Internacional - Política

Si Lula no está en las elecciones tomaremos medidas radicales: Gleisi Hoffmann

2018-01-23

El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva podría ser condenado este miércoles...

Joan Royo Gual  | El Mundo

El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva podría ser condenado este miércoles en segunda instancia a nueve años y medio de cárcel. Está acusado de corrupción pasiva y blanqueo de dinero por presuntamente haber recibido un apartamento de lujo como soborno de parte de la constructora OAS, una de las implicadas en elescándalo de Petrobras. Una nueva condena podría apartarle de las elecciones generales (para las que parte como favorito) e incluso llevarle a la cárcel. No obstante, la presidente del Partido de los Trabajadores (PT), la senadora Gleisi Hoffmann, asegura que no hay un plan B. En caso de una sentencia desfavorable recurrirán en todas las instancias para ganar tiempo y lograr que el nombre de Lula aparezca en las urnas en octubre.

¿Qué espera del tribunal que juzgará a Lula este miércoles?
    
El tribunal tiene la oportunidad de demostrar que existe justicia en Brasil y que el poder judicial es imparcial. Sólo hay una sentencia para corroborar eso: la absolución del presidente Lula. Eso daría al poder judicial el respeto internacional que está perdiendo con la sentencia de Moro (el juez de la Operación Lava Jato, Sérgio Moro, que le condenó a nueve años y medio de cárcel). Todos los juristas de renombre son contrarios a esa sentencia, publicamos un libro donde 122 juristas la desmontan, porque no hay base jurídica, no hay pruebas. Hay un manifiesto incluso con juristas que no son de izquierdas. Nuestra expectativa es la absolución.

Según la ley brasileña un condenado en segunda instancia no puede ser candidato. ¿Cuál es el plan B del partido si Lula no puede participar en las elecciones?
    
Esta sentencia no tiene ninguna influencia en el proceso electoral. Quien define las candidaturas es la Justicia Electoral, y esa discusión sólo se dará en agosto, cuando registremos la candidatura de Lula. Desde el punto de vista de estrategia no representa nada. Lula será candidato y participará en las elecciones. Sería una tragedia política retirar a un candidato que tiene la mayoría de intención de voto, no podemos admitir eso. Lo que está en juego es prohibir votar a una parcela expresiva de la población. Más de 40 millones de brasileños quieren votar a Lula. Una acción contra el presidente no es contra él, es contra esos millones de brasileños.

Pero si en el último momento la Justicia Electoral decide que Lula no puede ser candidato, ¿qué harán?
    
No sería una situación democrática, sería una intervención que no vamos a aceptar. En ese caso tomaríamos medidas más radicales. El PT va a participar y lo va a hacer con Lula, no trabajamos con la hipótesis de que no esté.

Argumentan que hay una persecución contra Lula orquestada desde las élites para impedir que vuelva al Gobierno. Pero ¿por qué el mercado financiero tendría tanto temor de su regreso, si los años de Lula (2003-2011) fueron los años dorados de la economía?
    
Es una lucha de clase. No admiten que un hombre del pueblo, un obrero, asuma la Presidencia. Durante 500 años este país no consiguió luchar contra el hambre y Lula en ocho años de mandato extinguió el hambre de Brasil. Atrajo inversiones, impulsó el crecimiento económico y posicionó a Brasil en el escenario internacional, cosa que la élite de aquí nunca consiguió. Se trata de odio, de resentimiento.

¿Cómo explica que a pesar de todas las acusaciones Lula sea favorito en todas las encuestas de opinión? El apoyo ha crecido a medida que ha pasado el tiempo.
    
La gente ve que hay una persecución, porque no hay la misma determinación con Aécio Neves (uno de los principales políticos del conservador PSDB) o con Temer. Algunos fueron pillados con grabaciones telefónicas o con cajas repletas de dinero en apartamentos. Con Lula no hay nada de eso y lo continúan persiguiendo. La gente lo ve y por eso crece el apoyo.

¿Cómo está encarando Lula la situación?
    
Está sereno y firme, aunque claro que se siente incómodo por la injusticia que hay contra él, porque es inocente y está teniendo que aguantar todo este proceso difamatorio. Pero está tranquilo sobre su responsabilidad.

¿La enorme sombra de Lula no ha sido un obstáculo para la renovación? ¿La izquierda brasileña no necesita nuevos nombres?
   
No existen dos líderes de ese tamaño en una misma época histórica, es difícil, casi imposible. Pero en renovación de cuadros y líderes locales el PT tiene mucha más innovación que otros partidos. En el PSDB (principal partido de la derecha) van a presentar de candidato al gobernador de São Paulo, Geraldo Alckmin (que está en política desde los años 70 y fue derrotado por Lula en 2006). Es algo que no hay que exigir sólo al PT, es de la política brasileña, que no se renueva y quiere mantener su 'statu quo'.

El 'impeachment' de la expresidenta Dilma Rousseff fue un episodio muy traumático para el el PT ¿Cómo evalúa al Gobierno Temer año y medio después de su llegada al poder?
    
Es una tragedia absoluta. Está entregando los intereses nacionales privatizando sectores estratégicos de la economía brasileña. Entregó Petrobras a las petroleras extranjeras, retira derechos básicos de los trabajadores y se centra en beneficiar a los negocios de esa élite que dio el 'golpe' y le colocó donde está. Si Lula gana convocaremos una Asamblea Nacional Constituyente para revertir esos retrocesos y hacer una revisión completa de la Constitución, para poder cambiar también el modelo electoral. Siendo presidente Lula tendrá fuerza para hacer esa convocatoria, aunque haya un Congreso conservador.

En un discurso reciente Lula dijo que había que 'perdonar' a los que apoyaron el 'golpe'. ¿Se está abriendo el camino a aliarse de nuevo con el PMDB, el partido que ustedes consideraban 'golpista'?
    
Lula dijo que había que perdonar a las personas que apoyaron el 'golpe'. No tenemos por qué pelearnos con el pueblo, tenemos que perdonarles y mostrarles el lado correcto. No podemos obligar a nadie a no acercarse al presidente, pero eso no quiere decir que vayan a gobernar juntos. En el Noreste, por ejemplo, Lula será apoyado por muchos que participaron en el 'golpe', porque saben que si van contra Lula pierden votos. Necesitamos hacer alianzas porque es el sistema político que tenemos, pero tenemos que tener claro el programa que vamos a presentar al país (...) La política de alianzas nacional se hará con partidos de centro izquierda. En los estados no trazamos esa línea porque hay mucha disparidad.



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