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México conmemora a las víctimas de sismos

2018-09-19

Los rescatistas provistos de cascos que acudieron a la emergencia aquel día se presentaron...


CIUDAD DE MÉXICO (AP) — México conmemoró el miércoles a las víctimas de los dos trágicos sismos que ocurrieron un 19 de septiembre, uno en 1985 que dejó 9,500 muertos y otro apenas el año pasado que saldo de más de 360 fallecidos.

Los familiares de las víctimas se reunieron en el lugar donde un edificio de oficinas de siete niveles del centro de la Ciudad de México se derrumbó el año pasado a causa del temblor de magnitud 7,1. En la capital del país murieron 228 personas, y 141 más en otros estados.

Los escombros fueron retirados hace tiempo, pero el lugar donde estuvo el inmueble se encuentra cercado con madera contrachapada. Amigos y parientes de las 49 víctimas colocaron letreros con diversos mensajes de amor en la valla.

Uno incluía la fotografía de un joven llamado Adrián que tenía puestos unos anteojos de armazón negro. El mensaje prometía a Adrián unas pizzas en un popular restaurante enfrente. “Te extrañamos y vivirás por siempre en nuestros corazones”, decía el texto.

Los rescatistas provistos de cascos que acudieron a la emergencia aquel día se presentaron con sus uniformes y equipo.

Varias mujeres con camisas negras que decían “Te amo Kari” encendieron veladoras, y se colocaron ofrendas florales en la acera. Un sacerdote vestido de negro y con estola bordada abrazó a una mujer que sollozaba.

Consuelo de Luna, cuyo hijo murió en el derrumbe, dijo que “es difícil”.

La ciudad compró el terreno para erigir un monumento permanente, pero el plan ya no avanzó. La asociación civil Mexicanos Contra la Corrupción difundió este mes una investigación según la cual peritos del gobierno consideraron en 1997 que el inmueble era muy inseguro, tanto que advirtieron a una dependencia oficial que no rentara oficinas ahí. No se hizo nada para mejorar la seguridad del edificio ni advertir a otros inquilinos.

Javier Martin Serrano, de 55 años, que recoge metal de desecho para venderlo y vive como invasor a una manzana de distancia, regresó el miércoles al lugar del derrumbe de una fábrica con oficinas que tenía cinco niveles.

Traía los mismos pantalones raídos y chaleco de seguridad de nailon de color verde que utilizó cuando se metió entre los escombros aquel día para salvar a una mujer atrapada.

“Hoy siento más que nada melancolía, impotencia por no haber podido salvar más personas”, afirmó.

Serrano, que es bastante delgado, logró avanzar arrastrándose entre huecos en el inmueble derrumbado hasta que llegó donde se encontraba uno de los empresarios que trabajaban ahí, atrapado bajo una plancha de concreto.

“Él se quejaba mucho, no me soltó la mano hasta que murió”, dijo Serrano.

Serrano tuvo que salir también arrastrándose y perdió la orientación debido al polvo. El miércoles, el hombre pasó una mano sobre una moldura en el piso que marcaba la orilla del estacionamiento del lugar. “Esto es lo que me guio”.

Quedó atrapado cuando una viga de concreto le cayó encima. Un año después, el gobierno no lo ha ayudado para que se atienda de sus lesiones ni ofrecido alternativas a los invasores desalojados del terreno donde vive.

También hubo conmemoraciones en otros lugares de la ciudad, como la escuela primaria Enrique Rébsamen, donde 37 personas perdieron la vida, en su mayoría niños.

A la 1:14 de la tarde, la gente observó un minuto de silencio y elevó sus brazos antes de que sonara la alerta sísmica. Una escuela contigua realizó un simulacro de evacuación. Después, algunas personas pronunciaron los nombres de las víctimas entre lágrimas que corrían por sus mejillas.

“Te extrañamos mucho”, dijo Arturo Gómez, que sollozaba mientras sostenía su brazo elevado, en referencia a su esposa María Elena Sánchez Lira, que murió a los 39 años en el sismo. El hermano de María, Fernando, de 51 años, dijo que también perdió a su madre, María Teresa Lira, en el derrumbe.

El hombre dejó su trabajo para demandar al dueño del inmueble. “Este edificio estaba muy mal, el dueño lo sabía”.

En un edificio de apartamentos que se vino abajo y donde nueve personas fallecieron en el sur de la capital, la gente gritó cuando sonó la alerta sísmica: “Este simulacro no nos representa. No queremos homenajes , no queremos monumentos, no queremos simulacros, queremos viviendas, queremos reconstrucción”

El miércoles en la mañana, el presidente Enrique Peña Nieto presidió una ceremonia en la que una enorme bandera mexicana fue izada con motivo del aniversario del devastador sismo de magnitud 8,0 de 1985.

 



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