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La complacencia mató las esperanzas de Alemania en el Mundial 

2018-06-28

Cada aspecto del entorno nacional, que incluye a los clubes, la liga, la federación alemana...

Por Karolos Grohmann

VATUTINKI, Rusia (Reuters) - Tablas, gráficas y análisis estadísticos no explican la sorpresiva eliminación de Alemania en el Mundial. La razón no radica en los números, sino en la complacencia del fútbol alemán en los últimos años.

Cada aspecto del entorno nacional, que incluye a los clubes, la liga, la federación alemana y los propios jugadores, se ha alimentado de esta complacencia durante años.

Desde su brillante victoria en el Mundial 2014, los principales actores del fútbol alemán se durmieron en los laureles, aprovecharon la bonanza económica y pensaron que los buenos tiempos durarían para siempre. Pero ese no fue el caso.

Dos derrotas y un triunfo de último minuto en la fase de grupos significaron el miércoles la vergonzosa eliminación de Alemania en la primera fase de un Mundial, algo que no ocurría desde hace 80 años.

Retroceda al 2014, justo antes de la Copa del Mundo, cuando cuatro clubes alemanes superaron la fase de grupos y llegaron a los octavos de final de la Liga de Campeones. Esta temporada fue solo uno.

En el 2013, Bayern Munich y Borussia Dortmund jugaron una final de la Liga de Campeones totalmente alemana. Ningún club alemán ha superado las semifinales desde entonces.

En 2011 y 2012 Dortmund ganó la Liga, que desde entonces ha sido monopolizada por el Bayern. La razón de todo esto es simple: el dinero.

La Bundesliga está ansiosa por destacar su continuo auge financiero, pero esa bonanza también trajo consigo una competencia unilateral, aburrida y predecible donde siempre gana el Bayern.

La falta de competencia en la Liga ha originado que los jugadores alemanes hayan perdido seriamente su hambre competitiva.

Los acuerdos en China son más importantes que darle a los aficionados de Friburgo o Hannover una competencia digna de ver.

Incluso el Bayern ya no necesita desarrollar su propio talento. Sus crecientes finanzas han derivado en una compra continua de jugadores y Thomas Müller el único futbolista nacido en la cantera.

OBSTINADO LÖW

Agregue la propia complacencia del entrenador Joachim Löw, quien insistió tercamente en alinear a los mismos jugadores durante casi una década.

“¿Por qué debería perder la confianza en ellos después de un juego?”, cuestionó después de su primera derrota ante México.

Jugadores como Müller, Jerome Boateng, Mesut Ozil, Sami Khedira y Manuel Neuer han dejado de perseguir el éxito internacional y ahora están más enfocados en lucir sus últimas prendas, autos, casas, tatuajes o zapatos que en nuevos logros futbolísticos. Su última buena temporada colectiva fue en 2014.

Incluso la propia presunción de la federación alemana se hizo evidente en su eslogan del torneo -Los mejores nunca descansan-, el impulso constante del marketing, sus sesiones fotográficas con patrocinadores y la continua demanda de “traer la quinta estrella”, un quinto título mundial.

El alocado festejo de dos empleados de la federación frente a la banca de Suecia el agónico triunfo 2-1 fue un indicativo de que la complacencia fue reemplazada por pánico.

Hasta ese momento, la federación no tenía idea de que se avecinaba un desastre.

Si Löw decide quedarse debe reconstruir la selección para que vuelva a ser el equipo ganador de hace cuatro años.

El destacado trabajo con los jóvenes y una gran cantidad de talentosos jugadores fue el comienzo de una gran racha en el fútbol mundial, y es ahí a donde debe mirar el técnico, en lugar de a jugadores que están más interesados ??en tomarse fotos con sus últimos autos deportivos o con presidentes. 


 



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