Internacional - Política

Donald Trump endurece su discurso de mano dura contra Venezuela

2018-11-21

Los motivos que arguye Washington para poner a Venezuela en la lista son el apoyo de ese...

PABLO PARDO | El Mundo

El Departamento de Estado de EU está preparando la inclusión de Venezuela en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, un grupo formado hasta la fecha por Sudán, Corea del Norte, Irán, y Siria. La voluntad política de Washington es tomar la decisión, aunque los detalles no han sido cerrados, según informa el diario 'The Washington Post' citando tanto a fuentes del Gobierno de Donald Trump como a correos electrónicos internos de la Administración estadounidense.

La clave de las dudas de Estados Unidos está en el impacto que la declaración podría tener en la cooperación entre ambos países en materia de salud y control de enfermedades. El sistema médico de Venezuela, como prácticamente todo en el país, está colapsado debido a las sanciones internacionales y al hundimiento imparable de la producción de petróleo, la única industria que tiene el país sudamericano. Estados Unidos está en particular preocupado por una epidemia de sarampión en Venezuela que ya ha empezado a propagarse a Brasil, Argentina, Colombia, Perú, y Ecuador.

Los motivos que arguye Washington para poner a Venezuela en la lista son el apoyo de ese país a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al grupo libanés Hizbulá. Ninguno de los dos argumentos parece muy sólido, de acuerdo con las fuentes contactadas por el 'Washington Post'. Por un lado, las FARC han firmado un acuerdo de paz que está poniéndose en práctica con el Gobierno de Colombia, y por el que el ex presidente de este último país, Juan Manuel Santos, ha recibido el Premio Nobel de la Paz. Por otro, los vínculos entre Hizbulá y el régimen de Nicolás Maduro nunca han sido probados.

El principal efecto de la eventual inclusión de Venezuela en la lista sería de orden psicológico, más que nada porque Washington ya ha sometido a Caracas a tales sanciones que muchas de las que abarca la declaración de patrocinador del terrorismo están, virtualmente, en efecto. A eso se suma el hecho de que Venezuela está en virtual suspensión de pagos, con lo que, lisa y llanamente, no tiene quién le preste capital. No obstante, si Venezuela entra en el grupo, el intercambio de petróleo entre ese país y Estados Unidos se verá sometido a trabas burocráticas. En la actualidad, la producción de petróleo de Venezuela se envía a Estados Unidos, donde es refinada y reenviada al país de origen.

Es una práctica que no es infrecuente en otros países productores de petróleo, como Nigeria, que no han sido capaces de construir refinerías para tratar su propio crudo. Precisamente, la entrada de Venzuela en la lista de patrocinadores del terrorismo podría ser el primer paso hacia una prohibición de la importación de crudo de ese país en EU, una posibilidad que el Gobierno de Donald Trump lleva barajando desde hace más de un año pero que no se ha atrevido a poner en práctica por su impacto en el precio del combustible. Trump también ha amenazado con una intervención militar en Venezuela, una opción que cuenta con muchos enemigos dentro de su propio equipo de colaboradores.

Las tensiones con Venezuela no son las únicas que enfrentan a Estados Unidos con otros países de su entorno. La tensión acerca de la política inmigratoria sigue creciendo. Lo primero en captar los titulares fueron las informaciones contradictorias acerca de la retirada -primero anunciada, después, desmentida, pero no totalmente- de los 5,500 soldados que Donald Trump ha enviado a la frontera de México por la caravana de migrantes que se está acercando a ella desde Centroamérica. Después, llegó la sentencia de un juez que ha suspendido cautelarmente la decisión del Gobierno de prohibir la solicitud de asilo por parte de las personas que crucen ilegalmente la frontera desde México. Según la Justicia, esa decisión viola las leyes estadounidenses.



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