Internacional - Política

Kimba Wood, la jueza perfecta para el abogado de Trump

2018-04-20

Wood estuvo en el medio de un caso sensacionalista dos años después cuando su nombre...

 

NUEVA YORK (AP) — A veces hace falta alguien colorido para sacar adelante un caso legal extravagante como pocos.

La jueza de distrito Kimba Wood debe su nombre a que su madre un día estaba viendo un atlas y le llamó la atención una pequeña localidad en Australia. Cuando estudiaba economía en Londres tomó algunas clases para ser una conejita de Playboy. Años después, fue considerada para ser la primera secretaria de Justicia de Estados Unidos.

Ahora, a los 74 años, Wood lleva la voz cantante en la batalla legal en torno a los archivos que el FBI confiscó a Michael Cohen, el abogado personal del presidente Donald Trump.

Wood recibió el caso de casualidad, porque era la jueza de turno cuando los abogados de Cohen se presentaron a los tribunales para tratar de limitar el acceso de los investigadores al material confiscado. Colegas suyos dicen que es la persona ideal para llevar una disputa legal que podría adentrarse en la vida amorosa de Trump y en espinosos asuntos legales, para desembocar tal vez en un juicio penal contra Cohen.

“Este caso tiene esteroides. Es muy difícil, probablemente el más difícil de que tenga memoria”, opinó el juez de distrito Richard Berman.

“Y creo que ella no solo es capaz de sacarlo adelante, sino tal vez sea la más capaz de todos”, señaló. “Es muy inteligente, gentil, colaboradora. Es serena y siempre está preparada. Como resultado de todo esto, en mi opinión, está garantizado que ofrecerá una solución justa y razonable”.

Wood deberá decidir qué hacer con una cantidad de documentos y archivos electrónicos confiscados a Cohen como parte de una investigación de sus asuntos personales. Los abogados de Cohen y de Trump sostienen que muchos de esos documentos son confidenciales, entre abogado y cliente, y no pueden ser revisados por los investigadores.

Los fiscales no han dicho públicamente qué delito habría cometido Cohen, pero personas al tanto de las investigaciones dicen que buscaban declaraciones bancarias y documentos relacionados con los tratos de Cohen con la industria de los taxis, sus comunicaciones con la campaña electoral del Trump y cualquier información sobre los pagos que se hicieron a dos mujeres que dicen haber tenido relaciones con Trump: la ex conejita de Playboy Karen McDougal y la actriz porno conocida como Stormy Daniels.

Si Cohen es finalmente llevado a juicio, el caso seguramente sería asignado a otro juez o jueza, elegido al azar. Pero las decisiones que tome Wood sobre los documentos confiscados pueden ser vitales.

Comentaristas conservadores la criticaron cuando exigió a Cohen que revelase el nombre de un cliente que quería permanecer anónimo.

El anuncio de que se trataba del comentarista de Fox News Sean Hannity provocó risotadas en el juzgado.

Jueza federal desde 1988, Wood está acostumbrada a ser centro de atención.

Al principio de su carrera tuvo a su cargo el caso por fraude del financista Michael Milken. Lo sentenció a diez años de cárcel y luego redujo la sentencia a dos años porque había cooperado con los fiscales.

En 1993 el presidente Bill Clinton la consideró para la Secretaría de Justicia, pero ella pidió no ser tenida en cuenta porque había contratado a una mucama cuya visa había expirado. Si bien no había violado ley alguna, dijo que no tenía sentido seguir adelante con una nominación “en el clima político reinante” en ese momento.

Wood estuvo en el medio de un caso sensacionalista dos años después cuando su nombre apareció en el diario personal de un inversionista de Wall Street que se estaba divorciando. La tildaron “la jueza del amor”. Posteriormente se casó con el inversionista, Frank Richardson.

En 1966 Wood tomó clases de conejita cinco días en un club de Londres, pero no siguió adelante con eso y prefirió estudiar derecho en Harvard.

Fue la principal jueza de uno de los tribunales federales más activos del país durante varios años y está acostumbrada a lidiar con casos notables.

En el 2010 ordenó la deportación de 10 espías rusos. En el 2003 despejó el camino para la excarcelación del rapero Ricky “Slick Rick” Walters luego de que el gobierno tratase de extraditar al artista británico. Y aceptó la declaración de culpabilidad de Steve Madden, el diseñador de zapatos que admitió haber incurrido en fraude y lavado de dinero.

Todos esos casos generaron mucha atención, pero el juez Berman dice que el de Cohen está en otro nivel.

“No creo que un juzgado federal haya llevado nunca un caso como este”, señaló Berman. “Es una mezcla de espectáculo y política. Tiene una actriz porno en el medio. Y el presidente se hace sentir. Algo bien inusual”.

“Hay que tener una personalidad bien especial para poder lidiar con todo esto y creo que ella la tiene”.



JMRS
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