Migración

Caravana Viacrucis Migrante hace escala en el sur de México

2018-04-03

Después del simposio, algunos migrantes podrían continuar su viaje a la capital de...


CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El presidente Donald Trump advirtió sobre “caravanas” de migrantes que se dirigen a Estados Unidos, aunque un contingente de centroamericanos que supuestamente se desplaza por México hacia la frontera norte estaba sorprendentemente inmóvil el lunes.

Unas 1,100 personas, la mayoría hondureñas, ha estado caminando al costado de carreteras y vías férreas, pero ahora decidieron acampar en un campo deportivo en el estado de Oaxaca, en el sur de México. Ahí esperan asesoría para solicitar visas de tránsito o humanitarias en el país.

Muchos se dirigieron a las gradas para refugiarse del intenso sol de la tarde. A medida que caía la noche, los migrantes, muchos de ellos con niños, encendieron fogatas para cocinar sus magras raciones.

Aunque el domingo unos 200 hombres abandonaron al grupo y subieron a un tren rumbo al norte _quizá con la intención de llegar a Estados Unidos_, parecía improbable que el resto reanude su marcha antes del miércoles o jueves. Estas personas quizá subirán a autobuses que los lleven hasta el último punto del trayecto de la caravana, un simposio sobre derechos de los inmigrantes en el estado de Puebla, en el centro del país.

Irineo Mújica, director de Pueblo Sin Fronteras, el grupo activista detrás de esta reunión simbólica anual, dijo que la caravana continuará su travesía solo hasta la ciudad de Puebla, al sureste de la Ciudad de México, “pero no en la magnitud masiva”. Después del simposio, algunos migrantes podrían continuar su viaje a la capital de México, donde es más fácil solicitar asilo. Mújica dijo que entre 300 y 400 de los migrantes aseguran que tienen parientes en territorio mexicano y por ende consideran permanecer en el país al menos temporalmente.

Aunque había reportes de que México quería poner fin a la caravana, prácticamente había terminado. Los participantes carecían de equipo para marchar en masa hasta la frontera con Estados Unidos. En la noche, agentes migratorios mexicanos se presentaron ofreciéndole ayuda a la gente para llenar varios tipos de visas de tránsito y humanitarias.

Los hechos carecen totalmente de dramatismo, en especial si se les compara con 2013 y 2014, cuando migrantes atestaban trenes cargueros en México rumbo al norte. Sin embargo, los tuits de Trump en tono molesto suscitaron incomodidad en el país.

“México hace muy poco, si no es que nada, para detener a las personas que cruzan a México por su frontera sur, y después a Estados Unidos. Se ríen de nuestras tontas leyes de inmigración. Deben parar el enorme flujo de drogas y personas, o yo pararé su fuente de liquidez, el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. ¡Necesito el muro!”, escribió Trump. “Con todo el dinero que ganan de Estados Unidos, esperemos que impidan a las personas que pasen a través de su país e ingresen al nuestro, al menos hasta que el Congreso modifique nuestras leyes de inmigración”.

El secretario de Gobernación de México, Alfonso Navarrete Prida, rechazó esas exigencias.

“Actuamos con absoluta soberanía en el cumplimiento de nuestras leyes”, dijo el lunes Navarrete Prida. “Sí, desde luego actuaremos.... con estricto cumplimento de nuestra ley migratoria, sin presión alguna de país alguno”.

En un comunicado emitido el lunes por la noche, el gobierno de México indicó que unos 400 participantes en la caravana ya habían sido enviados de vuelta a sus países de origen.

“Bajo ninguna circunstancia el gobierno de México promueve la migración irregular”, se afirma en el texto de la Secretaría de Gobernación.

Hizo notar que México considera estas caravanas anuales como “una manifestación pública que busca llamar la atención sobre el fenómeno migratorio y la importancia del respeto a los derechos de los migrantes centroamericanos”. Al gobierno estadounidense se le ha informado totalmente de la situación, agregó.

La secretaría dijo también que, a diferencia con las caravanas realizadas en años anteriores, “en esta ocasión autoridades migratorias mexicanas han procedido, conforme a la legislación correspondiente, a ofrecer la condición de refugio en los casos en que así proceda”, pero insinuó que no depende de México evitar que la gente continúe hasta Estados Unidos para solicitar asilo.

“No compete a este gobierno ejercer decisiones migratorias de Estados Unidos o de cualquier otra nación, por lo que serán las autoridades competentes de la Unión Americana las que decidan, de ser el caso, autorizar o no el ingreso a su territorio de los integrantes de la caravana que lo solicitaran”, añadió.

Navarrete Prida había dicho que conversó el lunes con la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen.

“Acordamos analizar las mejores vías para atender los flujos migratorios de conformidad con las leyes de cada país”, afirmó el secretario en un tuit.

Un funcionario mexicano dijo que las caravanas son toleradas porque la ley mexicana concede a los migrantes el derecho a solicitar asilo en México o una visa humanitaria que les permita trasladarse a la frontera norte para pedir asilo en Estados Unidos.

Estas caravanas conocidas como Viacrucis Migrante se efectúan en el sur de México desde hace unos 10 años. Comenzaron como procesiones cortas de migrantes, algunos vestidos con atuendos bíblicos y cargando cruces, para protestar en Pascua contra los secuestros, las extorsiones, las golpizas y los homicidios que muchos migrantes centroamericanos sufren en su travesía por México.

Los contingentes organizados de las caravanas por lo general no se desplazan demasiado hacia el norte más allá del estado costero de Veracruz, en el Golfo de México. Algunos migrantes, que se desplazan solos o en grupos pequeños, a menudo suben a autobuses o camiones en la zona para llegar a la frontera con Estados Unidos.

México suele detener a centroamericanos, a veces en cifras que igualan a las de Estados Unidos. Las deportaciones de extranjeros bajaron de 176.726 en 2015 a 76.433 en 2017, en parte debido a que se cree disminuyó el número de los que llegan a México, y aumentó el de los que solicitan asilo en el país.

México aceptó 3.223 solicitudes de asilo efectuadas en 2016, y 9.626 presentadas el año pasado están en trámite o recibieron luz verde.



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