Internacional - Finanzas

Aumento de cheques impagos, una señal de alerta por crisis económica en Argentina 

2018-06-29

En medio de ese escenario, el Banco Central anunció el jueves una serie de medidas que...

Por Eliana Raszewski


BUENOS AIRES (Reuters) - El volumen de cheques impagos en Argentina ha subido con fuerza, lo que muestra el impacto que están sufriendo empresas locales debido a una caída en el consumo doméstico y a las alzas de tasas que implementó el Gobierno para frenar las sacudidas financieras de mayo.

La administración del presidente liberal Mauricio Macri sigue lidiando con turbulencias en sus mercados y fuertes presiones sobre su devaluada moneda local, pero también está trabajando en medidas para aliviar el “estrés financiero” que están sufriendo muchos comercios y firmas de menor tamaño.

En mayo hubo 188,000 cheques impagos, un 21,3 por ciento por encima de abril y un 32,4 por ciento por encima del nivel de mayo del 2017, según los datos más recientes disponibles en el sitio web del banco central de Argentina.

“Esto muestra un problema en la cadena de pagos y es el resultado de la suba de tasas de interés, porque no se pueden cubrir las cuentas”, explicó a Reuters el economista Fausto Spotorno. “Se emiten cheques para pagar pero después no se logra obtener el efectivo para cubrirlos”, agregó.

La fuerte devaluación que reportó este año el peso argentino llevó a la autoridad monetaria de la tercera economía de América Latina a subir la tasa de referencia hasta un récord mundial del 40 por ciento, lo que golpeó fuertemente al consumo y según analistas podría derivar en una recesión.

Las asociaciones de pequeñas y medianas empresas (Pymes), de las que depende el 70 por ciento del empleo del país, han dicho que la caída del consumo, el alza de tarifas energéticas -tras recortes de subsidios estatales- y la subida de las tasas de interés llevarán a nuevos despidos y cierres de firmas.

La tasa de desocupación subió a 9,1 por ciento en el primer trimestre de 2018, desde 7,2 por ciento en el período previo, en una de las primeras señales de un deterioro de la situación social en medio de las políticas de austeridad que busca aplicar Macri, quien se espera que busque una reelección el año próximo.

El flamante ministro de Producción, Dante Sica, dijo esta semana que “empieza a haber en algunos sectores un aumento de cheques rechazados, que si bien todavía son cambiados rápidamente, empiezan a generar señales de alerta” y que está trabajando para aliviar el “estrés financiero” de las Pymes.

“La tasa de interés subió para frenar la corrida. Todos tenemos la expectativa de que cuánto más rápido normalice la economía, (...) más rápido vamos a poder bajar la tasas por lo tanto vamos a aplicar estos instrumentos para poder darle fluidez y tratar de que no se resienta la cadena de pagos”, dijo en una entrevista radial.

En medio de ese escenario, el Banco Central anunció el jueves una serie de medidas que apuntan a facilitar el acceso al crédito para empresas pequeñas y medianas, que empezarán a regir a partir de julio.

El Gobierno de Macri acordó a principios de mes una línea de crédito con el Fondo Monetario Internacional por 50,000 millones de dólares para afrontar la turbulencia cambiaria y sostener la economía, que también se vio golpeada este año por una grave sequía que recortó las exportaciones agroindustriales.

El acuerdo con el FMI llevó algo de calma a los mercados, pero la reducción de subsidios a la energía y al transporte con el fin de bajar el déficit fiscal, sumada a la devaluación, alentaron aún más la alta inflación que el país sufre hace años.

En el Gobierno reconocen que la inflación podría cerrar este año cerca del 30 por ciento, lejos del 15 por ciento previsto en diciembre, lo que golpeará al poder adquisitivo ya que los ajustes salariales no compensarán el incremento de precios. 



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