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El 'nuevo Irak' busca patrocinio

2018-02-14

Una ruta incierta para restañar las heridas abiertas por el trienio durante el que el...

FRANCISCO CARRIÓN | El Mundo

Bagdad quiere aprovechar la conferencia internacional para la reconstrucción iraquí para limpiar una imagen empañada por la violencia sectaria y el califato del Estado Islámico

Convertir una devastadora crisis en la oportunidad para renacer. El Gobierno iraquí quiere aprovechar la conferencia internacional para la reconstrucción del país, que se celebra hasta hoy en Kuwait, para efectuar un sonoro propósito de enmienda y volver a empezar libre de las rémoras del pasado. Con las arcas estatales vacías y la apatía de la comunidad internacional -nada proclive a anunciar ayudas económicas directas durante la cita-, Bagdad confía su expiación a su capacidad de seducir al sector privado. Una ruta incierta para restañar las heridas abiertas por el trienio durante el que el autodenominado Estado Islámico impuso su ley en un tercio del país y financiar una complicada reconciliación nacional.

El itinerario aparece trazado en un extenso informe elaborado en los últimos meses por las autoridades iraquíes en colaboración con expertos locales e internacionales. El documento cifra los daños ocasionados por el conflicto en unos 45.727 millones de dólares (unos 37,000 millones de euros) y calcula las necesidades en unos 88.248 millones (unos 71,000 millones) con el horizonte de los próximos cinco años. Recuperar las viviendas en las siete provincias afectadas directamente por las escaramuzas representa uno de los objetivos más apremiantes. "Hay más de 138,000 casas dañadas. La mitad de ellas están completamente destruidas", admitió Mustafa al Hiti, director del fondo de reconstrucción iraquí para las zonas liberadas del IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés).

"Hemos lanzado programas de reconstrucción en las áreas afectadas pero lo que hemos hecho supone menos del uno por ciento de lo que Irak necesita", agregó. A corto plazo, el país precisa de unos 23,000 millones de dólares para "restaurar servicios e infraestructuras básicas" y responder al drama humano que habita su geografía. Según la ONU, unos 2,6 millones de almas continúan desplazadas, incapaces de emprender el camino de regreso a barrios sepultados bajo los escombros. "La situación en Mosul es terrible. Se han renovado unos cuantos edificios pero la mayor parte de la reconstrucción recae en los esfuerzos individuales de sus habitantes", relata a EL MUNDO.es Mustafa Saadun, director del Observatorio Iraquí para los Derechos Humanos. "La gente sigue pidiendo que se rehabiliten las escuelas y los hospitales, que se retiren los cascotes y se limpien las calles de cadáveres".

Siete meses después de la liberación completa de la segunda ciudad de Irak, el trabajo está aún por hacer. "Tenemos la responsabilidad colectiva de seguir apoyando a Irak en esta etapa crucial. No debemos dejar a su pueblo en la estacada porque la guerra haya concluido. Esta misión no puede quedarse a medias", suplicó el lunes Bruno Geddo, representante de ACNUR en Irak, consciente de la probable cicatería de los países donantes. Estados Unidos, que ocupó Irak entre 2003 y 2011, ya adelantó la semana pasada que no anunciaría ningún desembolso durante la cumbre. Ayer el secretario de Estado Rex Tillerson se limitó a informar de una nueva línea de crédito de 3,000 millones de dólares. Otras naciones miembro de la coalición internacional contra el IS, entre ellas España, podrían secundar el gesto argumentando el millonario gasto que destinan ya en las tareas de estabilización y formación de las fuerzas de seguridad iraquíes a través de sus contingentes militares desplegados en el país. La OTAN se mostró ayer dispuesta a ampliar su hasta ahora reducida misión de entrenamiento en Irak.

Estabilizar las zonas liberadas

"Si la comunidad internacional no ayuda al Gobierno iraquí a estabilizar las zonas liberadas, las ganancias logradas frente al IS podrían estar en riesgo", alertó Lise Grande, coordinadora humanitaria de la ONU en Irak. "No se espera que la comunidad internacional cubra el coste de la inversión", reconoce a este diario el español Ramón Blecua, embajador de la Unión Europea en Irak. "No se trata tampoco de rehacer lo que había, producto de un sistema obsoleto de la época de Sadam Husein. La idea es que el sector privado contribuya a la reconstrucción. Es el principio de un proceso. El Gobierno tiene una nueva visión y quiere ofrecer un nuevo contrato a las distintas regiones abordando la inclusión de los suníes y la reintegración de los kurdos", desliza el diplomático. "Irak ocupa un lugar muy alto en las prioridades de la UE, que va a incrementar su implicación en el escenario post Daesh en diferentes áreas". A finales del mes pasado Bruselas rubricó un acuerdo de cooperación con el Gobierno iraquí que comenzará a rodar en los próximos meses con los objetivos de contribuir a la "paz duradera, la reconciliación y la estabilidad".

A falta de las donaciones de Occidente, la conferencia -inaugurada el lunes- ofrece la coyuntura perfecta para que, a golpe de talonario, los países del golfo Pérsico ganen influencia en los pasillos iraquíes y contrarresten el poder del archienemigo iraní. "Deberían ver la reconstrucción como el modo de extender su poder blando en Irak. Para Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, es la mejor vía de competir con Irán en suelo iraquí", esboza el analista iraquí Fanar Haddad. La tarea de levantar el país, auxiliar a una población traumatizada y zurcir las fracturas sectarias afronta no pocos escollos. Irak es, según el índice de Transparencia Internacional, el décimo país más corrupto del planeta. "El Gobierno ha reconocido los problemas estructurales. La esperanza es que esta introspección disipe los temores razonables de los donantes por la seguridad, la corrupción, las dificultades para hacer negocios y la duración de la estabilidad", concluye Haddad.
 



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