Internacional - Política

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2019-01-09

Desde fines del año pasado, miles de migrantes centroamericanos, en su mayoría...

 

CIUDAD DE MÉXICO, 9 Ene. (Reuters/EP) - Las autoridades de México y los países de Centroamérica se reunirán a partir de hoy para preparar la llegada de una nueva caravana de migrantes que tiene la intención de partir la próxima semana rumbo a Estados Unidos, según ha confirmado la Secretaría de Gobernación de México.

México, Tonatiuh Guillén, está camino a El Salvador y Honduras para reunirse con sus homólogos y otras autoridades a fin de buscar que el ingreso se haga de forma ordenada --a diferencia de lo que sucedió a fines de 2018-- y de desincentivar el éxodo masivo.

"Las puertas de México están abiertas para cualquiera que quiera ingresar de forma ordenada", ha resaltado Gandini a la agencia británica de noticias Reuters en una entrevista telefónica. "Pero quien quiera meterse de manera ilegal será deportado", ha advertido.

"Se trata de inhibir (la migración masiva), no prohibirla", ha agregado, sin dar detalles sobre cómo buscarán los gobiernos de estos países desincentivar a las personas que quieran embarcarse en la caravana.

El martes, el viceministro de Exteriores de Guatemala, Pablo César García, asistió en México a una reunión donde se habló de la caravana y de "brindar todo el apoyo necesario a los migrantes", tal y como ha confirmado la portavoz de la Cancillería de Guatemala, Marta Larra.

Con la leyenda 'En Honduras nos matan', la nueva convocatoria propone salir el 15 de enero desde la ciudad de San Pedro Sula, cerca de la frontera con Guatemala. En redes sociales, otras convocatorias llamaban también para partir el 20 de enero desde Santa Bárbara, situada cerca de San Pedro Sula.

Las autoridades de El Salvador han señalado que custodiarán a los migrantes y les darán información sobre los riesgos del viaje, con el fin de desincentivarlos. Cada año, decenas pierden la vida durante la larga y peligrosa travesía.

"YA NO PODEMOS VIVIR ALLÁ"

Desde fines del año pasado, miles de migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, huyeron de la violencia y pobreza en casa rumbo a Estados Unidos.

Sin embargo, a su paso por México las masivas caravanas desataron la ira del presidente estadounidense, Donald Trump, quien busca levantar un muro en su frontera sur para cortarles el paso.

Desde entonces, miles se encuentran atrapados en el norte de México mientras esperan poder cruzar a Estados Unidos, lo que ha puesto a prueba la capacidad de las autoridades mexicanas.

Uno de los primeros grupos de esa caravana se enfrentó con policías mexicanos en un puente de la frontera entre México y Guatemala. Buscando evitar aquellas escenas de pánico, el Gobierno mexicano dijo que enviará a agentes para resguardar los 370 puntos de cruce en la frontera con Guatemala.

En diciembre, Estados Unidos comunicó a México que quienes tramiten sus pedidos de asilo serán devueltos a México mientras dure el papeleo, algo que podría extenderse por más de dos años y que el país latinoamericano ha aceptado, al menos en la práctica.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre, ha dicho que buscará eliminar las causas de la migración creando más empleos y mejorando las condiciones de vida en el sur de México y Centroamérica.

"Espero que les ayuden (...) como ha sido con nosotros pero que no los dejen dormir en la calle", ha resaltado Claudia López, una inmigrante salvadoreña de 36 años que espera en un refugio de la ciudad mexicana de Tijuana.

"Ellos, al igual que nosotros, son personas que salen de sus casas porque ya no pueden vivir allá", ha agregado López. "Venimos cargando la tristeza tanto tiempo y lo único que pedimos es que a ellos también les ayuden", ha remachado.



regina
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