Agropecuaria

El crimen también arruina al agro en México

2018-05-31

Según la ANEC, los productores agrícolas pagan 120 pesos (unos 6 dólares) por...

 

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 31 MAY - La violencia incontenible que arrasa a México desde hace 11 años golpeó despiadadamente al campo y provocó el colapso de al menos un tercio de la actividad del sector, según los propios agricultores.

La Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), lanzó la alarma al indicar que es sobre todo el llamado "pago de piso", conocido como extorsión o "racket", el responsable de haber deprimido al "sector primario" de la economía.

"Hoy en el campo gobierna el crimen organizado. Hablando de superficie agrícola, ganadera, pecuaria, el crimen muy conservadoramente está afectando entre el 25 y el 30% de las actividades", afirmó Víctor Suárez, director ejecutivo de la organización.

Durante la gestión del presidente Enrique Peña, el sector agropecuario es el que más crecimiento económico registró, el doble del promedio del resto de los sectores, y por encima del petróleo y el turismo, pero esa riqueza es disputada por el crimen organizado.

Sin embargo, las ganancias de esta actividad no las reciben los campesinos sino los criminales, obligados por la pobreza a ceder sus tierras y quienes "se convierten en peones y jornaleros", según la Comisión de Agricultura del Congreso.

Se estima que al menos hay 35,000 campesinos desplazados por conflictos de tierras, despojos y miedo a los narcotraficantes.

El Consejo Nacional Agropecuario, que nuclea a las grandes empresas del ramo, estima que cada año el sector pierde unos 2.220 millones de pesos (unos 110 millones de dólares) en granos, maquinaria, equipos, fertilizantes, camiones y otros insumos, por las acciones de las bandas de delincuentes.

Esto significa el 0.5 por ciento de la producción nacional, aunque no existen cifras exactas de los robos. La participación de la agricultura en el Producto Interno Bruto (PIB) es de 4% y en el país hay más de 5,5 millones de trabajadores agrícolas, pero sólo la mitad son realmente productores, y el resto peones o jornaleros que se distribuyen en todo el territorio nacional. "La falta de seguridad en las regiones rurales ha hecho que los campesinos sean víctimas de la extorsión, el secuestro y el robo del crimen organizado", señaló el senador David Monreal, del izquierdista Partido del Trabajo.

Los grupos criminales "han impuesto el pago de cuotas, controlado el precio de diversos productos, el pago de cosechas y hasta manipulan la comercialización. Los jornaleros llevan años entregando el 25% de su salario diario", afirmó.

Según la ANEC, los productores agrícolas pagan 120 pesos (unos 6 dólares) por hectárea de cultivo al mes y 1,000 pesos (unos 35 dólares) por hectárea de maíz cosechada, como resultado del "pago de protección".

"Esto sucede en toda la República, al grado de que comunidades enteras se están desbaratando por la violencia", afirma Monreal. El impacto del crimen supera al de los desastres naturales en términos de largo plazo, dijo el legislador.

El llamado "abigeato" o robo de ganado creció un 50% y es practicado por grandes bandas, delincuentes comunes y ocasionales que, según los ganaderos, "se aprovechan del clima de inseguridad que hay en el país". Los criminales son encarcelados pero pronto salen libres y los dueños no denuncian por temor a ser secuestrados, según los campesinos.

"Aparte de pagar los impuestos, y encontrarse en falta de inversión y abandono, las pocas actividades económicas que quedan tienen que tributarle al crimen", dijo Francisco Chew, del Movimiento Social por la Tierra. 


 



regina