Internacional - Política

Ortega se debate entre adelantar comicios o esperar al 2021

2018-08-01

Para saber si Ortega tiene o no razón, explicó el sociólogo, conviene tratar...

 

Managua, 1 ago (EFE).- El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se debate entre adelantar las elecciones al 2019 o esperar hasta noviembre de 2021, cuando están programadas las presidenciales y legislativas, en medio de la crisis más sangrienta que sufre este país desde la década de 1980, dijo hoy el sociólogo Humberto Belli.

"Estamos ante dos caminos: adelantar las elecciones al 2019 o esperarnos al 2021. ¿Cuál será el mejor para el país? De acuerdo con Ortega el primero traería más inestabilidad", anotó Belli, ministro de Educación en el Gobierno de Violeta Chamorro (1990-1997), en un artículo enviado a la prensa.

Para saber si Ortega tiene o no razón, explicó el sociólogo, conviene tratar de anticipar serenamente las consecuencias de ambos escenarios.

En el primer escenario, que sería el de anticipar las elecciones a mediados del año que viene, incluyendo reformas al sistema electoral, "la noticia sería posiblemente bienvenida por la comunidad internacional, dando lugar a suspensión de sanciones", consideró Belli.

"Entre los nicaragüenses habría sectores inconformes con la idea de que Ortega siguiese en el poder durante ese período, pero posiblemente prevalecerían los que optarían por organizarse para participar en el proceso electoral", continuó.

A juicio del sociólogo, en ese escenario "veríamos entonces una disminución de las protestas y el surgir de candidatos, y alianzas, junto con la probable normalización en las actividades económicas caracterizada por una modesta recuperación del empleo, el turismo y las inversiones".

"Y si ocurren las elecciones libres, generando un Gobierno con plena legitimidad, Nicaragua probablemente se enrumbaría en un camino que, sin faltar alguno que otro bache, apuntaría a la paz", vaticinó.

Ahora, preguntó: "¿Cuáles serían las más probables consecuencias de esperar al 2021?, a lo que respondió: "La más segura e inmediata serían el recrudecimiento de las sanciones internacionales, con sus consecuentes golpes a la economía y al clima de inversión".

"Otra, muy probable, sería la continuación de las protestas y la inestabilidad. Ortega podría responder con aún más represión", anotó Belli, quien advirtió que "hoy el pueblo, y, en particular, la juventud, está alzada".

"Una represión más brutal e indiscriminada no lo doblegaría, aunque sí correría el riesgo de empujar a muchos a la violencia", alertó.

Otra consecuencia sería la profundización de la crisis económica, y la consecuente devaluación, inflación, y más desempleo.

"Dos son pues los caminos. Uno mejor que el otro. El problema es que no lo escogerá el pueblo; los millones de nicaragüenses cuyo futuro está en juego, sino una sola persona: un dictador a quien parece no importarle las vidas ni el bienestar de su gente", lamentó Belli, en alusión a Ortega.

A juicio del sociólogo, el mandatario no percibe lo dispuesto que está el pueblo a no dejarse imponer su decisión.

Nicaragua atraviesa la crisis más sangrienta desde la década de 1980, también con Daniel Ortega como presidente, y que ha dejado entre 295 y 448 muertos según varios organismos humanitarios, cifra que el propio mandatario rebajó el lunes a 195.

Las protestas contra Ortega comenzaron el pasado 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del líder, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra. 



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