los Pinos mediante un fraude electoral. Y Calderón –asegura Muñoz Ledo– apoyó al priista Enrique Peña Nieto para obtener la Presidencia vía la compra de votos.

Sin embargo, el entrevistado considera que Peña Nieto no podrá heredarle la Presidencia a Meade, “porque el PRI carga con un inmenso desprestigio al igual que el PAN, porque Calderón fue un presidente sumamente malo”.

De esa manera, también ve improbable que gane Ricardo Anaya las elecciones del próximo 1 de julio. “No se ve por ahí, porque el panista está muy abajo en las encuestas. No le alcanza”, dice. Al hablar de los panistas, Muñoz Ledo señala sobre Vicente Fox: “Ningún presidente del PRI cometió tantos abusos ni tantos excesos como el ‘presidente de la alternancia’. Fox impuso a Calderón y luego facilitó el regreso del PRI”.

Similitudes

En su opinión, las condiciones políticas y sociales en la actualidad son distintas a los sexenios anteriores, pero benéficas para la izquierda. “Es el mundo del cambio”.

Para el comisionado para la Reforma Política de la Ciudad de México, este año es el punto de ruptura porque se están dando las condiciones para un cambio social, pues, dice, resulta impensable que después de 30 años de gobiernos tecnócratas se tengan que soportar otros seis años más.

De acuerdo con su análisis, el escenario político-electoral de 2018 es similar al de 1988, cuando él rompió con el sistema y apoyó la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

“Hubo un mitin impresionante que alertó al gobierno. Un mitin de Cuauhtémoc Cárdenas que se hizo en la Universidad Nacional Autónoma de México, después hubo un mitin en la Laguna, donde lo cargaron en hombros, pero el primer gran mitin fue en la UNAM”, señala en alusión a la importancia de que los jóvenes se involucren en el proceso electoral para definir el rumbo del país.

Otra símil con el proceso electoral de 1988 es que “antes de la elección presidencial ocurrió un terremoto, el 19 de septiembre de 1985; ahora, antes de los próximos comicios hubo otro gran sismo, el 19 de septiembre de 2017. Esas coincidencias históricas, por alguna razón, ocurren sin que nos obliguen a ser supersticiosos”, dice.

Un nuevo libro

Respecto del reciente libro sobre él, Muñoz Ledo refiere: “Se trata de una serie de entrevistas que hicieron los investigadores durante un año, por días enteros. La primera versión tenía dos mil 600 páginas cuando se pasó al papel. Era muy complicado, eran varios tomos. Entonces, se detuvo (la impresión), por eso tardó tanto tiempo. Se hizo una síntesis de mil 200, mil 400 páginas”.

Adelanta que a finales de este año espera que salga un segundo tomo de su historia oral, el cual se titulará Mi vida en la oposición, para dar a conocer su vida política de 1988 a la fecha.

Muñoz Ledo considera que “muy pocos” escriben su biografía a tiempo: “Son muy raros. El más notable es Jaime Torres Bodet, mi jefe y maestro. Él se dedicó durante varios años a ir publicando sus memorias. El último día que entregó unas hojas escritas por él mismo, a mano, culminaba el último de sus libros.  Cuando se fue la secretaria abrió un cajón de su escritorio, cogió una pistola y se disparó. Terminó la obra, terminó la vida”.

La actual historia oral de Muñoz Ledo retrata su paso por la Organización de las Naciones Unidas, su gestión en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, su trabajo en la Secretaría Educación Pública. En general, habla de los cargos que ha desempañado en más de 30 años de carrera política.

“La trayectoria del gobierno federal mexicano, a partir de la década de 1960, cuando llegaba a su fin la etapa constructiva de la Revolución Mexicana, se comprende con mayor claridad gracias a la historia de Porfirio Muñoz Ledo, quien comenzó a ejercer una influencia notable desde el régimen del presidente Adolfo López Mateos, particularmente en la concepción del gobierno federal como rector de la vida republicana y de su política exterior. Su trayectoria ha dejado huella en la administración pública, la diplomacia, el liderazgo político y el legislativo”, se refiere en el prefacio del libro fechado en mayo de 2017.



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