Mujeres

Mujeres en México sufren desigualdad en el manejo de los recursos forestales

2018-03-07

"Esto quiere decir que de entre los que tienen derechos a la propiedad de la tierra, 3 cuartas...

Zoilo Carrillo

México, 7 mar (EFE).- Las mujeres mexicanas dedicadas al manejo de los recursos de los bosques sufren de desplazamiento y desigualdad en la toma de decisiones, representando tan solo una cuarta parte de los propietarios de ejidos en zonas forestales.

La coordinadora regional en el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (Ccmss), Lucía Madrid, contó a Efe que en México, alrededor del 70 % de los bosques está sujeto a ejidos en términos de propiedad y un 26 % de los ejidatarios son mujeres.

"Esto quiere decir que de entre los que tienen derechos a la propiedad de la tierra, 3 cuartas partes son hombres", precisó.

En las asambleas ejidales se toman las decisiones colectivamente -un ejido puede tener cientos de ejidatarios-, por lo que la amplia diferencia entre géneros en este ámbito provoca que "quienes opinan, quienes presentan propuestas y tienen un papel fuerte en la toma de decisiones son los hombres".

Según el Registro Agrario Nacional (RAN), solo un 15 % de los puestos en órganos de representación ejidal son ocupados por mujeres.

Refiriéndose únicamente a presidentes de comisariado ejidal, la cifra se reduce todavía más, con un 8 % de mujeres con alta responsabilidad.

Esto silencia la opinión y voz de muchas mujeres, sus necesidades y su aportación al manejo de recursos forestales.

La desigualdad de participación provoca una réplica económica, puesto que tener derecho sobre gran parte de los bosques implica que se reparta mayor parte de las ganancias de la madera y de los subsidios que otorga el Estado.

En la práctica, hay una escasez de mujeres con poder de decisión, ya que "se relacionan con el bosque de formas distintas al hombre" y por ello podrían estar proponiendo e impulsando políticas diferentes en la gestión de recursos.

Las mujeres en el bosque suelen realizar las actividades de recolección de leña, de hongos, de hierbas, así como de plantas de uso medicinal y alimenticio.

"También participan en gran medida en las actividades de cuidado, reforestación, brechas cortafuego, todos esos trabajos voluntarios no remunerados que se hacen para cuidar los bosques", agregó Madrid.

Para entender la problemática hay que remontarse a 1930, cuando se dio el reparto de la tierra en México y, por razones culturales, fueron los hombres quienes pidieron su uso.

Cada uno de los ejidatarios puede heredar a alguien su derecho sobre la tierra y, normalmente, los hombres deciden heredar al hijo varón, lo que explica la proliferación masculina.

La ley agraria establece que si el ejidatario muere sin nombrar un heredero, el mejor posicionado en la línea de sucesión es la esposa o la concubina.

Cuando esto sucede, suele coincidir con que las mujeres, ya viudas, obtienen responsabilidades en una edad avanzada, alrededor de los 70 años.

"No tuvieron la oportunidad como los hombres de tener un aprendizaje de la actividad ejidal en sus años más activos", comentó la especialista.

La repercusión de ello es que el conocimiento y capacidades técnicas no está siendo desarrollada por la mitad de la población, ya que en el medio rural habitan alrededor de 27,5 millones de personas, de las cuales el 50,4 % son mujeres.

Para mejorar la situación, Madrid propuso que los programas públicos que destinan recursos económicos al sector forestal den preferencia a una mayor participación de las mujeres en las actividades que se financien. 


 



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