Internacional - Política

Iván Duque marca distancia como nuevo presidente de Colombia frente al uribismo más radical

2018-08-08

En la opinión pública colombiana este discurso ha levantado ampollas, no ya por el...

JOSÉ FAJARDO | El Mundo

Iván Duque ha aprovechado su primer discurso como presidente deColombia para marcar las distancias con los sectores más radicales de su partido, el conservador Centro Democrático deÁlvaro Uribe. En la ceremonia de investidura celebrada en Bogotá el martes habló de dejar atrás "el odio y la revancha", respondiendo a los más de 26 millones de colombianos que no votaron por él y que demandan poner fin a la polarización.

"Quiero gobernar a Colombia con valores y principios inquebrantables, superando las divisiones de izquierda y derecha, superando con el diálogo popular los sentimientos hirsutos que invitan a la fractura social, quiero gobernar a Colombia con el espíritu de construir, nunca de destruir", ha dicho en una acto deslucido por una tormenta que estuvo a punto de arrancar del mástil la bandera tricolor que ondeaba en lo alto del escenario.

Su discurso llamó a la unión del pueblo colombiano y a la reconciliación tras la fuerte división social que estalló en el Plebiscito por el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC en 2016 y que desde entonces se ha ido enquistando.

En su gobierno, Duque tendrá que lidiar no sólo con una oposición fuerte que desde el primer día de su mandato ha organizado marchas de protesta en las grandes ciudades bajo el lema "por la vida y por la paz", sino con la influencia que todavía ejerce el líder de su partido, Uribe, a quien la Justicia ha llamado a declarar por presuntos sobornos a testigos.

Justo antes de que Duque pudiera hablar tomó la palabra el jefe del Senado colombiano y miembro de su partido, Ernesto Macías, quien delante de los líderes internacionales que acudieron a la investidura (desde el boliviano Evo Morales hasta el argentino Mauricio Macri, incluyendo a Ana Pastor, la presidenta del Congreso español) pronunció una soflama contra el presidente saliente, Juan Manuel Santos.

Dijo que Duque tendrá que hacer frente a "un sombrío legado marcado por el derroche y la corrupción", que "deberá sacar a Colombia del socavón en el que la recibe" y fue desgranando los puntos en los que, a su parecer, el Nobel de la Paz no cumplió con su trabajo.

En especial centró sus críticas en que durante los últimos ocho años el gabinete santista ha sacrificado "la seguridad democrática" para alcanzar el acuerdo con las FARC, en el que "las víctimas fueron ignoradas". Además pidió a la Fiscalía que investigue "casos emblemáticos de corrupción" como el de Odebrecht, "que involucra de forma grave a la campaña de Santos y a altos funcionarios del Estado".

En la opinión pública colombiana este discurso ha levantado ampollas, no ya por el contenido sino por el momento y el lugar en el que fue pronunciado. En una reunión privada de los representantes del uribismo en el Senado unos minutos después de la ceremonia, recogida por el medio colombiano Noticias Uno, la gran mayoría del partido felicitó a Ernesto Macías por sus palabras.

"El discurso de Ernesto yo le digo, fríamente, sin emociones, es absolutamente necesario. Era necesario", decía Álvaro Uribe, quien fue el más vitoreado por los 3,000 invitados en la ceremonia de investidura de Duque. "Una cosa es el Gobierno y otra cosa es el Centro Democrático. Es que si no todo lo que está pasando nos lo van a achacar a nosotros", agregaba la senadora Paloma Valencia.

Duque pretende encarnar una nueva corriente liberal moderna y pragmática que choca frontalmente con el discurso agresivo de gran parte de su bancada. El apoyo popular de su gobierno radicará en el éxito que tenga en esta misión durante los próximos cuatro años.



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