Internacional - Política

Theresa May sobrevive a la moción de confianza y renuncia a liderar a los tories

2018-12-12

May prometió "luchar con todo lo que tengo", pero tuvo hacer de antemano una clara...

CARLOS FRESNEDA | El Mundo

Theresa Mayha sobrevivido a la moción de confianza activada por el ala dura de su propio partido por un margen de 83 votos (200 frente a 117), en uno de los días más frenéticos y caóticos que se recuerdan en Westminster. La 'premier' ha tenido que pagar un alto precio para seguir temporalmente en el cargo y se ha comprometido a "no liderar el partido" en las próximas elecciones.

Tras superar la prueba de fuego, May se garantiza la permanencia como líder del Partido Conservador al menos durante un año. Aunque la moción de confianza ha dejado a la 'premier' en una posición de debilidad ante la oposición laborista, que podría plantear también en las próximas semanas una moción de censura.

May queda también en una situación especialmente delicada ante Bruselas, donde tiene previsto asistir el jueves y viernes a la cumbre de la UE y con intención de arrancar a los 27 una declaración lateral o un compromiso vinculante sobre la controvertida "salvaguarda" irlandesa en la negociación del Brexit.

A los pocos minutos de ganar la moción de confianza, May aseguró sentirse con una triple "misión renovada": entregar el Brexit "por el que votó la gente", volver a unir a los británicos y construir "un país que funcione para todos". La 'premier' reconoció que "un número significativo" de diputados de su propio partido votaron contra ella y prometió "escucharlos", pero sin comprometer sus objetivos.

Todas la miradas estuvieron concentradas a lo largo del miércoles en la reunión a puerta cerrada del Comité parlamentario 1922, que convocó a los 315 diputados 'tories' para la votación secreta, similar a la que allanó el terreno a la dimisión de Margaret Thatcher hace 28 años.

May prometió "luchar con todo lo que tengo", pero tuvo hacer de antemano una clara concesión para lograr el respaldo de al menos 158 diputados en la crucial votación. La 'premier' se comprometió a culminar el Brexit (incluido el proceso de transición) y manifestó su "intención" de ceder el testigo a un nuevo líder a tiempo para los comicios previstos en el 2022.

"Fue un momento muy emotivo y algunos de nosotros nos quedamos con lágrimas en los ojos", declaró la diputada 'tory' y alta funcionaria del Ministerio de Interior Victoria Atkins. "Dio a entender que le gustaría seguir, pero dijo que entendía al partido, y que su principal cometido será lograr el mejor acuerdo para el país, de modo que podamos salir de la UE de una manera positiva".

Jacob Rees-Mogg, "cabecilla" del ala dura de los 'tories' y principal impulsor de la moción de confianza, expresó sin embargo sus dudas a la hora de interpretar las palabras de la 'premier': "Ella dijo que no era su 'intención' luchar en las próximas elecciones. Pero esa palabra, 'intención', es un clásico entre los políticos. A la pregunta sobre si lucharía si hubiera elecciones anticipadas el año que viene, se quedó dudando".

De antemano, y sabiendas de la "misión imposible" que iba a ser a final de cuentas la moción de confianza, Rees-Mogg consideró como "un éxito" cualquier resultado por encima de los 80 diputados votando en contra de la 'premier' y advirtió de las futuras batallas parlamentarias, empezando por la aplazada votación del acuerdo del Brexit, prevista ahora para antes del 21 de enero.

"Una victoria es una victoria, aunque sea por un solo voto", llegó a decir el secretario de Salud, Matt Hancock, uno de los defensores más entusiastas de la 'premier', al igual que el titular de Defensa Gavin Williamson, el último en emitir su voto y en expresar su "incondicional apoyo" a May.

El ministro de Medio Ambiente Michael Gove llegó a predecir también una "victoria holgada" de May y se desmarcó claramente de su ex compañeros de viaje en Vote Leave y el ex titular de Exteriores Boris Johnson, que cerró filas por los partidarios del Brexit 'duro'. Otro ministro que prefirió ocultar su nombre aseguró que los diputados del ala dura han quedado en evidencia y se merecen "un puñetazo en la cara".

"Voy a entregar el Brexit por el que votó la gente"

El así llamado Tory Reform Group, donde se dan la mano más de un centenar de diputados conservadores, anunció horas antes su respaldo a la 'premier'. "Estamos en un momento crítico para el país y hay que poner por delante los intereses nacionales", podía leerse en un comunicado del grupo.

"Nuestro partido está más allá del Brexit, y nuestro país no nos perdonará si lo olvidamos", agregaron los parlamentarios del Tory Reform Group. "Ante la perspectiva real de un Gobierno de izquierda dura de Jeremy Corbyn, es el momento de la unidad y de apoyar a la primera ministra".

En una muestra más de su determinación ante la adversidad, Theresa May compareció como si tal cosa y se midió con el líder laborista en el turno de preguntas a la primera ministra de cada miércoles. A las cinco de la tarde hora local (seis en España) dio la cara ante el Comité 1922 para defender su posición ante la crucial moción de censura.

El día había arrancado con una intensidad inusual. La propia May apareció a primera hora de la mañana ante los micrófonos instalados ante el número 10 de Downing Street para confirmar que 48 diputados del Partido Conservador habían activado una moción de confianza contra ella.

May anunció la suspensión de su viaje a Dublín y de su gira europea para defender su puesto en el Parlamento esa misma tarde. "Haré frente al concurso para el liderazgo de mi partido con todo lo que tengo", dijo May. "Llevo 40 años como miembro del Partido Conservador, he servido como activista, como concejal, como secretaria de Interior y ahora como primera ministra. He decidido seguir ofreciéndome como líder porque creo en la visión conservadora para un mejor futuro... Y en este momento crucial, eso significa asegurar un Brexit que cumpla con el resultado del referéndum".

En su breve intervención, May aseguró que la moción de confianza impulsada por los diputados de su propio partido solo serviría "para crear más división" e iría en detrimento de los "intereses nacionales". "Los únicos que se van a beneficiar de todo esto son Jeremy Corbyn [el líder laborista] y John McDonnell [su número dos]".

Con la puerta negra de Downing Street a sus espaldas, May reiteró finalmente su intención de seguir impulsando la agenda política de su discurso inaugural como 'premier' en julio del 2016, tras la dimisión de David Cameron. "Voy a entregar el Brexit por el que votó la gente y a construir un país que funcione para todos", dijo.

Desde Bruselas se siguió el proceso con tanta incredulidad como expectación. El portavoz de la presidencia de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, se atrevió incluso a echar un capote a May alegando que había hecho "un buen trabajo gestionando un proceso difícil" como el Brexit.

"La Comisión no comenta sobre los asuntos internos de países como Reino Unido y menos sobre el Partido Conservador, pero el presidente [Jean-Claude Juncker] ha expresado en varias ocasiones su apoyo a la primera ministra", declaró Schinas, que aseguró que la UE ha escuchado "con atención" las preocupaciones expresadas por la 'premier' sobre la "salvaguarda" irlandesa.



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