Internacional - Economía

El desempleo mundial descenderá hasta el 5,5 % en 2018, según la OIT

2018-01-22

El estudio atribuye la tendencia positiva registrada entre 2017 y 2018 al buen desempeño de...

Marta Hurtado


Ginebra, 21 ene (EFE).- La tasa de desempleo mundial descenderá en 2018 hasta el 5,5 % de la población activa, desde el 5,6 % en 2017, según las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que considera que la falta de empleo decente persistirá en muchas regiones del mundo.

Así lo afirma el informe "Perspectivas sociales y del empleo en el mundo. Tendencias 2018" publicado hoy por la OIT y que desvela que el número total de desempleados en el mundo en 2017 fue de 192 millones de personas.

La OIT estima que en 2018 la tasa de desempleo se situará en un 5,5 %, marcando un giro tras tres años de ascenso de las tasas.

El estudio atribuye la tendencia positiva registrada entre 2017 y 2018 al buen desempeño de los mercados laborales en los países desarrollados.

A pesar de ello, dado el aumento de personas que buscarán empleo, se prevé que el número total de personas desempleadas permanezca estable en 2018 en 192 millones.

Para el 2019, la tasa de desempleo mundial seguirá prácticamente sin cambios, y se proyecta que el número de desempleados aumente en 1,3 millones.

"La economía global esta creciendo, y hay más trabajo pero esto no a resolver todos los problemas, y si bien el hecho de que el desempleo se estabilice es una buena noticia, los niveles a los que lo han hecho no, porque es demasiada gente fuera del mercado laboral, además de los temas desigualdad, distribución y equidad en nuestras sociedades", afirmó en rueda de prensa el director general de la OIT, Guy Ryder.

Con respecto a América Latina, la OIT predice que la tasa de desempleo solo descenderá de forma marginal en los próximos meses, pasando de 8,2 % en 2017 a 7,7 % en 2019.

La entidad recuerda que en 2014 la tasa de desempleo en la región fue de 6,1 %, por lo que "todavía está lejos de recuperarse completamente".

En Europa, gracias a una actividad económica mejor de la prevista, se logró que la tasa de desempleo cayese al 8,5 en 2017, el nivel más bajo desde 2008.

La OIT estima que los niveles de desempleo en la Unión Europea (UE) bajarán hasta el 8,1 % en 2018 y hasta el 7,8 % en 2019, lo que significará una caída de 1,5 millones de desempleados para 2019.

La organización destaca además que los progresos logrados hasta 2012 para luchar contra el trabajo vulnerable se han estancado.

Según las estimaciones de la OIT, 1,400 millones de trabajadores (un 42 por ciento de la población laboral del mundo) ocupaban un empleo vulnerable en 2017.

En los países en desarrollo, el empleo precario afecta a tres de cada cuatro trabajadores (más del 76 %).

La OIT estima que en los países emergentes el empleo vulnerable afecta al 46 % de los trabajadores.

Un punto negativo es que esta situación no tiene visos de cambiar, y las proyecciones apuntan a un aumento anual de 17 millones de personas en empleos vulnerables en 2018 y en 2019.

Otro aspecto negativo es que se ralentiza el ritmo de la reducción de la pobreza.

En 2017, la pobreza laboral extrema fue generalizada. Los ingresos o el consumo per cápita de los hogares de más de 300 millones de trabajadores de países emergentes y en desarrollo fue inferior a los 1,9 dólares por día.

La OIT prevé que el número de personas en extrema pobreza laboral superará los 114 millones en 2018, el equivalente al 40 % de todas las personas empleadas.

Las disparidades de género persisten: a nivel mundial, las mujeres sufren un déficit de participación de más de 26 puntos porcentuales respecto de los hombres, y cuando sí participan, tienen menos probabilidades de encontrar un empleo.

En 2017, el 82 % de las mujeres de los países en desarrollo se encontraban en modalidades de empleo vulnerable en comparación con el 72 % de los hombres.

Otro importante problema mundial es la falta de oportunidades de empleo para los jóvenes, que tiene menos probabilidades de estar empleados que los adultos, siendo su tasa mundial de desempleo del 13 %, tres veces más elevada que la de los adultos, que es del 4,3 %.

El informe también analiza la influencia del envejecimiento de la población y muestra que el crecimiento mundial de la fuerza de trabajo no será suficiente para compensar la rápida expansión de la población de jubilados.

Se estima que en los países desarrollados en 2030 habrá cerca de cinco personas de 65 años o más por cada diez personas trabajando, un aumento del 3,5 % con respecto a 2017. EFE
 



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