Pan y Circo

Al final del día ¿es hoy por la noche? 

2018-05-02

Todavía no escucho a alguno de los candidatos decir que su programa no es bonito sino lo que...

Jorge Zepeda Patterson


Hace 20 años los políticos en campaña interpelaban a la Nación y prometían coadyuvar a la sociedad para convertirnos en ciudadanos del primer mundo. Hoy nos prometen visibilizar los problemas, apelar a la resiliencia de la sociedad y pensar soluciones para reinventarnos como país.

La campaña presidencial en México no solo nos ha hecho testigos de un espectáculo estercolero y denigrante, también nos ha transformado en auditorio cautivo de la peor jerigonza proveniente del mercantil y frívolo mundo de la autoayuda. Escuchamos en una entrevista a Ricardo Anaya, el candidato del Frente, referirse cada pocos minutos a algo que sucederá "al final del día", hasta que entendemos que no está hablando de lo que sucederá hoy por la noche. Supongo que simplemente decir "en resumen" o "al final" es mucho menos chic que apelar a la copia castellanizada de at the end of the day.

Es lógico que los candidatos quieran hablar en lenguaje llano y coloquial, pero no entiendo porque tengan que convertirse en impostores de Ted Talks o en oradores de seminarios de inspiración y autoayuda. Los pueblos no se reinventan a sí mismos (aunque los políticos sí, y para probarlo allí está El Bronco renacido en ciudadano y José Antonio Meade descubridor del priista que llevaba adentro). Resiliencia era una bonita palabra hasta que empecé a escucharla para describir la capacidad de las señoras para aguantar horas de pie al rayo del sol en los mítines de campaña.

Entiendo que alguien responda "es correcto" a la pregunta "¿Pi es 3.1416?, pero resulta absolutamente desproporcionado que el candidato conteste con un "es correcto" cuando un entrevistador inquiere ¿Usted se siente capaz para ser presidente de México? Ya es incómodo que el conductor del Uber te aseste un "es correcto" a la pregunta ¿tiene una botellita de agua? Pero es preocupante que un aspirante a la presidencia desconozca el uso de un simple "sí" y en su lugar recurra a una muletilla de supuesta sofisticación, tan afectada como forzada.

Desconfío de la respuesta que suele dar José Antonio Meade, el candidato del PRI, en las entrevistas cuando la mitad de las veces arranca con un: "A ver...". Como si lo que siguiera equivale nada más y nada menos que a las tablas de la ley. Cada vez que un comensal irrumpe en la charla de sobremesa con ese "A ver..." autoritario y pontificador seguido de una pausa, lo hace convencido de que viene a poner orden en la conversación y que lo que se ha dicho hasta ese momento han sido meras necedades o estupideces.

Todavía no escucho a alguno de los candidatos decir que su programa no es bonito sino lo que sigue o que ama los banderines de colores, pero podría suceder en cualquier momento. Aunque hace algunos días escuché a alguno de ellos proferir un "sin solución de continuidad" para indicar que tal programa social sería permanente.

Se me dirá que columnas como esta tendrían que estar dedicadas a reflexionar sobre lo sustantivo de la escena política y en particular de la campaña electoral en la que nos encontramos. Y en general suelo cumplir con la asignatura. Pero forma también es fondo, sobre todo cuando se trata de disfrazar la falta de contenido con un empaque impostado y artificioso. Quizá se trata simplemente de muletillas, pero no puedo dejar de pensar que al final del día es la noche y deja de interesarme lo que diga a continuación cualquiera que use el terminajo.



regina
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