Internacional - Política

Razones para celebrar después de las elecciones intermedias en Estados Unidos

2018-11-23

El regreso de una mayoría demócrata a la Cámara de Representantes...

Por FERNANDO TORMOS-APONTE, The New York Times

SAN LUIS, Misuri — Un sector progresista recibió con pesimismo los resultados de las elecciones intermedias del 6 de noviembre en Estados Unidos. Pese a que el Partido Demócrata recuperó la mayoría en la Cámara de Representantes, muchos no celebraron.

Las fuerzas progresistas en Estados Unidos argumentan que la mayoría en la Cámara Baja no es suficiente, que la ola azul —el color del Partido Demócrata— que se anticipaba no sucedió, lo que implica que la agenda progresista se congelará al menos otros dos años, con Donald Trump en la presidencia. Otros señalaban que el momentum de la llamada “Resistencia” al presidente estadounidense fue frenado con eficacia por el Partido Republicano, que logró aumentar su mayoría en el Senado y ganó dos gubernaturas clave, Florida y Ohio.

Es cierto que la remontada demócrata no fue de la magnitud deseada, pero si se observan con atención las implicaciones políticas de una mayoría demócrata en la Cámara de Representantes hay lugar para el optimismo: las elecciones legislativas les sirvieron a los demócratas para constatar la importancia del electorado minoritario y la necesidad de retomar las calles. El resultado obtenido será crucial para hacer avanzar la agenda progresista en Estados Unidos y también para la comunidad latina. Hay razones para celebrar.

Una de las repercusiones positivas del regreso de una mayoría demócrata a la Cámara Baja es que ahora podrán defender las políticas públicas sociales que los republicanos buscaban derogar, proteger la independencia del poder legislativo y judicial de los ataques de la Casa Blanca en la era Trump e investigar las acciones del presidente y las agencias del poder ejecutivo. Las implicaciones también son favorables para la población latina, que contará con la mayor cantidad de representantes en la historia del Congreso estadounidense. Se trata de una visibilidad inédita en la política de Estados Unidos.

Después de su intensa participación en estas elecciones, el electorado latino está en mejor posición para exigirles a los demócratas que reanuden sus esfuerzos de reformar de manera humanitaria y sensata la política migratoria, de proteger a los beneficiarios de la política de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y apoyar a Puerto Rico, asediado por una crisis fiscal y por la destrucción después del huracán María.

Con la elección de 2016, el Partido Republicano dominó todas las palancas del poder estadounidense y, con mayoría en ambas cámaras, se había mostrado reacio a ejercer un contrapeso al discurso proteccionista y racista de Donald Trump. Una mayoría de representantes demócratas cerrará el paso a las aspiraciones de Trump de separar de familias migrantes, acabar el programa DACA o prohibir el asilo a integrantes de la caravana. Ahora, la mayoría demócrata podrá enmarcar la discusión de la inmigración como un asunto de derechos humanos y alejarse de la perspectiva conservadora que la considera una amenaza.

El regreso de una mayoría demócrata a la Cámara de Representantes también significa un freno a las aspiraciones más delirantes de la agenda legislativa de Donald Trump. Al ser la cámara que aprueba el presupuesto, los sueños de los republicanos más radicales de construir un muro en la frontera con México se desvanecieron. En su lugar, se podrán abrir discusiones parlamentarias más moderadas sobre migración.

La elección intermedia también marcó un hito para las fuerzas progresistas de Estados Unidos: el nuevo Congreso será el más diverso en la historia estadounidense y tendrá la mayor cantidad de mujeres, latinos y miembros de la comunidad LGBTQ que nunca. Aunque aún falta mucho camino por recorrer y aún es necesaria más representación parlamentaria de las minorías, la próxima sesión parlamentaria, que comienza en enero, incluirá a 43 latinos, a 125 mujeres —de las cuales dos son las primeras mujeres musulmanas y otras dos las primeras representantes nativoamericanas electas para la Cámara Baja— y a más de 150 representantes de la comunidad LGBTQ. También, tendrá a la congresista más joven en su historia, la puertorriqueña de 29 años Alexandria Ocasio-Cortez. Esta diversidad del próximo Congreso es una buena noticia: algunos analistas advierten que la diversidad incrementa la probabilidad de que se aprueben medidas que beneficien a los grupos más marginados por la política tradicional.

Incluso algunas derrotas del Partido Demócrata en las elecciones intermedias tienen una lectura positiva para las fuerzas progresistas de Estados Unidos. El apoyo que recibió Beto O’Rourke, candidato al Senado en el estado de Texas, mostró que la victoria azul en ese estado —donde ningún demócrata ha ganado una contienda electoral a nivel estatal desde 1994— no es tan improbable como se pensaba. La campaña de O’Rourke ignoró las advertencias de presentar un discurso moderado en un estado conservador y apostó por una plataforma abiertamente liberal. A pesar de haber perdido la contienda ante el republicano Ted Cruz, esa candidatura logró que se inscribieran más de quince millones de nuevos electores y movilizó una gran participación latina. En la mañana de la votación, “¿Dónde votar?”, en español, fue una de las búsquedas más populares de Google en todo Estados Unidos.

De cara a la contienda electoral de 2020, los demócratas tendrán que recordar que sus contrincantes republicanos siguen fortalecidos por el apoyo de varios movimientos sociales conservadores, incluyendo la extrema derecha (alt-right) y el Tea Party. La retórica racista de Trump y la propaganda de grupos de extrema derecha no solo movilizan apoyo electoral para el Partido Republicano, sino que también han inspirado una ola de crímenes de odio, como el caso de Cesar Sayoc, acusado de enviar artefactos explosivos por correo a varios demócratas.

También deben recordar que, ante los intentos antidemocráticos de algunos republicanos de suprimir votos de las minorías —exigir el uso de identificaciones para votar, restringir el voto temprano, eliminar a los ciudadanos naturalizados de las listas de votantes, entre otras propuestas—, será indispensable aumentar la participación electoral y defender el derecho al voto de todos los ciudadanos.

El voto de las minorías fue determinante en la victoria en el Congreso, así que a la hora de confeccionar su agenda legislativa, los demócratas tienen que abordar como prioridad las promesas progresistas que los llevaron a recobrar la mayoría parlamentaria y que más les importan a los grupos minoritarios, entre otras, una reforma migratoria que impida la construcción del muro.

Aunque los demócratas no lograron la mayoría en el Senado, todas estas son razones para que los progresistas y los latinos estén contentos.



regina