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Alto comisionado de ONU insiste en sospechas de genocidio contra los rohinyás

2018-03-07

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU "tiene fuertes sospechas de que pueden haber tenido...


Ginebra, 7 mar (EFE).- El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, reiteró hoy sus "fuertes sospechas" de que en el estado de Rakáin, en el noroeste de Birmania (Myanmar), se hayan cometido "actos de genocidio", y acusó a los birmanos de querer hacer desaparecer presuntas fosas comunes.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU "tiene fuertes sospechas de que pueden haber tenido lugar actos de genocidio en el estado de Rakáin desde agosto" pasado, señaló Zeid en la presentación de su informe anual en la trigésima séptima sesión del Consejo de Derechos Humanos del organismo multilateral.

Por ello, añadió que no le sorprenden las informaciones que apuntan a que se trabaja con "excavadoras en los pueblos rohinyás que fueron atacados en los últimos años y en las presuntas fosas comunes de las víctimas".

"Esto parece ser un intento deliberado por parte de las autoridades de destruir pruebas de eventuales crímenes internacionales, incluidos posibles crímenes contra la humanidad", afirmó el alto comisionado.

Recordó además que su oficina "cree que aún continúa la limpieza étnica en el estado de Rakáin".

El municipio de Mungdaw, donde el Ejército birmano inició en agosto pasado un operativo de seguridad tras el asalto armado contra varios puestos policiales de un grupo insurgente de los rohinyás, "ha sido vaciado" y no quedan ya miembros de esta minoría musulmana, dijo el alto comisionado.

Los rohinyás siguen huyendo a Bangladesh debido a "la persecución y la violencia sistemáticas, aunque de menor intensidad, en otras ciudades y otros pueblos", señaló Zeid.

Las víctimas han informado de asesinatos, violaciones, torturas y secuestros por parte de las fuerzas de seguridad birmanas y milicias locales, así como de intentos aparentemente deliberados de obligar a los rohinyás a abandonar el área a través de la privación de comida, pues "funcionarios" bloquean su acceso a los cultivos y suministros de alimentos, indicó el alto comisionado.

Zeid también ha recibido informaciones sobre la enajenación de tierras no habitadas por rohinyás y su entrega a miembros de otros grupos étnicos, según explicó.

El alto comisionado consideró asimismo "altamente insuficiente" el anuncio reciente de que siete soldados y tres policías serán llevados ante la Justicia por la presunta ejecución extrajudicial de diez varones rohinyás.

"El Gobierno debe tomar pasos hacia una rendición de cuentas real por estas violaciones y debe respetar plenamente los derechos de los rohinyás, incluido el derecho a tener una ciudadanía", pues esta comunidad es apátrida.

Zeid también sostuvo que cualquier acuerdo de repatriación de los rohinyás entre Bangladesh y Birmania debe incluir un "camino claro" hacia la ciudadanía y poner fin a la discriminación y la violencia infligida a este colectivo.

El alto comisionado asimismo señaló que parece que las políticas y prácticas discriminatorias en Birmania se están aplicando a otros grupos, ya que en los estados de Shan y Kachin se han informado de víctimas civiles causadas por ataques de fuerzas de seguridad.

La próxima semana la Misión de Investigación de la ONU para Birmania presentará su informe, pero Zeid consideró de nuevo necesario que el Consejo de Derechos Humanos establezca un nuevo mecanismo independiente e imparcial que pueda -a diferencia de la misión- preparar y acelerar los procedimientos penales en tribunales contra los presuntos autores de los crímenes cometidos en Birmania.



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