Internacional - Política

Macri capea primer cese en su equipo por corrupción, que siembra la sospecha

2018-02-24

Si bien no es el más emblemático, el caso del subsecretario de la Presidencia,...

Rodrigo García

Buenos Aires, 24 feb (EFE).- Mauricio Macri ha afrontado esta semana la primera renuncia efectiva de un miembro de su equipo por presunta corrupción, algo que según los analistas el presidente ha sabido capear pero ha puesto a su Gobierno bajo sospecha, al contar también con varios ministros acusados de supuestas malas prácticas.

Si bien no es el más emblemático, el caso del subsecretario de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, que presentó su dimisión el lunes después de que un diario publicase que no declaró una cuenta con 1,2 millones de dólares en Andorra, es cuanto menos simbólico, al ser el primer cese en el Ejecutivo por este tipo de delitos.

"La gente está atenta y mirando", reconoce Mariel Fornoni, analista de Management & Fit, quien recuerda que para el núcleo duro de los votantes de Macri la sensibilidad con la corrupción es central desde el principio, por lo que situaciones como esta hacen mirar, con más lupa, los pasos del oficialismo.

El frente Cambiemos asumió el poder en 2015 tras los Gobiernos peronistas de Néstor Kirchner (2003-2007) y de su esposa, Cristina Fernández (2007-2015), cuyas principales figuras, incluidos la ahora expresidenta y varios ministros, están manchadas por múltiples causas judiciales que siguen en curso.

Es por eso que la llegada de Macri fue vendida, tanto por él como por sus colaboradores, como una alternativa al "clientelismo, el despilfarro y la corrupción" que, afirmaban, representaba todo lo anterior, así como un adalid de la recuperación económica.

Para el economista Pablo Tigani, muy crítico con Macri, hay Gobiernos como el anterior que "tuvieron claros hechos de corrupción", pero el macrismo es para él un "Gobierno corrupto" en todos los sentidos, ya que "si uno tira de la soga" pueden destaparse una "cantidad de situaciones" atadas "con alambres".

Díaz Gilligan, acusado de ocultar una cuenta en Andorra perteneciente a una empresa de intermediación de jugadores de fútbol de la que era accionista hasta 2014 -poco después de ser nombrado director general de Turismo-, insistió en que demostrará su "inocencia" y renunció por no querer seguir "aferrado al cargo".

Una decisión, la de dimitir, que muchos opositores han reclamado en los últimos meses que tomen diversos ministros, como el de Energía, Juan José Aranguren, que en septiembre de 2016 se vio forzado a vender sus acciones en la petrolera anglo-holandesa Shell por el conflicto de intereses en el que podría incurrir en sus decisiones en la cartera.

Aranguren fue señalado además en la investigación periodística internacional "papeles del paraíso" por integrar, presuntamente, directorios de al menos dos sociedades "offshore": una en Barbados, que el ministro aseguró que no constituye "un delito", y la otra, Sol Antilles and Guianas, que negó haber integrado.

El titular de Finanzas, Luis Caputo, primo del empresario Nicolás Caputo, uno de los mejores amigos de Macri, también está en el ojo del huracán por supuestamente omitir declarar acciones en sociedades "offshore" antes de asumir el cargo, algo que él ha negado.

Cabe destacar también el caso del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, a quien una empleada doméstica acusó de haberla contratado en negro y de despedirla sin indemnización.

La mujer también aseguró que el ministro le consiguió después un puesto en un sindicato intervenido por el Estado, lo que levantó una polvareda tal que llevó a Triaca a presentar su dimisión a Macri, que no la aceptó.

"Espero que los funcionarios en los que confío demuestren que todas estas acusaciones no tienen sustento", remarcó el jefe de Estado la pasada semana en una rueda de prensa en la que defendió encarar con "honestidad y seriedad" las acusaciones que reciban miembros de su Gobierno.

No obstante, el propio Macri fue el primero en quedar bajo sospecha por, entre otros asuntos, estar acusado de no declarar su participación en empresas inscritas en paraísos fiscales -como desvelaron los llamados "papeles de Panamá"- y de haber tratado de favorecer a empresas de su familia.

Según apunta Fornoni, la imagen del Gobierno bajó nueve puntos desde que ganó las elecciones legislativas de octubre pasado, algo que tiene que ver con diversos factores, entre ellos las supuestas señales de corrupción.

"De alguna manera perdió ese capital político que obtuvo en la elección", remarca la analista.

En Argentina hace años que se usa la expresión "roban pero hacen", que refleja a la perfección que para los argentinos, si la economía y su nivel de vida van bien, las supuestas prácticas de corrupción bajan el peldaño en el listón de preocupaciones.

Ahora, y a pesar de que los números macroeconómicos apuntan a una mejora de la situación del país, la gente sigue sin percibir un bolsillo más lleno, por lo que, aunque Macri ha conseguido salir airoso hasta el momento de las polémicas, la sospecha sobre su equipo cada vez está mas latente. 
 



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