Internacional - Política

Temer dice no estar preocupado de casos en su contra

2018-12-06

Por PETER PRENGAMAN, AP

BRASILIA (AP) — El presidente de Brasil, Michel temer, dijo el jueves no estar preocupado de que los casos de corrupción en su contra pudieran llevarlo a la cárcel después de concluir su periodo el 1 de enero.

En una reunión con corresponsales extranjeros en el palacio presidencial en Brasilia, Temer afirmó que los casos en su contra carecen de méritos, aun cuando, señaló, impidieron a su gobierno concretar reformas importantes, como la del sistema de pensiones.

“Estoy tranquilo. No estoy preocupado lo más mínimo”, declaró Temer, quien confió en que los casos sean desechados.

Mientras ocupe la presidencia Temer tiene inmunidad parcial, gracias a la cual ha evitado enfrentar juicios penales. En dos ocasiones, la Cámara de Diputados en el Congreso, la instancia que examina asuntos que implican al presidente, rechazó que Temer fuera enjuiciado debido a los cargos presentados en su contra por la fiscalía general.

Sin embargo, cuando Temer, de 78 años, deje la presidencia, los casos pasarán al sistema judicial ordinario.

En los últimos cuatro años, numerosos empresarios y políticos, entre ellos el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, fueron condenados y encarcelados en medio de la gigantesca pesquisa anticorrupción conocida como “Lavajato” (“Lavado de Autos”). Los casos contra Temer están relacionados con esa investigación, que se centró en compañías constructoras que pagaron grandes sumas de dinero a políticos a cambio de contratos de obras públicas a precios inflados.

Expertos jurídicos consideran que los casos contra Temer sí tienen sustento y seguirán su curso. En las últimas semanas, diversos medios de prensa han informado que el próximo gobierno del presidente electo Jair Bolsonaro podría conceder a Temer alguna embajada.

Ese nuevo cargo beneficiaría a Temer con la misma inmunidad parcial otorgada a los legisladores federales, miembros del gabinete y otros funcionarios de alto rango. La constitución prevé que solo la máxima instancia judicial de la nación, el Supremo Tribunal Federal, puede autorizar que las acusaciones procedan o se procese a algún funcionario en particular, lo que en la práctica imprime lentitud al inicio de algún juicio. Sin embargo, asignar a Temer a una embajada podría ser problemático para Bolsonaro, quien prometió durante su campaña “cero tolerancia” a la corrupción.

El jueves, Temer dijo que “no dejará” de estar activo y tiene previsto tomarse un tiempo. Sin embargo, declinó abundar en detalles, destacando en tono de broma que ya no tiene 50 años.

Temer, un político de carrera famoso por capacidad para impulsar iniciativas en el Congreso, era vicepresidente cuando la mandataria Dilma Roussef fue destituida en 2016 mediante juicio político. Cuando asumió la presidencia, Temer se presentó como un reformador dispuesto a sacar a la nación más grande de América Latina de su peor recesión en décadas.

Aunque su gobierno no estuvo libre de escándalos —debido a los cuales varios ministros tuvieron que renunciar ante denuncias de corrupción en las primeras semanas— Temer logró que Brasil avanzara en muchos frentes. Una reforma importante a la ley laboral fue aprobada y en 2017 el producto interno bruto creció 1% después de una contracción de 4% en cada uno de los dos años anteriores.

“Creo que seré recordado como alguien que cuando menos intento poner a Brasil por el buen camino”, declaró Temer. “También seré recordado como alguien al que no le preocupó el populismo. Cualquiera preocupado del populismo no habría hecho lo que hice”, una alusión a sus propuestas impopulares para mejorar las finanzas estatales mediante recortes a las prestaciones de los empleados y al sistema de pensiones.

Temer había manifestado este año que tal vez buscaría la reelección a pesar de sus bajos índices de aprobación, inferior a 10% la mayor parte que ha estado en el cargo. Sin embargo, los escándalos de corrupción en su contra, no solo hicieron esa intención imposible y le frustraron gran parte de su agenda, sino que también amenazaron con ponerlo tras las rejas.

El año pasado, el fiscal general Rodrigo Janot acusó en dos ocasiones a Temer en casos relacionados con corrupción y obstrucción de justicia. La policía federal también lo investiga en un tercer caso en el que se le acusa de utilizar sobornos para financiar las renovaciones a una propiedad familiar.



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