Internacional - Política

Resultado en elección italiana anuncia postura más dura de la Unión Europea en inmigración

2018-03-06

Por Gabriela Baczynska


BRUSELAS (Reuters) - El fracaso de los vecinos de Italia para ayudar a recibir un mayor flujo de inmigrantes contribuyó a la rotunda derrota del partido gobernante en la elección del fin de semana, reconocieron funcionarios europeos.

Pero dada la dificultad de persuadir a todos los estados de la Unión Europea para que compartan el peso de recibir a los recién llegados, los funcionarios en Bruselas ahora creen que el bloque tendrá que tomar una postura más dura sobre inmigración.

“El mensaje que escuchamos es: continúen siendo muy, muy duros con el tema del asilo. Sean duros con la inmigración y, después, sean aún más duros”, dijo un alto diplomático de la UE.

El Partido Democrático de la centroizquierda de Italia sumó menos de una quinta parte de los votos el fin de semana, perdiendo ante los partidos “antiestablishment” y de derecha que hicieron una campaña dura contra la inmigración.

Los principales políticos de la UE interpretan el resultado como un llamado para que se asuma una línea dura sobre la inmigración o correr el riesgo de perder sus posiciones de poder.

“Italia ha sufrido durante meses y meses bajo la presión de la migración, eso es innegable. Esta fuerte presión migratoria es un contexto que debemos tener en cuenta”, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron.

Alrededor de 170,000 refugiados y migrantes cruzaron el Mediterráneo a Italia en 2014, según cifras de la ONU. En los siguientes dos años, los arribos fueron de 154,000 y 181,500 personas, antes de caer a 119,000 en 2017. Italia y Grecia soportaron la mayor parte del flujo.

Inmigrantes africanos marcharon por Florencia el lunes gritando “no más racismo” después de que un italiano mató a tiros a un vendedor ambulante senegalés. El martes, autoridades dijeron que 21 migrantes habían desaparecido y se temía que se hubieran ahogado tras el rescate de dos botes que viajaban de Libia a Italia.

La crisis, que llegó a un punto crítico en 2015, cuando más de un millón de personas llegaron a Europa desde Oriente Medio y África, ha sacudido a la UE y ha alimentado el sentimiento antiinmigración y euroescéptico.

Desde entonces, la UE ha llegado a acuerdos con países como Turquía y Libia, a los que les ofreció dinero y otro tipo de ayuda para mantener a las personas alejadas de sus costas.

La votación en Italia muestra que la UE se mantendrá en este curso, sostienen funcionarios en Bruselas. Pero detrás de la unidad de la UE sobre la necesidad de detener a los refugiados y los inmigrantes que llegan al bloque, hay un problema más difícil de resolver.

Mientras que los países del Mediterráneo soportaron el impacto inmediato del salto en la inmigración, y naciones ricas como Alemania y Suecia también hicieron lo suyo para manejar la crisis, los gobiernos de los países del este no se han movido en la misma dirección.

Roma y Berlín culparon a los gobiernos nacionalistas de Polonia y Hungría por no haber mostrado solidaridad cuando era necesario, pese a que aceptaron el dinero de desarrollo que las naciones occidentales envían a los miembros más pobres del bloque.

“Hay un problema de solidaridad en Europa”, dijo el lunes el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, en Dublín. “Todos somos responsables”, agregó.

Italia y Grecia sienten que han tenido que afrontar la crisis sin ayuda, mientras que Alemania, Holanda y Francia han presionado fuertemente, aunque sin resultados, para romper la resistencia de las naciones del este.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Konrad Szymanski, dijo que la presión por la migración puede ser contraproducente. “Hoy, la raíz del euroescepticismo está en los miembros fundadores de la UE, mientras que Europa central y los países orientales son un centro de estabilidad”.

Polonia y Hungría, así como Eslovaquia y República Checa, citan preocupaciones de seguridad y la necesidad de preservar la composición tradicional de sus sociedades para negarse a aceptar refugiados de Oriente Medio y el Norte de África.

“Una cuarta parte de los votantes apoyó a los partidos a favor de la inmigración, mientras que tres cuartos respaldaron a los partidos que están contra la inmigración”, dijo el primer ministro húngaro, Viktor Orban, sobre el voto italiano. “Seguirá siendo así en toda Europa durante los próximos 10-15 años”. 



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