Internacional - Política

Confusión en torno a la mudanza de Puigdemont en Bélgica

2018-02-02

Contactados por EFE, los responsables de la agencia inmobiliaria que gestiona el inmueble, Immo...

Javier Albisu

Waterloo (Bélgica), 2 feb (EFE).- El misterio en torno al domicilio de Carles Puigdemont en Bélgica ha estrenado un nuevo y confuso capítulo en las últimas horas, después de que la prensa local desvelase que el expresidente catalán planeaba instalarse en un chalet de 550 metros cuadrados en la pudiente localidad de Waterloo.

Contactados por EFE, los responsables de la agencia inmobiliaria que gestiona el inmueble, Immo Dussart, declinaron pronunciarse sobre la supuesta operación, al igual que el entorno del expresidente en Bélgica rechazó "comentar nada de la vida privada" de Puigdemont, reclamado por la justicia española por presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación, entre otros.

Situado en una zona residencial de alto poder adquisitivo a 20 kilómetros al sur de Bruselas, los 4,400 euros de gastos del alquiler del inmueble, según reveló el diario económico local L'Echo, correrían a cargo del empresario Josep Maria Matamala, que acompaña a Puigdemont desde su llegada a Bélgica hace tres meses.

La casa, reformada recientemente, está situada en el número 34 de la rue de l'Avocat (calle del abogado) y dispone de seis habitaciones, tres baños, sauna, cuatro plazas de garaje y jardín.

Se encuentra en una zona donde predomina el inglés como lengua franca y en la que residen diplomáticos, expatriados, deportistas y altos funcionarios de las instituciones de la Unión Europea, entre otros.

En esa zona residencial cuya tranquilidad habitual alteró hoy el interés de los medios de comunicación, el propietario de la casa más cercana a la citada villa explicó que el chalet pertenece a un belga de cierta edad y que en lo últimos tiempos lo ha gestionado su hijo.

"Llevaba cuatro o cinco meses vacío. Antes había miembros de una embajada árabe", comentó a Efe Vittorio, un italiano que reside en Bélgica desde hace 40 años.

La villa se encuentra a 5 kilómetros del memorial de Waterloo, batalla que en 1815 puso fin al imperio de Napoleón Bonaparte y restauró la monarquía borbónica en Francia, después de que el militar corso cayera derrotado ante la alianza internacional que lideraba el duque de Wellignton.

Con relación al mercado inmobiliario de Bruselas, el presupuesto del citado inmueble permitiría alquilar, por ejemplo, un apartamento equipado de 300 metros en la zona de Sablon, célebre por sus maestros chocolateros y galerías de arte.

El paradero de Puigdemont ha sido un secreto guardado con celo desde su llegada a Bruselas junto con cuatro exconsejeros regionales (Clara Ponsatí y Lluís Puig, de JxC, y Antoni Comín y Meritxell Serret, de ERC) el pasado 30 de octubre, cuatro días antes de su comparecencia fijada ante la Audiencia Nacional, a la que nunca asistió.

La información sobre su residencia y sus movimientos ha ido aflorando con cuentagotas, en gran medida por la cautela extrema de Puigdemont en territorio belga, que saltó por los aires esta semana con la publicación en Telecinco de unos mensajes de texto dirigidos a Comín en los que daba por terminadas sus posibilidades de intentar su investidura como presidente autonómico, que el Tribunal Constitucional exige que sea presencial.

Se sabe que en sus primeros días en Bruselas se alojó en el Hotel Chambord, un 3 estrellas del centro de la capital que ejerce de sede de las instituciones europeas.

En noviembre se mudó a la suite presidencial del hotel Husa President Park de Bruselas, un cuatro estrellas propiedad de la familia del expresidente del FC Barcelona Joan Gaspart donde, según reveló la radiotelevisión pública "RTBF", Puigdemont habría vivido a cuenta ajena.

El político catalán utilizaba ese hotel como centro de operaciones de su candidatura, convocó allí actos de prensa y celebró su cena de Fin de Año junto a su esposa, Marcela Topor, y una pareja de amigos.

En los fines de semana que abandonaba el hotel, Puigdemont solía retirarse a una casona de campaña en Sint-Pauwels, a unos 50 kilómetros al norte de Bruselas, que lleva en venta unos dos años por unos 895,000 euros, según reveló el diario Ara.

Ese inmueble pertenece a un familiar del alcalde de Amberes y presidente del partido nacionalista flamenco NV-A, Bart De Wever, que ha tratado con especial atención al expresidente regional desde su llegada a Bélgica y al que su formación ofrece "apoyo logístico". EFE



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