Migración

El Gobierno mexicano endurece su política de asilo

2018-02-12

Se estima que el 70% de las solicitudes de asilo en particular de ciudadanos centroamericanos son...


(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 9 FEB - El gobierno mexicano cierra las puertas cada vez más a los extranjeros en busca de refugio y ha dejado de ser la "tierra prometida" en que se convirtió en los agitados años 70 y 80.
    
Las persecuciones de las dictaduras en América del Sur y las guerras civiles en América Central hicieron de este país un remanso para miles de perseguidos por razones políticas. Pero las cosas son ahora muy distintas y según cifras oficiales el gobierno ha decidido romper con esta tradición.
    
Se estima que el 70% de las solicitudes de asilo en particular de ciudadanos centroamericanos son rechazadas por las autoridades, mientras que en Estados Unidos exige un trato justo a sus ciudadanos.
    
Según fuentes oficiales, México deportó la cifra récord de 175 mil centroamericanos en 2015, a pesar de lo cual durante 2016 aumentaron 256% las solicitudes de refugio en México, respecto al año anterior, en particular de Honduras, El Salvador y Guatemala, según cifras oficiales.
    
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, indican que México sólo acepta menos de un tercio de las solicitudes de asilo que inician ciudadanos de otros países que se consideran en riesgo, pues generalmente huyen de las llamadas "Maras" o pandillas que buscan reclutarlos o los someten a extorsiones.
    
La Convención de Ginebra dice que un refugiado es la persona que se encuentra fuera de su país de origen debido a temores fundados de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones políticas, y no pueda o quiera acogerse a la protección de su país.
    
Bajo esta norma internacional de Naciones Unidas, los gobiernos tienen la obligación de no expulsar ni devolver a los refugiados o solicitantes de asilo a cualquier país donde puedan correr peligro.
    
Sofía Quintero, una migrante hondureña que tuvo que abandonar su comunidad por una amenaza de muerte de las pandillas, señaló que obtuvo la protección de México, pero cuatro de sus compatriotas fueron devueltos a sabiendas de que su vida corría peligro y dos fueron asesinados.
    
Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, dijo que México "no tiene criterios claros e incluso aplica consideraciones políticas para definir quiénes reciben protección".
    
El Instituto Nacional de Migración (INM) enfrenta crecientes acusaciones de repatriaciones arbitrarias de extranjeros. En un informe reciente, titulado "Ignoradas y sin protección: La mortal devolución de personas centroamericanas solicitantes de asilo desde México", Amnistía Internacional (AI) sostuvo que devuelve cada vez más centroamericanos en acuerdo con gobiernos centroamericanos.
    
El INM se defendió argumentando que el Estado mexicano ha negociado con los gobiernos de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, "contemplando una repatriación digna, ordenada y segura, y no como un principio de deportación masiva o arbitraria, como suele señalarse", señaló.
    
"Los extranjeros reciben información acerca de la alternativas de refugio, principalmente aquellos en condición de vulnerabilidad", argumentó el INM.
    
El INM y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), junto con organismos internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), aseguran que informan a los migrantes acerca de su derecho a solicitar refugio.
    
Los migrantes firman un documento cuando son presentados a la autoridad migratoria de que han sido plenamente informados acerca de sus derechos, entre ellos la de presentar una solicitud de refugio.
    
Pero organizaciones civiles reprochan al gobierno que haya dado un viraje a su tradicional política de refugio que permitió dar cobijo a 25,000 españoles durante la guerra civil en los años 30.
    
Miles más fueron recibidos durante la época de las dictaduras en América del Sur, sobre todo argentinos, uruguayos, bolivianos y chilenos en los turbulentos años 70.
    
Otros miles hallaron acogida en México durante los tiempos de las guerras civiles centroamericanos, pero las cosas son radicalmente distintas ahora, señalan las ONGs. 



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