Internacional - Política

En la Sierra Maestra, la revolución cubana sigue viva

2018-04-17

Fidel otorgó los títulos de propiedad de la tierra de forma gratuita a los antiguos...

Por Alexandre Meneghini

LA HABANA (Reuters) - En las apartadas montañas de la Sierra Maestra, cerca de donde Fidel Castro preparaba un levantamiento a fines de la década de 1950, los cubanos sostienen que aún están agradecidos por la reforma agraria y las facilidades modernas que trajo su revolución izquierdista.

El hermano menor de Fidel Castro, Raúl, de 86 años, tiene previsto renunciar esta semana a la presidencia del país. Su sucesor probablemente sea Miguel Díaz-Canel, de 57 años, quien sería el primer líder de Cuba que nació después de la revolución de 1959.

En Santo Domingo, la aldea más cercana a la “Comandancia La Plata” en la Sierra Maestra, donde los rebeldes guiados por Fidel tenían su cuartel militar, los vecinos dicen que le deben mucho a la revolución pese al complicado presente de la economía que las reformas de mercado emprendidas por Raúl no ha podido enrumbar.

“Tengo una vida feliz: tengo un lugar para cultivar, tengo animales”, dijo Paulo Álvarez, un agricultor de 55 años, cuyos cerdos, pavos y pollos recorren libremente los alrededores de su cabaña de madera. “Le agradezco a la revolución por eso. No fue así antes”.

Fidel Castro, quien gobernó durante décadas el país antes de entregar la presidencia a su hermano, nacionalizó grandes propiedades agrícolas tras llegar al poder, en un brusco giro hacia la izquierda que llevó a muchos cubanos a emigrar de la isla y a un congelamiento de las relaciones con Estados Unidos.

Fidel otorgó los títulos de propiedad de la tierra de forma gratuita a los antiguos arrendatarios, trabajadores agrícolas y granjeros. Muchos agricultores se unieron para trabajar en granjas y cooperativas estatales.

El Gobierno cubano construyó instalaciones médicas, escuelas y carreteras pavimentadas en lugares remotos como Santo Domingo, un pueblo de varios cientos de habitantes enclavado cerca de un río en las montañas de la parte oriental de Cuba.

Luis Enrique Pérez pudo capacitarse como profesor de inglés aunque dejó de enseñar debido al bajo salario. A pesar de los logros de la revolución en indicadores sociales como la educación gratuita, gran parte de los cubanos se ven afectados por los bajos salarios que paga el Estado, de alrededor de 30 dólares mensuales, un tema que es fuente de quejas comunes.

Pérez dijo que encontró un trabajo mejor remunerado como guía en la Comandancia La Plata, que actualmente atrae a visitantes que exploran el patrimonio político de Cuba.

“Puedo ganar más dinero y practicar idiomas con los turistas. Es mi pasión”, dijo mientras mostraba una cama donde Fidel Castro dormía.

Y un toque de autenticidad aparece con una nevera estadounidense de la década de 1950 que se encuentra en la habitación principal, con un hueco debido a una bala que la impactó mientras era trasladada de las montañas hasta la cabaña del “Comandante”.

“Raúl hizo muchas cosas buenas en Cuba en los últimos 10 años”, dijo Pérez. “Ha cambiado la vida social del país, con cooperativas, empresas privadas, puntos de conexión, Internet, teléfonos móviles”.

El más joven de los Castro ha abierto la economía estatal de Cuba a la empresa privada, en un intento por impulsar el crecimiento y recortar la abultada plantilla del Estado. Un incremento del turismo en los últimos años ha fomentado ese incipiente sector privado.

“Cuba sería el mejor lugar para vivir en el mundo si los salarios del Estado fueran lo suficientemente buenos”, dijo Pérez. 



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