Religión

En el Bautismo, la Iglesia nos regenera a la vida eterna: Papa Francisco

2018-05-10

Al saludar a los peregrinos de habla española presentes en la Audiencia, en especial a los...

Rosa Die Alcolea

 

(ZENIT – 9 mayo 2018).- La Iglesia, en el Bautismo, nos regenera a la vida eterna, haciéndonos hijos de Dios para siempre, ha indicado el Papa Francisco.

El Santo Padre ha ofrecido esta mañana, del miércoles 9 de mayo de 2018, la 5ª catequesis sobre el Bautismo en la Audiencia general, celebrada con la participación de miles de peregrinos en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

El Papa ha señalado que “el hombre viejo se sepulta para que renazca una criatura nueva” por medio de los gestos sencillos del Bautismo.

En este contexto, Francisco se ha centrado en el lavacro santo acompañado de la invocación a la Santísima Trinidad, “rito central del Bautismo”, ha dicho.

Criatura nueva

Este es el momento en el que somos bautizados y participamos en el Misterio pascual de Cristo: el hombre viejo se sepulta para que renazca una criatura nueva: “Morimos y nacemos en el mismo instante, pues la fuente bautismal se convierte en sepulcro y en madre”.

Así, sobre cada uno de nosotros, renacidos del agua y del Espíritu Santo, el Padre dice amorosamente: «Tú eres mi hijo amado» (cf. Mt 3,17). El bautismo no se repite porque imprime un “sello sacramental indeleble” que el pecado no puede borrar, pero sí impedir que dé frutos de salvación, ha matizado el Pontífice.

Luego, la unción crismal, nos conforma a Cristo “Sacerdote, Profeta y Rey”. Por eso, todo el Pueblo de Dios, animado por el Espíritu Santo, participa de esas funciones, y tiene la responsabilidad de misión y servicio que de ellas deriva.

Vocación cristiana

Al saludar a los peregrinos de habla española presentes en la Audiencia, en especial a los procedentes de España y Latinoamérica, el Papa los ha invitado a considerar la grandeza de la vocación cristiana que recibimos en el Bautismo.

En esta línea, los ha exhortado a “vivirla unidos a Cristo en la Iglesia, de modo que pueda dar frutos abundantes en una vida de fe y de caridad, al servicio de los hermanos”.



Jamileth