Internacional - Economía

Trump considera en mal estado industria de acero en Estados Unidos

2018-03-05

Resultan antecedentes para justificar la renuncia de Roberta Jacobson y, sobre todo, para levantar...


Washington, (PL) El presidente estadounidense, Donald Trump, consideró hoy que la industria de acero en su nación está en mal estado, y se debe proteger a los trabajadores norteamericanos.

Si no tienes acero, no tienes un país, escribió el mandatario en su cuenta personal de la red social Twitter.

Trump también apuntó antes que 'cuando un país (Estados Unidos) está perdiendo miles de millones de dólares en el comercio con prácticamente todos los países con los cuales tiene negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar'.

'Por ejemplo, cuando perdemos 100 mil millones con un país concreto y se muestran satisfechos, ya no comerciamos más, y ganamos a lo grande. ÂíEs fácil!, agregó.

Estos comentarios del jefe de la Casa Blanca se produjeron un día después de que anunció que Estados Unidos impondrá la próxima semana aranceles a las importaciones de acero y aluminio de 25 y 10 por ciento, respectivamente.

Durante una reunión en la Casa Blanca con ejecutivos de la industria siderúrgica, Trump también prometió la reconstrucción de cada uno de esos sectores.

A su juicio, y como expresó previamente en la plataforma de microblogging, Estados Unidos ha recibido un trato injusto de otras naciones durante décadas.

Por primera vez en mucho tiempo estas importaciones tendrán protecciones, sostuvo el mandatario en el encuentro, que fue convocado, según informaciones de prensa, de manera apresurada después de horas de confusión sobre un posible anuncio al respecto.

Trump ordenó el año pasado al Departamento de Comercio que revisara el proceso para la adquisición de ambos metales, y tiene un plazo hasta el 11 y el 19 de abril para tomar una determinación sobre el acero y el aluminio, en ese orden.

Reportes periodísticos comentaron que cualquier acción para imponer aranceles probablemente aumentará las tensiones con los socios estadounidenses.

Los críticos de la decisión temen que otros países tomen represalias o utilicen la seguridad nacional como pretexto para imponer sus propias sanciones comerciales.

También argumentan que los castigos incrementarían los precios y perjudicarían a los fabricantes de automóviles estadounidenses y otras empresas que utilizan acero y aluminio.

Hasta el momento, divulgaron las fuentes, los temores de una creciente guerra comercial provocaron liquidaciones masivas en Wall Street, y también en Asia y Europa.

Junto a otras opciones, que incluyen diferentes tarifas a países específicos, el secretario norteamericano de Comercio, Wilbur Ross, sugirió a Trump imponer aranceles de 24 y 7,7 por ciento en cada caso.

Pero según el diario The Washington Post, fue una tensa conversación de 50 minutos que fuentes de ese diario calificaron de incómoda y mostraron a Trump como irascible e impaciente.

No era para menos, el jefe de la Casa Blanca intentó, otra vez, que el presidente Peña Nieto aceptara públicamente la pretensión de su interlocutor de que México pague por la edificación de la inmensa valla fronteriza.

En menos de una hora quedó cancelada la primera visita oficial del mandatario mexicano a Estados Unidos, algo que ocurre por segunda vez, siempre por los desplantes de Trump.

Pero la controversia no queda ahí. De hecho tiene repercusiones en las negociaciones que se efectúan en esta capital para la modernización del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, que involucran a México, Estados Unidos y Canadá.

De improviso, el negociador estadounidense fue llamado a consultas a Washington, adonde luego viajó el secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, para pláticas urgentes con su homólogo Wilbur Ross.

Además, a Guajardo le sorprendió por allá el anuncio de Trump de que Estados Unidos se dispone a imponer aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio, una medida que afecta a plantas en varios estados mexicanos que emplean a miles de trabajadores.

Casualmente por estos días Estados Unidos, además, anunció la revisión del convenio azucarero con México y respecto a la importación de tomate, producciones también importantes para este país.

Resultan antecedentes para justificar la renuncia de Roberta Jacobson y, sobre todo, para levantar interrogantes de cual será la agenda que tendrá el nuevo embajador, que será designado por Trump, aunque requiere de aval del congreso de aquel país.

Todo ello ocurre en un escenario electoral en México, cuando el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, encabeza las encuestas; el candidato del gobierno, José Antonio Meade, va rezagado, y pareciera que el presidente Trump quisiera apretarle las tuercas a su homólogo mexicano en un momento delicado para este país.


 



yoselin