Panorama Norteamericano

Segunda Enmienda constitucional de Estados Unidos, ¿hora de un cambio?

2018-03-26

De acuerdo con Bluhm, esa fue la racionalidad original del texto, porque a finales del siglo XVIII,...

Por Martha Andrés Román

Washington, 25 mar (PL) En el debate sobre el control de armas de fuego vigente hoy en Estados Unidos, la Segunda Enmienda a la Constitución resulta el principal argumento esgrimido por quienes se oponen a una mayor regulación de esos artefactos.

Este apartado de la carta magna, que establece el derecho de los estadounidenses a portar armas, es defendido, incluso, por muchas de las personas que coinciden con que debe hacerse más para controlar el acceso a ellas y su comercialización.

Pero aunque a nivel público no son muchas las figuras que suelen declararse contrarias a la Segunda Enmienda, existen voces entre la población que la consideran desfasada y se pronuncian por su eliminación o actualización.

Ese es el caso de Thomas Bluhm, participante este sábado en la multitudinaria Marcha por Nuestras vidas celebrada en Washington DC para exigir mayor regulación del armamento de fuego, a la cual llevó un cartel en el que se leía: 'No existe una milicia bien regulada, revoquen la Segunda Enmienda'.

Con ese mensaje hizo referencia al texto de ese apartado, el cual expresa: 'Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas no será infringido'.

'Muy bien, amigo, esa es la parte de la Segunda Enmienda de la que todo el mundo se olvida', le dijo a Bluhm otro de los asistentes al evento de ayer, al tiempo que le dio la mano y lo felicitó por su cartel.

En declaraciones a Prensa Latina, explicó que mostraba esa pancarta porque cree que la disposición es obsoleta. 'No hay ninguna necesidad razonable para tener a ciudadanos con armas que sean parte de milicias'.

De acuerdo con Bluhm, esa fue la racionalidad original del texto, porque a finales del siglo XVIII, cuando se redactó, no había un ejército grande en el naciente país y se necesitaba gente que pudiera luchar.

'Pero ahora tenemos un ejército completo, no dependemos de que los ciudadanos posean armas para defender la nación, por lo que la lógica detrás de la enmienda ya no está, y esa parte debe abolirse', consideró.

Ante la pregunta de por qué tantos norteamericanos defienden la Segunda Enmienda, el manifestante sostuvo el criterio de que existen dos motivos fundamentales.

De un lado, piensan que es un derecho fundamental porque está en la Constitución, y sienten que su libertad sería suprimida si se remueve; y, por otra parte, les gustan las armas, simplemente eso, y emplearán cualquier excusa para ser capaces de tenerlas, estimó.

Esa no es una buena razón para permitir tanto dolor, sufrimiento y muerte en el país, añadió en alusión a los miles de fallecimientos causados cada año por las armas de fuego.

'Tenemos que cambiar la ley, la Constitución, de forma pacífica, democrática, legal, ya otras naciones han hecho eso, han tenido gran éxito con control de armas y la reducción de la violencia, deberíamos probarlo aquí, sería mucho mejor que lo que tenemos ahora', apuntó Blhum.

Las universitarias Helena Amberger y Julianna Smith, también presentes en la movilización de ayer, no llegaron a pronunciarse por una eliminación de la Segunda Enmienda, pero sí coincidieron en que está desactualizada y debe cambiarse.

Data del siglo XVIII, cuando había armas que solo podía dispararse una vez y tomaba un tiempo considerable recargarlas, pero la tecnología ha avanzado mucho y la legislación no refleja eso, hay una gran brecha entre lo que está permitido y lo que realmente debería permitirse, indicó Amberger.

A decir de la joven, es necesario transformar esa disposición constitucional, 'no está hecha en correspondencia con la tecnología que tenemos ahora, no hay razón para que haya armas de asalto al alcance de cualquiera'.

Smith, a su vez, calificó de ridículo que muchas personas, bajo el argumento del miedo a perder una forma individual de protección, pongan en peligro a tantos que ya fueron asesinados.


 



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