Reportajes

Deportados, estigmatizados y a la deriva 

2018-03-19

"Hay un proceso fuerte de estigmatización de los migrantes en edad productiva que...

Por Marcos Romero

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 19 MAR - Tres millones de migrantes mexicanos repatriados de Estados Unidos desde los tiempos del ex presidente Barak Obama están la deriva y son vistos con suspicacia por sus propios compatriotas bajo la sospecha de que tienen antecedentes criminales.
    
Además, se les mira con desconfianza y se les discrimina a todos los niveles, mientras las autoridades han diseñado y puesto en marcha muy pocas políticas para su inclusión social y reinserción en sus comunidades, la vida laboral y los centros escolares.
    
"Hay un proceso fuerte de estigmatización de los migrantes en edad productiva que regresan a México por la sospecha de si serán criminales", señala Liliana Rivera, investigadora del Colegio de México.
    
"Todo ese proceso también tiene una gran influencia sobre las decisiones que toman", afirma. Durante un reciente conversatorio sobre "La política de Donald Trump, las deportaciones y la migración de retorno", Leticia Calderón, investigadora del Instituto Mora, un influyente centro de pensamiento local, señaló que el gobierno no ha tomado medidas preventivas para atender la avalancha de deportados desde Estados Unidos.
    
Sólo durante la gestión de ocho años Obama, fueron repatriados 3,4 millones de indocumentados, la mayoría mexicanos, en un intento por congraciarse con el Congreso para aprobar una reforma migratoria.
    
Bajo el gobierno de Trump, a pesar de que endureció su política migratoria, la cifra de deportados bajó de 601.356 en 2009 a 166.986 en 2017, es decir cuatro veces, porque los indocumentados ahora se benefician del sistema jurídico para defenderse, según la unidad de Política Migratoria del Ministerio de Gobernación.
    
"Todo proceso migratorio tiene dos lados y, en ese sentido, por ejemplo, para los jóvenes retornados es muy difícil insertarse en el nivel universitario", señaló Calderón.
    
En el ámbito laboral, Rivera dijo que la población que retorna de Estados Unidos en edad productiva sufre actitudes de desprecio y desconfianza de parte de empleadores y trabajadores bajo la creencia de que cometió algún delito.
    
Eso hace que después de los retornados se inserten en el mercado laboral, pero al poco tiempo decidan volver a migrar, debido también a los bajos salarios, un tema que hasta ahora está siendo abordado en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
    
Tras el triunfo de Trump en las elecciones del 8 de noviembre de 2016, el gobierno mexicano anunció un plan de apoyos para los repatriados por sus políticas, luego que avisó que repatriaría a por lo menos 6 millones de indocumentados.
    
El ministerio de Gobernación anunció el reforzamiento del programa Somos Mexicanos para vincular a quienes regresan a México con las empresas del país, a fin de conseguir trabajo en las localidades donde viven.
   
"Se facilitará la inserción al mercado de trabajo de los paisanos que regresan a casa y vincularlos con ofertas laborales en su lugar de origen", anunció la dependencia gubernamental.
    
Los empresarios se comprometieron a facilitar la reinserción de los trabajadores y a aceptar como identificación de los connacionales la constancia de repatriación.
    
Más de un año después de la asunción de Trump, las cosas no son fáciles para los repatriados todos los días a México, que viven un verdadero infierno en su lucha por conseguir empleo, inscribir a sus hijos en las escuelas o reinsertarse en sus comunidades de origen.
    
Mientras se solía exaltar su gran audacia de cruzar la frontera en busca de una vida mejor y de soportar mil y un penurias en un entorno hostil, a su regreso son recibidos con frialdad, desconfianza y hasta hostilidad, lo que se agrega la nostalgia por los hijos, esposa o parientes que dejaron en el país vecino.
    
"Esto no es lo que esperaba en México. Tengo sentimientos agridulces: estoy feliz de regresar y ver a los míos, pero no se me recibe como me merezco y además extraño a la familia que dejé allá", declaró Martín, de 45 años, repatriado hace unos meses, nacido en el estado de Puebla. 



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