Internacional - Política

Khashoggi propuso un 'ejército virtual' contra 'Pacman' bin Salman

2018-12-04

Las más de 400 comunicaciones vía WhatsApp, que incluyen grabaciones de sonido, fotos...

LLUIS MIQUEL HURTADO | EL MUNDO

Jamal Khashoggi no fue un mero articulista. El crítico saudí, asesinado por agentes compatriotas el dos de octubre pasado, trató de organizar un movimiento de ciberactivistas contrarios a las políticas de palacio. Sus tejemanejes pudieron ser descubiertos por Riad gracias al uso de un programa de espionaje israelí, teme un activista, interlocutor de Khashoggi, que ha permitido a la cadena CNN acceder a una serie de mensajes que intercambió con él.

Las más de 400 comunicaciones vía WhatsApp, que incluyen grabaciones de sonido, fotos y vídeos, pintan, para CNN, "la imagen de un hombre profundamente preocupado por lo que él consideraba la petulancia del poderoso joven príncipe". Los mensajes fueron interceptados el pasado agosto. Sólo dos meses después, Khashoggi moría en el consulado saudí en Estambul, su cuerpo era desmembrado y presuntamente disuelto en ácido por orden, creen Turquía y la CIA, del gobernante saudí de facto.

Mohamed bin Salman era, para el entonces articulista del 'Washington Post', una "bestia" y un "Pacman", alusión al conocido videojuego en el que un personaje devora todo a su paso. "Cuantas más víctimas devora, más quiere", dijo Khashoggi a su socio, el activista saudí asilado en Canadá Omar Abdulaziz, cuando, el pasado mayo, Arabia Saudí detuvo a al menos cuatro mujeres activistas. "No me sorprendería que esta opresión alcance incluso a aquellos que hoy lo jalean", concluyó el columnista.

Acciones en internet

La lectura de los mensajes desvela que Jamal Khashoggi quiso ir más allá de redactar textos. Junto con Omar Abdulaziz, organizó lo que definió como "ejército virtual". Entre octubre de 2017 y el pasado agosto, ambos plantearon acciones en internet para llamar la atención sobre los desmanes del joven príncipe. "[Jamal] creía que MbS -siglas con que se conoce a Mohamed bin Salman- es la cuestión, es el problema, y dijo que este chico debería ser detenido", dice Abdulaziz a CNN.

Abusos de derechos humanos

Para tal fin, Khashoggi contaba con su joven colega saudí, con 350,000 seguidores en Twitter, a quien Canadá concedió el asilo político en 2014, tras la cancelación de su beca por parte de Riad debido a sus comentarios críticos con sus políticas. CNN explica que las "ciberabejas", propuestas por el ahora muerto, tenían por objetivo documentar abusos de derechos humanos en Arabia Saudí, así como producir cortometrajes de temática crítica.

Una porción de este "ejército" estaría dentro del reino. Parte del plan consistía, por lo tanto, en facilitar dinero -según CNN, Khashoggi logró comprometer 30,000 dólares para su fin- y tarjetas SIM extranjeras a los disidentes que residían en el país, para evitar que la Inteligencia saudí los descubriera. Pero, paradójicamente, quienes resultaron primeramente descubiertos fueron Khahoggi y Abdulaziz. Gracias, de acuerdo con las pesquisas del segundo, a un pirateo de su teléfono con un programa israelí.

A principios de este agosto, el saudí residente en Montreal informó a Yamal Khashoggi de que funcionarios de Arabia Saudí le habían asegurado que tenían constancia de sus preparativos. "¿Cómo se enteraron?", le replicó el articulista. "Tuvo que haber una brecha", asiente Abdulaziz. "Que Dios nos ayude", sentencia lacónico Khashoggi, quien menos de dos meses sería atraído a la legación diplomática saudí en Estambul para no salir de ella jamás.

El mes pasado, en pleno estallido del escándalo Khashoggi, Omar Abdulaziz consiguió que el Laboratorio Ciudadano de la Universidad de Toronto analizara su móvil para saber qué había ocurrido. Su conclusión: el aparato había sido pirateado por un programa de espionaje militar. El investigador del Laboratorio, Bill Marczak, ha explicado a CNN que este programa fue creado por la empresa israelí NSO Group, y empleado por el Gobierno saudí.

Al menos dos disidentes saudíes más, ha añadido Marczak, han sido víctimas del mismo tipo de ataque. Las siglas NSO han aparecido en la prensa, al mismo tiempo que las noticias sobre un acercamiento silencioso entre Israel y las monarquías del Golfo Pérsico. A finales del pasado agosto, el 'New York Times' publicó un artículo según el cual representantes de la compañía hebrea habían pirateado tres teléfonos, entre ellos el de un periodista, para impresionar a un cliente emiratí.

Aquella noticia explica también que un ciudadano qatarí y periodistas mexicanos -NSO también prestó servicios al gobierno de México- hayan presentado demandas contra la empresa israelí en Chipre e Israel. Este domingo, añade CNN, Omar Abdulaziz ha demandado a NSO. Alega que la compañía "violó la ley internacional al vender su programa a regímenes opresivos, a sabiendas de que podría ser usado para vulnerar derechos humanos".



Jamileth