Internacional - Política

La sucesión de Abás, una incógnita y un riesgo

2018-05-29

La pasada semana, Abás se vio obligado a mostrarse en televisión caminando por el...

Saud Abu Ramadán

 

Gaza, 29 may (EFE).- Los últimos problemas médicos del presidente palestino, Mahmud Abás, de 82 años y dado de alta ayer tras ocho días ingresado por neumonía, han encendido de nuevo el debate sobre el futuro del liderazgo palestino, que parece huérfano.

La preocupación es tal que fuentes oficiales palestinas mintieron sobre el estado de Abás e informaron durante días de que estaba siendo atendido de una dolencia en el oído tras haber sido intervenido por este motivo días antes, para después y tras varias filtraciones a los medios, terminar reconociendo que padecía una tenía neumonía.

La pasada semana, Abás se vio obligado a mostrarse en televisión caminando por el pasillo del hospital en bata y leyendo el periódico en su habitación, para disipar los cada vez mayores rumores sobre un empeoramiento de su estado de salud.

Elegido en 2005 como sucesor del padre del nacionalismo palestino, Yaser Arafat, Abás es tres veces presidente: de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y del partido nacionalista Al Fatah.

Según diversos observadores, su vicepresidente, Mahmud Aloul, no goza de la suficiente popularidad y se enfrenta a la fuerte competencia dentro de Fatah de figuras con más tirón.

Entre estas figuras cabe destacar al presidente de la Asociación de Fútbol Palestina y exjefe de las Fuerzas de Seguridad Preventivas, Yibril Rayoub; el jefe de los servicios de Inteligencia, Majed Farraj, el general de brigada Tawfiq Terawi, o incluso Marwan Barguti, histórico del movimiento que cumple cinco cadenas perpetuas en una cárcel israelí por su implicación en el asesinato de otros tantos israelíes durante la Segunda Intifada.

Barguti goza de mayor popularidad que Abás en la calle palestina, pero no podría ejercer ningún cargo desde prisión, por lo que queda descartado para una futura sucesión.

Mohamed Dahlan, millonario, rival de Abás y exmiembro de Fatah (expulsado por el presidente), es un candidato popular en Gaza como posible elegido, sin bien en la Franja el mayor oponente de Abás es el movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto el territorio desde 2007, cuando expulsó por la fuerza a Fatah, y que probablemente no sólo no acepte a Dahlan ni a ningún otro de sus dirigentes.

Observadores y analistas creen que en el caso de ausencia o renuncia de Abás se convocarán elecciones generales, pero antes será necesaria la intervención árabe e internacional para acordar un período de transición y facilitar el acuerdo de todas las partes para que estas se puedan desarrollar.

La prensa árabe trata el asunto de la enfermedad del "raís" (presidente, en árabe) sin dar apenas detalles sobre su salud y transmitiendo la incertidumbre de su sustitución, rumores del deterioro de su estado y analizando posibles escenarios futuros.

El comentarista político cercano a Abás Muafak Matar dijo a Efe con respecto a los "rumores" sobre su mala salud que estos "son sistemáticos y propaganda maliciosa" para debilitarlo.

"La ley dice que el presidente del Parlamento es quien debe reemplazar al presidente durante tres meses, en caso de ausencia", explica el analista Talal Okal, "pero el presidente de la Cámara actual es de Hamás, Aziz Dweik, y no creo que nadie le vaya a permitir que ocupe el poder", agregó.

Para el también analista el analista Haidar al Masdar, Abás "es el último de los líderes históricos palestinos, nos guste o no, es el único hilo que une la historia de la lucha de identidad (palestina) y la práctica política presente y en su ausencia este vínculo se cortará", de manera que, sostuvo, la política palestina se acerca a una gran crisis de legitimidad.

"Las consecuencias de su ausencia son más complejas de lo que parece, especialmente porque Israel trabaja para establecer una entidad palestina que no alcance el mismo nivel de reconocimiento en su representación política", señala Al Masdar.

En su opinión, la salida de Abás abrirá un período en el que "tanto el sistema político como la legitimidad palestina estarán en peligro", por lo que es más urgente que nunca, "mejor hoy que mañana", dar los primeros pasos prácticos para "elegir un líder que responda", algo que por el momento no ha ocurrido.

Hosam al Dajni, analista político en Gaza, considera que "la mejor solución es revivir las instituciones políticas palestinas basadas en el pluralismo democrático, todo ello para acabar con la división (política entre Hamás y Al Fatah) y devolverle al pueblo la potestad de renovar su legitimidad política y asegurar el respeto a la ley y al orden público".

Esto es, convocar elecciones, algo que no ocurre desde 2006 para las legislativas y 2005 en el caso de las presidenciales.

Los palestinos, advierte Al Dajni, se enfrentan a un enorme reto: "ya sea conservar a la frágil entidad palestina, representada por la OLP, que ha renovado su legitimidad de modo relativo con la última reunión de su Consejo Nacional, pero que necesita ser desarrollada y modernizada, o deshacerla del todo, lo cual, inevitablemente, será del interés de la política sionista", en alusión a Israel.



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