Internacional - Política

UE aprueba acuerdo de salida de Gran Bretaña

2018-11-19

Esas 585 páginas de cláusulas, de compromisos, de obligaciones (sobre todo del lado...

 

(ANSA) - LONDRES, 19 NOV - El acuerdo de "divorcio" entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido fue aprobado hoy por los ministros del Consejo de Asuntos Generales de los 27, una señal considerada de apoyo a la primera ministra británica, Theresa May. Salvo las reservas españolas en el tema de Gibraltar, por parte europea el texto se da por bueno, a la espera de la confirmación de los jefes de Estado y de Gobierno que se reunirán el próximo 25 de noviembre para tratar de cerrar las cuentas del pasado.

Esas 585 páginas de cláusulas, de compromisos, de obligaciones (sobre todo del lado británico) y el balanceo no cambian, es el mensaje que resuena en ambos lados del Canal.

Mientras que las negociaciones avanzan a partir de ahora sobre los contenidos con los que se llenará la declaración adjunta sobre el "marco" de las relaciones futuras. Declaración también fresca con tinta y aún sujeta a pedidos de detalles y correcciones un poco de cada lado: principalmente de Downing Street, en un contexto de presión y acusaciones de que la premier de Su Majestad sigue sufriendo en su casa, especialmente por la intención tardía de los brexiteers de desalentarla como líder del Partido Conservador a pesar de algunas señales de desaceleración en la recolección del quórum de 48 firmas de diputados necesarias al menos para lanzar el desafío (falta una veintena).

El primer objetivo para confirmar definitivamente el paso adelante en la agotadora negociación iniciada por el referéndum de hace dos años y medio es en este punto la extraordinaria cumbre de la UE del 25 de noviembre. "Comienza una semana muy dolorosa para la política europea, 45 años de un matrimonio difícil han llegado a su fin", sintetizó con tonos de epitafio el ministro de Asuntos Europeos de Austria, Gernot Bluemel.

Mientras Barnier, impecable y aparentemente incansable en el papel de principal negociador del club, habla de "momento decisivo" exaltando el "progreso hecho", no sin presumir, como por arte de magia, ni siquiera la toga de defensor de oficio de May.

Con el reconocimiento a la Primera ministro británica que ayudó a sentar las bases de una "retirada ordenada" de la Unión e incluso de haber logrado su objetivo de no traicionar al Brexit encaminando al Reino hacia la recuperación del control de una plena "soberanía".

Ahora queda sobre la mesa la hipótesis de una posible prórroga de la fase de transición, basada en el status quo, que los 27 ofrecen a la isla para aliviarla de las repercusiones inmediatas del adiós y garantizar más tiempo para aflojar los nodos abiertos.

En Bruselas se evoca una extensión desde finales de 2020 hasta fines de 2022. Pero Barnier pospone una indicación precisa, mientras que May preanuncia una etapa en Bruselas antes de la cumbre para discutir algunos pasos que aún deben aclararse, mientras excluye que la prórroga (no gratis) pueda ir más allá de la legislatura actual (mediados de 2022). Y precisando además -siempre para tratar de no alimentar más la furia de los halcones tory- de querer despejar el campo de las interpretaciones de un punto en la declaración sobre relaciones futuras que parecería dejar abierto el atisbo de una permanencia definitiva de Gran Bretaña en la unión aduanera europea.

"La última etapa es siempre la más difícil, pero no tengo dudas: estoy decidida a implementar" la Brexit y el acuerdo de divorcio que se acaba de alcanzar, proclamó May previo a la reunión con Confindustria Británica (CBI), buscando al menos el apoyo del mundo empresarial antes de jugarse el todo por el todo en el Parlamento.

Un apoyo que se hace a medias, recogiendo aplausos, pero también baquetazos. Como cuando trata de congraciarse con los empresarios, prometiendo poder reclutar especialistas "calificados" del extranjero donde lo harán, "según el mérito", sin que los migrantes europeos se "salten la fila" respecto a "ingenieros de Sydney o desarrolladores de software de Delhi".

Salvo la respuesta de Carolyn Fairbain, número 1 de la CBI, el final de la libertad de movimiento todavía producirá "una sacudida" en la economía de la isla. Y que el gobierno haría bien en terminarlo con "la falsa elección entre trabajadores extranjeros de altas y bajas calificaciones para apuntar a un sistema migratorio basado en contribuciones: no en techos numéricos". (ANSA).



regina

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