Pan y Circo

Lecciones yanquis para Banana Republic

2018-11-14

Quinto, el miedo ya no mueve votos, al contrario, enquista las preferencias, de otra forma,...

Tonatiúh Medina | Revista Siempre

No hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza, ni deuda que no se pague, y Donald Trump lo sabe a querer y no se tuvo que enfrentar a las elecciones de mitad de término, sin embargo, contrario a lo que se piensa, no perdió.

Diferente al actuar de los populistas latinoamericanos y europeos, el enemigo imaginario, el leviatán de Trump no son sus ciudadanos ni su estilo de vida, sino los medios de comunicación, no todos, y los migrantes tengan o no documentos para trabajar, residencia o incluso ciudadanía y, por extraño que parezca, a una buena parte de la población estadounidense le gusta.

Los “gringos” se sienten identificados con un millonario, homófobo, blanco, locuaz y racista, una imagen perfecta del estadounidense promedio, de otra forma no hubiera ganado la mayoría de las gubernaturas y la mayoría en la Cámara de Senadores, a pesar de no haber triunfado en la Cámara de Representantes en donde solo le aventajan por 26 asientos, los cuales pueden ser cooptados o amenazados.

¿Hay diferencias entre Trump y Andrés Manuel López Obrador? Varias, pero esencialmente una: Trump ha adoptado enemigos externos que poco o nada han afectado el modelo económico de su país, mientras que en México el presidente electo ha decidido que beneficiará económicamente a una parte importante de ciudadanos marginados y atacará a la tan golpeada clase media, a la burocracia y de alguna forma a futuros inversionistas. Pequeña gran diferencia.

¿Hay lecciones a futuro? Muchas…

Primero, las derrotas no son eternas, si algo quedó demostrado el 1 de julio de 2018 es que no importa la fuerza del Estado, la maquinaria electoral, el aparato de gobierno o los inexplicables mecanismos de financiamiento de algunos partidos políticos, cuando el ciudadano se cansa, se harta o, más importante aún, cuando ve mermada su capacidad de ahorro no hay poder divino que le haga cambiar de idea, caso contrario se mantendrá una constante electoral que apuesta por la continuidad.

Segundo, los candidatos importan y mucho, quizás incluso más que los propios partidos políticos, la ciudadanía desea y busca caras nuevas, las mismas cansan y más cuando aparecen en la boleta una y otra vez, las mismas élites políticas deben procurar el relevo generacional, de otra forma el elector se cansa. En ambas elecciones atestiguamos la aparición de nuevos liderazgos, algunos trascenderán, otros buscarán enquistarse, lo importante aquí es la capacidad de abrir las ventanas para dejar entrar aire fresco. “Espera veneno del agua estancada”, decía Sir William Blake.

Tercero, el elector del siglo XXI es un votante racional, informado y muy crítico, por extraño que parezca hay personas dispuestas a votar por Trump o por López, sus triunfos lo demuestran, la lealtad a los partidos políticos, a algunos políticos o postulados ideológicos ha disminuido y mucho, hoy día el ciudadano que se enfrenta a una boleta para emitir su voto lo hace en función a intereses económicos propios y de grupo, ambas elecciones así nos lo han demostrado. ¿La corrupción y la impunidad son fenómenos económicos? Sí, también lo son.

Cuarto, los políticos tradicionales de traje hecho a la medida y zapatos negros bostonianos no se han ido, pero también ha llegado una nueva generación de políticos poco convencionales de camiseta, sin corbatas, verdaderos representantes de minorías étnicas, sexuales, religiosas o raciales, no hay enemigo pequeño y nadie debe ser descartado para aparecer en la boleta.

Quinto, el miedo ya no mueve votos, al contrario, enquista las preferencias, de otra forma, ¿cómo se explica el triunfo de personajes como Trump y López?

Sexto, la vía democrática e institucional importa y no debe ser destruida, Trump ha decido mantenerla y así asegurar su triunfo a la mitad de su mandato; ¿y López qué querrá hacer? Especialmente con las consultas a modo o con el Instituto Nacional Electoral al cual un día lo patea y otro lo escupe.

En palabras de Maquiavelo: “un cambio siempre deja el camino abierto para el establecimiento de otros”.



regina
Utilidades Para Usted de El Periódico de México