Internacional - Economía

La OCDE aboga por el multilateralismo para hacer frente a la brecha social

2018-05-29

Esas herramientas incluyen un paquete de 24 indicadores muy precisos que pretenden poner en...

Ángel Calvo

París, 29 may (EFE).- La OCDE está convencida de que uno de los retos del multilateralismo, cuestionado en particular desde Estados Unidos, es demostrar su utilidad ante la creciente fractura social relacionada con la globalización que mina la confianza en los Gobiernos y la eficiencia económica.

Esta es la idea detrás del "marco de acción" en favor de políticas de crecimiento incluyentes lanzado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el primer día de su foro anual.

También del tema elegido para su ministerial de este año -"Refundar el multilateralismo para resultados más responsables, más eficaces, más incluyentes-, en pleno desafío del presidente estadounidense, Donald Trump, que amenaza con un repliegue proteccionista en materia comercial.

Cuidándose de no citarlo para evitar cualquier enfrentamiento directo, el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, no se privó de señalar que "en un mundo globalizado e interdependiente, la cooperación internacional es tal vez la única forma de mejorar nuestro bienestar".

Gurría tampoco eludió señalar que "hay algo que no funciona" cuando un 1 % de la población mundial acapara la mitad de la riqueza y cuando en los países de la OCDE el 10 % con mayores ingresos gana 10 veces más que el 10 % más pobre. Un diferencial que se ha multiplicado por siete desde los años ochenta.

"Los sistemas económicos nacionales e internacionales han dejado a demasiada gente en la cuneta" y esas crecientes desigualdades "minan la confianza en la democracia", además de tener efectos negativos sobre la economía al reducir la productividad y el potencial de crecimiento.

Con ese "marco de acción", su organización pretende ofrecer herramientas a sus países miembros para que apliquen políticas que vayan al origen de esa brecha social, y en primer lugar instrumentos de medida de la desigualdad que permitan observar la evolución y establecer comparaciones.

Esas herramientas incluyen un paquete de 24 indicadores muy precisos que pretenden poner en evidencia que el simple crecimiento económico no basta para que haya luego una distribución.

Porque, por ejemplo, el nivel educativo, un trampolín para la vida profesional, está muy vinculado al acceso a la sanidad, pero también a los antecedentes de formación de los padres: los hijos de quienes no han acabado la secundaria tienen un 15 % de posibilidades de ir a la universidad, frente al 60 % de aquellos con algún padre con título superior.

En algunas regiones, las divergencias en la esperanza de vida entre diferentes grupos sociales puede llegar a los siete años.

La digitalización de la economía y los desafíos que plantea para el mundo del trabajo es otro de los temas que sobrevuelan este foro de la OCDE, que termina mañana, cuando comienzan dos días de ministerial.

Gurría señaló que, de acuerdo con sus estudios, un 14 % de los empleos en los miembros del conocido como "club de los países desarrollados" corren el riesgo de ser automatizados por la digitalización y un tercio podría sufrir "una profunda mutación".

En la conferencia anual de ministros de la OCDE, tras la apertura mañana a cargo del presidente francés, Emmanuel Macron, con un discurso que se espera combativo en favor del multilateralismo, se formalizará la ampliación a dos nuevos Estados, Lituania y Colombia, con lo que el número pasará a 37.

En esa ceremonia estarán, junto a Gurría y Macron, los jefes de Estado de estos dos nuevos miembros, Kersti Karjulaid y Juan Manuel Santos.

Uno de los platos fuertes de la agenda de los ministros será, el jueves, la discusión sobre intercambios internacionales, en las que la estrella será el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, que mañana participa en una de las mesas del foro. 
 



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