Internacional - Seguridad y Justicia

El Chapo se enfrenta a la prueba más dañina en su contra

2018-12-19

Sandro Pozzi | El País

 Nueva York.- Joaquín El Chapo Guzmán tenía motivos para comerse las uñas al escuchar, este miércoles, el testimonio de Pedro Flores, el principal suministrador de droga en Estados Unidos junto con su hermano Margarito. El jurado escuchó dos grabaciones telefónicas en las que ambos negocian el precio de un cargamento de 20 kilogramos de heroína que iba a recibir en Chicago y el pago del mismo. Es la prueba incriminatoria clave por la que el capo mexicano fue extraditado, como principal jefe del cartel de Sinaloa. También la más dañina para sus intereses de cuantas se han conocido en lo que va de juicio.

Las grabaciones se realizaron en secreto y con un método muy rudimentario. El Chapo se preocupaba mucho por la seguridad de las comunicaciones, por temor a que los teléfonos estuvieran pinchados. Pero los mellizos recurrieron a algo tan simple y barato como utilizar grabadoras compradas en una tienda de la cadena Radio Shack en México y pegar el micrófono al auricular.

El propósito de la conversación telefónica era conseguir una prueba en la que se escuchara a El Chapo negociando el precio de un cargamento de heroína. Los mellizos buscaban que se lo recortara de 55,000 dólares el kilogramo a 50,000 dólares. La excusa, explicó Flores en el interrogatorio, es que había cada vez más competencia y que solo estarían dispuestos a pagarlo si era de la máxima calidad.

La Fiscalía presentó la grabación de dos llamadas realizadas hace poco más de 10 años: la noche del 15 de noviembre de 2008, justo dos semanas antes de entregarse. “Amigo”, arranca la conversación telefónica. Joaquín Guzmán le pregunta en seguida por su hermano. “Estamos a la orden”, se le escucha decir a continuación. Pedro Flores comentó al jurado que el narco mexicano fue siempre muy cortés, “así hablaba a la gente”.

Tras el saludo inicial, entran directos en la discusión. Flores le dice que está listo para desembolsar el efectivo por la droga, pero quería antes cerrar el precio. Explicó a los miembros del jurado que trató de mantener una conversación lo más normal y rutinaria posible. “¿Tienes ya el dinero?”, se escucha a El Chapo para, acto seguido, preguntarle por el precio de la droga. Guzmán lo acepta diciendo que le parece bien.

Acepta el trato

Pedro Flores señaló que Joaquín Guzmán aceptó la rebaja porque sabía que a cambio podría vender más heroína en EE UU. También le comentó en la primera conversación telefónica que la droga que le estaba mandando Ismael El Mayo Zambada, su socio en el cartel de Sinaloa, no era de buena calidad. La primera llamada concluye tratando de determinar dónde se iba a realizar el pago, si en México o en Chicago.

La segunda conversación tiene lugar media hora después y sirvió para aclarar dónde se realizaría el desembolso. “Lo van a recoger allá”, le confirma Guzmán a Flores. Le dice que la persona que se va a encargar de recoger el dinero está ya lista y les dice en clave que lo espera para en cuanto abran los bancos. “Era la manera de asegurarse de que lo hacíamos a primera hora”, explicó Flores al jurado.

El Chapo, siempre según Flores, sabía que la droga se estaba distribuyendo desde la ciudad de Chicago porque “ahí es donde esperaba el dinero”. Contó también que la primera llamada que recibió no la cogió, porque había otra gente presente. “No podría sacar la grabadora que tenía en el bolsillo y el auricular”, explicó. Así que apenas dos minutos después, cuando estaba listo, le llamó de vuelta.

"Parar de golpe era muy difícil"

Durante la sesión se presentaron otras grabaciones en las que los gemelos tratan con miembros del cartel de Sinaloa cargamentos de heroína. Flores contó al jurado que hacían las llamadas directamente, porque para entonces ya tenía miembros de la oficina antidroga de EE UU infiltrados y querían protegerlos. También dijo que lo de la mala calidad de la heroína que le enviaba Zambada era falso.

En el interrogatorio explicó que trataba de reducir la cantidad de droga que recibía desde México. Llegó incluso a tirar droga a la basura para que no se notara que estaba desmantelando la empresa criminal. “Parar de golpe habría creado una situación muy difícil”, señaló. El cartel de Sinaloa estaba en guerra de con la organización de los Beltrán Leyva, “habrían pensado que me pasé al otro bando y me habría matado”.

Los hermanos Flores cumplen actualmente una condena de 14 años de prisión por narcotráfico. Llegaron a mover 60 toneladas de droga, principalmente cocaína. De ese total, unas 38 toneladas les llegó desde el cartel de Sinaloa, por un valor de 800 millones de dólares. A cambio de su cooperación, esperan estar en un par de años en libertad y que las autoridades estadounidenses den protección a sus familias.



Jamileth