Internacional - Seguridad y Justicia

Un torpe plan en Estados Unidos constata riesgo de ataques terroristas el 4 de julio

2018-07-02

Las precauciones en esta localidad no son baladíes, teniendo en cuenta que el 11 de...

Rafael Salido

Washington, 2 jul (EFE).- Las autoridades de Estados Unidos anunciaron hoy la detención el domingo de un hombre que supuestamente quería cometer en nombre de Al Qaeda un atentado el Día de la Independencia, el próximo 4 de julio, lo que supone una llamada de atención sobre el peligro de ataques en esa fecha simbólica.

El sospechoso, Demetrius Nathaniel Pitts, fue arrestado por el FBI al detectar que estaba intentando perpetrar un atentado en el centro de la ciudad Cleveland (Ohio) aprovechando las celebraciones del 4 de julio.

El plan de Pitts no ha pasado de ser una amenaza, entre otros motivos, por su torpeza al dejar entrever sus intenciones en diversos mensajes divulgados por internet y, sobre todo, por su incapacidad de darse cuenta de que el supuesto miembro de Al Qaeda con el que estaba tratando era, en realidad, un agente federal encubierto.

Pese a que el atentado ha sido frustrado, la realidad es que las autoridades son plenamente conscientes del efecto llamada que puede provocar una celebración para todo aquel que quiera no solo sembrar el terror, sino además atacar al país donde más le duele: su orgullo.

"Los terroristas rechazan los ideales sobre los que esta nación fue fundada, los ideales que conmemoramos en el 4 de julio y por los que nuestros agentes del orden arriesgan su vida cada día", señaló hoy el fiscal general Jeff Sessions en un comunicado.

"Desde el Departamento de Justicia continuaremos tomando todas las medidas legales que podamos para atajar cualquier trama terrorista y proteger a nuestra nación de toda amenaza local o extranjera, incluidas aquellas procedentes de terroristas islámicos radicales", advirtió Sessions.

En este sentido, las principales ciudades del país llevan semanas trabajando para evitar que una matanza pueda empañar las celebraciones de uno de los días más importantes del calendario estadounidense.

El pasado viernes representantes de las fuerzas del orden de Nueva York se reunieron parar perfilar el plan de seguridad para el Día de la Independencia, que incluirá a 6,000 efectivos y la disposición de unos cien vehículos repartidos por las calles de la Gran Manzana para evitar posibles atropellos masivos.

"No existen amenazas específicas o creíbles contra la ciudad para las celebraciones del 4 de julio. El departamento de policía de Nueva York, junto con nuestros socios, nos aseguraremos de que todo el mundo pasa un rato seguro y divertido", puntualizó el jefe de la división de antiterrorismo de la urbe, James R. Waters, en Twitter.

Las precauciones en esta localidad no son baladíes, teniendo en cuenta que el 11 de septiembre de 2001 Nueva York fue el principal escenario de los atentados más sangrientos de la historia del país.

Más reciente en la memoria están los casos del uzbeco Sayfullo Saipov, que mató con su vehículo a ocho personas e hirió a otras doce el 31 de octubre del año pasado, o el del estadounidense Parveg Ahmed, detenido por viajar a Siria con la intención de suministrar apoyo material al grupo Estado Islámico (EI).

Este tipo de medidas de seguridad también cobra especial relevancia en Bostón, donde el 15 de abril de 2013 los hermanos Tsarnaev, Dzhokhar y Tamerlan, causaron el terror al detonar dos artefactos explosivos cuando se desarrollaba la emblemática maratón anual. El balance: 3 muertos y 264 heridos.

En la histórica ciudad de Massachusetts, el dispositivo policial contará con un incremento de las patrullas, apoyo aéreo y camiones pesados y otros equipos para bloquear el acceso de vehículos a algunas de las calles más transitadas.

A pesar de todo, el jefe de policía de Boston, William Evans, ha aprovechado para recalcar que los mayores peligros en este tipo de celebraciones no proceden de oscuras conspiraciones terroristas, sino de las armas y de los fuegos artificiales empleados por algunos ciudadanos en su desenfreno.

"El año pasado, quince personas recibieron un tiro durante el fin de semana del 4 de julio. El año previo, fueron dos; y el anterior a ese, nueve. Hace años que se trata de una celebración tradicionalmente violenta", lamentó Evans en una comparecencia ante los medios. 



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