Nacional - Política

Los mexicanos en el extranjero, de espaldas al proceso electoral

2018-04-01

Solo 83.294 mexicanos residentes en EE UU han presentado su registro para votar al 19 de marzo....

Karina Suárez, El País

Jorge Rivera tenía 17 años cuando cruzó de ilegalmente a los Estados Unidos en 2002. Sus amigos le animaron a probar suerte del otro lado del río Bravo. Su “sueño americano” ha durado 16 años. Ahora tiene dos hijos y trabaja en el sector de la construcción. Sus orígenes están en México, pero su día a día transcurre en Wisconsin, EE UU. Entre sus preocupaciones no figuran las próximas elecciones de 2018. “Si nos dieran chance de votar por el presidente de Estados Unidos y el presidente de México, siento que me iría más con el presidente de Estados Unidos. Siento que mi voto [en México] no valdría nada”, asegura.

A 315 kilómetros de este punto, en el Estado de Illinois vive Claudia Venegas. La mujer de 50 años, nació en Tepatitlán, Jalisco, pero hace más de tres décadas emigró a los EE UU para seguir a su esposo. Con una vida forjada en el país anglosajón, las próximas elecciones en México no son una prioridad para ella. “A la mayoría de los que estamos aquí no nos interesa mucho, ya tenemos nuestra vida acá y la credencial para votar no tiene una validez aquí, solo te sirve para votar”, comenta.

Raúl Macías, vicepresidente de la Confederación de Federaciones Mexicanas (Cofem) en EE UU, explica que existe, como en México, una falta de credibilidad en la política mexicana. Además, crítica que la campaña de difusión del Instituto Nacional Electoral (INE) es muy débil para hacer eco en las comunidades de migrantes y califica el trámite como burocrático. "Una cosa que se les olvida a las autoridades mexicanas es que los inmigrantes trabajamos todo el día y el trámite es muy burocrático, si tú ya sacaste tu pasaporte mexicano ¿por qué tienes que hacer un doble papeleo?", cuestiona.

Desde el año pasado el INE comenzó una campaña de promoción para la credencialización electoral de migrantes mexicanos en EE UU. En ese entonces, se hablaba de un universo de entre ocho a 11 millones de connacionales con posibilidades de participar en las próximas elecciones. La realidad se ha quedado corta respecto a las expectativas. Solo 83.294 mexicanos residentes en EE UU han presentado su registro para votar al 19 de marzo. Esto supone un 79% del total de las 105.104 peticiones que ha recibido el INE. Por decenas o como casos aislados que se cuentan con los dedos de las manos, el órgano electoral ha recibido peticiones de sufragio de más de 90 países, algunos tan lejanos como Vietnam, Azerbayán, Kuwuait, Kenia, entre otros. El 31 de marzo es la fecha límite para el registro foráneo.

“En general, el voto en el extranjero no es un voto tan significativo tampoco en otros países. Obviamente en México tenemos una gran diáspora, somos el segundo país con mayor migración en el mundo por lo que se considera que el voto [extranjero] tiene que ser un voto muy importante”, reconoce Enrique Andrade, presidente de la Comisión del Voto de los Mexicanos en el Extranjero del INE.

En el caso específico de EE UU, país que concentra el mayor volumen de emigración mexicana, Andrade explica que el discurso antimigrante que promueve el actual gobierno de Donald Trump inhibe la intención de voto desde ese país. “Sí, seguramente estas políticas antimigrantes y textualmente antimexicanas de Trump están afectando o le dan miedo a los connacionales para hacer este tipo de trámites”, admite.

Los capitalinos encabezan la lista de solicitudes con 16.095 peticiones. No obstante, Yuri Beltrán, consejero del Instituto Electoral de la Ciudad de México reconoce que aún con estas cifras existe el reto de transmitirle a los connacionales que su voto sí cuenta, es seguro y no representa una amenaza de deportación si su situación migratoria es irregular.“La ausencia por tantos años del derecho al voto migrante sí mermó en la vinculación política de México con su diáspora”, admite.

Este diagnóstico es confirmado por el profesor del Colegio de la Frontera Norte, Víctor Alejandro Espinoza. “Votar para muchos puede ser la última de las prioridades en su nueva vida. Otro factor que pudiera inhibir el registro para votar de muchos indocumentados es el contexto político de los Estados Unidos con la llegada de Donald Trump y hay mucho temor a exponerse, a dar papeles o a que te identifiquen”, ha explicado. Según los cálculos más recientes del Pew Research Center en 2016 había 5,6 millones de migrantes ilegales mexicanos distribuidos en los 50 Estados de la Unión Americana.

El profesor, quien ha seguido el desarrollo del voto extranjero desde su aprobación en 2006, apunta que la participación de los extranjeros en los comicios en México ha sido pobre respecto a las expectativas que se tenían. En 2006 se hablaba de un potencial de cuatro millones de votos foráneos. No obstante, en 2006 se registraron 32,000 sufragios desde el exterior y seis años más tarde la cifra ascendió a 43,000 votos.

Para 2018 el voto migrante será más alto respecto a otros comicios, pero estará alejado de los millones de mexicanos que han forjado su vida en el extranjero. En un comportamiento similar a las jornadas electorales anteriores, EE UU encabeza el número de solicitudes para sufragar. En segundo lugar se sitúa Canadá con 4.423 peticiones, seguido de España que cuenta con 2.788 inscripciones y en el cuarto sitio, con 2.398 registros, está Alemania. Entre estos últimos registros figura el de Martha Ayala, quien en 2015 emigró a Berlín para estudiar y está tramitando su credencial para votar. “Creo que votar es una de las formas que tengo para que mi opinión se vea un poco, también toda mi familia está allá [en México] y me gustaría que las cosas cambiarán para ellos”, argumenta esta joven de 29 años.

Liliana López, ciudadana mexicoamericana que vive desde hace ocho años en Tucson, Arizona, coincide en que participar en las elecciones es una forma de coadyuvar a los familiares que viven del otro lado del río Bravo. “Me interesa mucho lo que pase en el país, en parte porque allá vive mi papá, uno de mis hermanos y mucha más familia. No estoy pensando en regresar ahora [a México], pero me encantaría tener la opción de volver, me molesta pensar en que no puedo ir porque no hay trabajo, ni seguridad”, señala.

La promoción en redes sociales, consulados y embajadas se acelera en la misma medida que el tiempo se agota. Las autoridades electorales confían en que, hacia en la recta final del proceso, se despierte el interés democrático de mucho más mexicanos en el extranjero.



JMRS