Religión

El primer altar cristiano fue el de la cruz: Papa Francisco

2018-03-01

"Fue el primer altar cristiano el de la cruz. Y cuando nos acercamos al altar en el momento de...

 

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 28 FEB - El papa Francisco dedicó la catequesis de hoy en la audiencia general a la liturgia eucarística y en particular la presentación de los dones.
    
"Fue el primer altar cristiano el de la cruz. Y cuando nos acercamos al altar en el momento de la misa, nuestra memoria va al altar de la cruz, donde se hizo el primer sacrificio", explicó.
    
"El centro de la misa es el altar, y el altar es Cristo", subrayó el pontífice, recordando que en la liturgia eucarística "a través de los santos signos la Iglesia hace continuamente presente el Sacrificio de la nueva alianza sellada por Jesús sobre el altar de la cruz".
    
El sacerdote, "que en la misa representa a Cristo, cumple aquello que el Señor mismo hizo y confió a los discípulos en la Ultima Cena: tomó el pan y el cáliz, dio gracias, lo dio a los discípulos diciendo: 'Tomen, coman y beban, este es mi cuerpo y este es el cáliz de mi sangre. Hagan esto en memoria mía'".
    
"Obediente al comando de Jesús, la Iglesia dispuso la Liturgia eucarística en momentos que corresponden a las palabra sy gestos realizados por El la víspera de su Pasión. Así, en la preparación de los dones son llevados al altar el pan y el vino, es decir los elementos que Cristo tomó en sus manos", explicó Francisco.
    
"Nos pide poco el Señor y nos da tanto. Nos pide poco en la vida ordinaria: buena voluntad, nos pide corazón abierto, nos pide la voluntad de ser mejores. Y esto está representado en estas ofrendas simbólicas que luego se convertirán en el cuerpo y la sangre", agregó.
    
"En la plegaria eucarística damos gracias a Dios por la obra de la redención y las ofrendas se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo -prosiguió-. Siguen la división del Pan y la Comunión, mediante la cual revivimos la experiencia de los apóstoles que recibieron los dones eucarísticos de las manos del propio Cristo".
    
Al primer de Jesús -"tomó el pan y el cáliz del vino"- corresponde por lo tanto la preparación de los dones. "En los signos del pan y el vino -recordó Francisco- el pueblo fiel pone su propia ofrenda en manos del sacerdote, quien la coloca sobre el altar o la mesa del Señor, 'que es el centro de toda la Liturgia eucarística'".
    
"Y no olvidar que el altar es Cristo, pero en referencia al primer altar que es la cruz -agregó-. Sobre el altar nosotros nos llevamos los pocos dones, que son el pan y el vino, que se transforman en mucho, es decir en Cristo".
    
"Cierto, es poca cosa nuestra oferta, pero Cristo necesita de este poco -como ocurrió en la multiplicación de los panes- para transformarlo en el don eucarístico que a todos alimenta y hermana en su Cuerpo que es la Iglesia", dijo el papa.
    
"Que la espiritualidad del don de sí, que este momento de la misa nos enseña -concluyó- pueda iluminar nuestras jornadas, las relaciones con los otros, las cosas que hacemos, los sufrimientos que encontramos, ayudándonos a construir la ciudad terrena a la luz del Evangelio".
    
Finalmente, al dirigir su "cordial saludo a las personas de lengua árabe, en particular las procedentes de Siria, Tierra Santa y Medio Oriente", Francisco agregó: "Una tierra martirizada, debemos rezar por estos hermanos que están en guerra y por los cristianos perseguidos, que quieren expulsar de aquella tierra. Recemos por estos hermanos y hermanas nuestros".


 



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