Mujeres

El desafío de quitarse el velo en Irán

2018-01-30

Estos gestos dan cuenta de uno de los principales debates a pie de calle desde la Revolución...

Lluís Miquel Hurtado, El Mundo

Desafiar al frío gélido de estos días en la capital de Irán  fue lo de menos. Lo de más, desafiar las normas que obligan a cubrir el cuerpo femenino de pies a cabeza, protestando sin velo, solas y en el mismo centro de Teherán. Pocas horas después de anunciarse la liberación de una mujer, detenida por manifestarse a finales de diciembre subida a una caja de conexiones y con su velo colgado de un palo, tres compatriotas más han reproducido su gesto este lunes. Al menos una de ellas, según fuentes cercanas, ha sido detenida.

El nombre de la pionera no se supo hasta este domingo: Vida Movahed, 31 años, madre de un bebé de 20 meses. Hasta entonces, cuando la conocida abogada pro derechos humanos y premio Sajarov 2012 Nasrin Sotude relató su historia, era "la chica de la avenida Enghelab". Detenida en algún momento después del 27 de diciembre pasado, cuando una fotografía que circuló rápidamente por Internet la mostró en medio de una de las principales avenidas iraníes protestando silenciosa con la melena al viento, entre transeúntes pasivos.

Aunque fue tomada antes de desatarse las protestas -justo el mismo día en que el Gobierno iraní anunció el fin de la política de arrestos por llevar un 'velo inadecuado'-, la imagen de Movahed fue usada, mayormente fuera de Irán, para ilustrar la ola de manifestaciones contra el poder, iniciadas por motivos económicos. La semana pasada, Sotude informó a través de su página de Facebook de la detención de la joven. "No ha hecho nada malo que merezca fiscalización", aseguró. El domingo, el marido de la letrada aseguró que ya era libre.

Este lunes, con la capital cubierta de nieve, una mujer anónima ha relevado a Vida Movahed. Varias fotografías la han mostrado subida en el mismo cajón de la avenida Enghelab, con el velo atado a un palo. Algunos metros allende, una chica subida a otro armario de conexiones y una seguidora más, encima de un banco, la han imitado. Según fuentes locales, una de ellas ha sido detenida por un agente de paisano. Luego, alguien dejó un ramo de flores sobre la caja con una nota: "De parte de todas aquellas por las que actuaste".

Estos gestos dan cuenta de uno de los principales debates a pie de calle desde la Revolución de 1979. La subida al poder de un 'establishment' clerical trajo consigo la obligatoriedad del recato, traducido como, entre otras normas, la imposición de un código de vestimenta en los espacios públicos. En el caso de las mujeres y niñas mayores de nueve años, éste consiste en cubrirse el pelo con un velo, elevado a símbolo político del alzamiento, y en no lucir prendas que permitan adivinar el contorno del cuerpo en exceso.

En la actualidad, particularmente en las zonas más liberales del país, las iraníes ponen a prueba la normativa a diario cubriéndose el cabello con bufandas delgadas, o usando prendas ajustadas de todos oscuros, especialmente de noche. La discusión sobre la delimitación entre los espacios públicos y privados -en Irán manda la tradición de que todo lo que ocurre entre cuatro muros, entendidos como el hogar, pertenece a la vida privada y nadie puede inmiscuirse- ha llevado a algunas conductoras a quitarse el velo dentro del coche.

Las campañas de la Policía Moral, que actúa con especial ahínco cada primavera para detener y aleccionar -en ocasiones, a latigazos- a toda mujer que luzca un 'velo inapropiado', han acabado generando críticas hasta en sectores del poder en Irán. En 2016, antes de ser reelegido defendiendo más libertades individuales, el president Hasan Rohani -cuya Policía está bajo supervisión del Líder Supremo- dijo que los agentes de paisano, desplegados a tal efecto, no estaban autorizados para arrestar por no guardar el recato normativo.

A finales del año pasado, poco antes de desatarse las manifestaciones, Irán anunció un cambio significativo en su política sobre el velo. El jefe de la Policía de Teherán, Husein Rahimi, aseguró que "aquellas que no respeten al código de vestimenta islámica no volverán a ser detenidas ni se abrirán casos judiciales en su contra". En cambio, de acuerdo con la agencia Tasnim, las denunciadas deberán ir a clases de islamicidad impartidas por los agentes. Se cree que Vida Movahed realizó su acto de protesta tras conocer esta noticia.

"Fue un gesto muy valiente. Hacerlo así, en pleno centro de Teherán, es un gran 'qué'", asegura a este periódico una activista feminista, bajo condición de anonimato. "Es un acto que puede generar reacciones positivas de la población", añade, aunque se reconoce dubitativa ante la repercusión política de la protesta. Esta mujer relaciona los gestos de este lunes con una campaña que, impulsada desde el exterior por la activista Masih Alinejad, propone a las iraníes lucir -o quitarse-un velo blanco todos los miércoles.



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