Internacional - Economía

Las empresas europeas en Irán, en la cuerda floja

2018-05-10

En una situación de incertidumbre se encuentran la mayoría, a la espera de una mayor...

Marina Villén

Teherán, 10 may (EFE).- La decisión de Estados Unidos de volver a imponer sanciones a Irán ha supuesto un duro golpe para las empresas europeas con negocios en el país persa, donde habían acrecentado su presencia desde la firma del acuerdo nuclear de 2015.

En una situación de incertidumbre se encuentran la mayoría, a la espera de una mayor claridad jurídica y de comprobar cuál va a ser la posición de la Unión Europa (UE) para defender sus intereses. Al mismo tiempo, ya trazan estrategias ante los posibles escenarios, incluso los más pesimistas.

La retirada de EU del JCPOA (las siglas en inglés con las que se conoce el acuerdo nuclear) no fue una sorpresa, ya que el presidente estadounidense, Donald Trump, había amenazado varias veces con tomar esta medida, pero algunos esperaban que no se aplicara de nuevo un régimen tan duro de sanciones.

Según informó el Departamento del Tesoro estadounidense, las sanciones se reanudarán en un primer plazo de 90 días y, en un segundo, de 180, afectando a diversos sectores, entre ellos el energético, fundamental para el desarrollo económico de Irán y en el que numerosas empresas extranjeras tienen intereses.

La abogada francesa Sophie Gabillot, que asesora a compañías extranjeras en Irán, explicó a Efe que estas sanciones, llamadas secundarias, van dirigidas contra empresas, entidades e individuos no estadounidenses, que dependiendo del sector de actividad deberán reducir y liquidar sus negocios en agosto y noviembre próximos.

Gabillot, directora de la oficina de Teherán de la firma de abogados Cohen Amir-Aslani, matizó que "para cualquier bien o servicio que ya haya sido entregado a una contraparte iraní, las entidades no estadounidenses deben poder cobrarlos incluso después de estos plazos".

"Es importante destacar que no solo las sanciones que fueron levantadas con el JCPOA por EU van a ser reimpuestas, sino que también van a ser retiradas las autorizaciones dadas por la OFAC (Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro) a compañías para hacer negocios con Irán", agregó.

Total, Airbus, Fincantieri o Siemens son algunas de las multinacionales embarcadas en grandes proyectos y con contratos millonarios firmados afectadas por la medida, junto a numerosas empresas europeas de menor tamaño que están comerciando con Irán.

"Ahora, para estar seguros es altamente recomendable para las compañías no firmar ningún acuerdo nuevo con contrapartes iraníes", dijo la letrada.

En la misma línea, una diplomática europea encargada del sector comercial, indicó a Efe que "todas las compañías con inversiones en EU sufren un gran riesgo de ser multadas".

Teniendo en cuenta que el mercado estadounidense es mucho más importante que el iraní, a su juicio, "la primera decisión de la mayoría de las empresas que tienen negocios en los dos países va a ser paralizar sus actividades en Irán".

"El JCPOA no está muerto, así que todavía hay algunas oportunidades de que la UE pueda tomar decisiones para proteger a las empresas que están en el país, pero por ahora tenemos que recomendar a todo el mundo no firmar nuevos contratos", concluyó.

Un varapalo para los intercambios comerciales entre Irán y la UE, que desde el levantamiento de las sanciones se habían disparado hasta alcanzar los 21,000 millones de euros en 2017, según los datos comunitarios.

A la espera de una posición común, la Presidencia francesa adelantó ayer que los países europeos intercederán ante EU para proteger los intereses de sus empresas en Irán e intentar minimizar las sanciones.

Sin embargo, muchas empresas dudan de que se puedan tomar medidas efectivas.

"No creo que la UE pueda hacer mucho, ya que aunque dé su apoyo político a Irán, si las empresas y bancos se echan atrás porque tienen intereses en EU, el resultado será nulo", comentó a Efe un representante de una empresa europea, que prefirió el anonimato.

En su caso, cuya empresa tiene negocios en EU, se están planteando disolver la asociación que tienen con la contraparte iraní y crear una nueva, o cambiar el accionariado.

"La empresa si o si quiere estar en Irán y no solo a través de un cliente o socio, por lo que hay que barajar los distintos escenarios e intentar que no haya vinculación, ya que de cara a EU no podemos estar presentes aquí", señaló.

Al respecto, la abogada francesa se mostró moderadamente optimista y abogó por "encontrar soluciones": "Hay medios legales para sortear la aplicación de estas sanciones estadounidenses y sus efectos", que su despacho está estudiando.

Y entretanto, ¿qué pueden hacer las empresas? La diplomática consultada por Efe animó a mantener un diálogo con los iraníes para buscar soluciones y no perder oportunidades de negocio futuras.

Como ocurrió en la época anterior de sanciones, las compañías que sigan en contacto con Irán serán las primeras en volver a posicionarse cuando la situación se aclare o cambie.



Jamileth
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