Internacional - Política

La longeva crisis política también divide al monacato budista en Tailandia

2018-02-27

"Nunca fue un matrimonio, fue una violación", aseveró el periodista...

Gaspar Ruiz-Canela

Bangkok, 27 feb (EFE).- La crisis política -con dos golpes de Estado incluidos- de los últimos 12 años en Tailandia ha arrastrado al monacato budista, que se ha visto afectado por la división de la sociedad y escándalos financieros.

Los primeros síntomas de la crisis fueron las protestas callejeras contra el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que finalmente fue depuesto en 2006 en una asonada militar incruenta y cuya caída dio comienzo a la actual espiral de inestabilidad.

Desde entonces, la sociedad tailandesa ha estado dividida a grandes rasgos entre quienes apoyan a Thaksin, especialmente el colectivo llamado "camisas rojas", y su detractores, muchos representados en sus rivales los "camisas amarillas", una escisión que también ha salpicado al monacato budista.

El periodista francés Arnaud Dubus cita en su libro "Bhuddhism and Politics in Thailand" una encuesta entre monjes que mostró que casi la mitad era neutral y el resto se encontraba dividido políticamente, aunque con más apoyos para los camisas rojas.

"Para los monjes en lo alto de la jerarquía, es más difícil de decir (...) Son más sumisos y serviles con las autoridades centrales. Obviamente, los camisas rojas representaban una amenaza al sistema que esos monjes apoyaban", indicó Dubus en una entrevista con Efe.

El budismo no es la religión oficial de Tailandia y los religiosos, que según la ley no pueden votar o ser candidatos políticos, tradicionalmente se han mantenido al margen del debate político, aunque hay notorias excepciones.

Dubus menciona en su libro a Kittiwuttho, un monje que en 1976 dijo que matar comunistas era un "pecado menor", al justificar que el asesinato se realizaba en aras de evitar -en su opinión- el mal mayor del comunismo.

Unos meses más tarde, grupos de la extrema derecha masacraron a decenas de universitarios acusados de ser comunistas en la Universidad de Thammasat.

Las protestas que han plagado las calles de Bangkok en los últimos años con simpatizantes o detractores de la familia Shinawatra -Yingluck, hermana de Thaksin, fue a su vez depuesta en 2014 en otro golpe militar-, han contado con la asistencia de monjes entre los manifestantes.

El bonzo Phra Buddha Isara lideró una facción de las manifestaciones contra el Gobierno de Yingluck, y el autor francés lo describe como un "monje pro statu quo sin tapujos que ataca en sus sermones a quienes percibe como sus enemigos políticos", aunque sin llegar al extremo violento de Kittiwuttho.

En 2016, Isara empezó a hacer campaña contra el entonces jefe en funciones del monacato budista tailandés Somdet Chuang, un abad relacionado indirectamente con Thaksin Shinawatra y el controvertido templo Dhammakaya.

La junta militar paralizó la ratificación como patriarca supremo de Somdet Chuang, acusado de haber recibido irregularmente un Mercedes-Benz como donación, y posteriormente fue sustituido por otro religioso.

El templo Dhammakaya, que tiene cientos de centros en Tailandia y en el extranjero, se vio envuelto en un escándalo financiero y su abad, Dhammachayo, fue acusado de fraude.

El abad, también relacionado indirectamente con Thaksin, se encuentra huido de la justicia tailandesa.

Según Dubus, estos casos reflejan en parte las disputas políticas en Tailandia y la interacción entre budismo y poder.

El budismo siempre ha estado ligado a los antiguos reinos tailandeses, aunque fue el monarca Vajiravudh (1910-25) el que instauró el lema "Chat, Sasana, Phramahakasat" (Nación, Religión y Rey) como los pilares del país hasta el presente.

"Sasana ha sido identificado con el budismo por la mayoría de los tailandeses durante casi un siglo. El problema está en la fusión entre el budismo y el concepto de nación", explicó el escritor francés.

Algunos grupos budistas piden que esa religión sea la oficial del país, mientras que otros opinan que esto empeoraría la relación con otras minorías religiosas, así como en el conflicto separatista en las tres provincias de mayoría musulmana en el sur: Pattani, Yala y Narathiwat.

El periodista tailandés Pravit Rojanaphurk recordó que el conflicto en el sur de Tailandia no tiene el mismo componente antimusulmán que la persecución de los rohinyás, una minoría mayoritariamente musulmana, en el este de Birmania (Myanmar).

Pravit precisó que las citadas tres provincias pertenecieron a Patani, una antiguo reino malayo-musulmán que fue anexionado a la fuerza por la actual Tailandia a principios del siglo XX.

"Nunca fue un matrimonio, fue una violación", aseveró el periodista tailandés durante la presentación la semana pasada en Bangkok de "Bhuddhism and Politics in Thailand", publicado en 2017 por Irasec, el centro de estudios francés para el Sudeste Asiático. 



yoselin