Religión

Papa Francisco condena violencia y feminicidios en Latinoamérica: son una "plaga"

2019-01-24

Francisco llegó la tarde del miércoles a Panamá para participar de la Jornada...

Por Elida Moreno y Diego Oré, Reuters

CIUDAD DE PANAMÁ (Reuters) - El Papa Francisco dijo el jueves que Latinoamérica vive una “plaga” de violencia y feminicidios y pidió a sus obispos “robarle” los jóvenes a la calle, durante una reunión con autoridades eclesiásticas como parte de su gira por Panamá.

A pesar de que Latinoamérica sólo alberga al 9 por ciento de la población mundial, allí se comenten el 39 por ciento de todos los homicidios del mundo, lo que la convierte en la región más violenta del planeta, según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Son muchos los jóvenes (...) que se encuentran sumergidos en situaciones altamente conflictivas y de no rápida solución: violencia doméstica, feminicidios -qué plaga que vive nuestro continente en este sentido-, bandas armadas y criminales, tráfico de droga, explotación sexual”, dijo el Papa durante una reunión con obispos de Centroamérica.

“Exhorto a promover programas y centros educativos que sepan acompañar, sostener y potenciar a sus jóvenes: róbenselos a la calle antes de que sea la cultura de muerte la que, vendiéndoles humo y mágicas soluciones, se apodere y aproveche de su imaginación”, agregó el primer Papa latinoamericano.

En cuatro países de la región -Brasil, Colombia, México y Venezuela- se cometen un cuarto de todos los asesinatos del mundo y de las 50 ciudades más violentas del mundo, 43 son latinoamericanas, de acuerdo a cifras del BID.

Además, 2.795 mujeres fueron asesinadas en 2017 en América Latina y el Caribe. El Salvador, Honduras y Belice tienen la tasa más alta de la región y Brasil y México la mayor cantidad de casos, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), un organismo dependiente de la ONU.

Francisco llegó la tarde del miércoles a Panamá para participar de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un evento trienal que reúne a decenas de miles de jóvenes católicos.

Es la primera vez que el Papa visita Centroamérica, una región que se enfrenta a la migración forzada, la pobreza y la violencia. Desde mediados de octubre, miles de centroamericanos han viajado al norte, a través de México, en busca de llegar a Estados Unidos para cumplir con el llamado “sueño americano”.

Las masivas caravanas han desatado la ira de Donald Trump, quien insiste en levantar un muro en la frontera entre Estados Unidos y México para detener a los migrantes ilegales.

“No basta sólo la denuncia”, dijo Francisco, un cura franciscano cuyo padre huyó de la Italia fascista a Argentina, donde nació en 1936. “La Iglesia, gracias a su universalidad, puede ofrecer esa hospitalidad fraterna y acogedora para que las comunidades de origen y las de destino dialoguen y contribuyan a superar los miedos y recelos”, agregó.

Más tarde, en la inauguración oficial de la JMJ y en clara alusión a Trump, el Papa criticó a los “constructores de muros” y pidió a los jóvenes asistentes ser “constructores de puentes”.

Miles de jóvenes ondeando las banderas de sus países oyeron, embelesados, al Sumo Pontífice. Unos sostuvieron banderas de Venezuela con la inscripción de “libertad” y otros posaron con el pendón de Nicaragua de cabeza, en señal de protesta contra el gobierno de Daniel Ortega.

En sus discursos del jueves, Francisco citó pasajes de las homilías de Óscar Romero, quien se convirtió el año pasado en el primer santo de El Salvador y Centroamérica luego de ser asesinado por su prédica en favor de los desposeídos durante los años más violentos del país.

“REZO POR TODOS LOS VENEZOLANOS”

Además de los problemas en Centroamérica, muchos esperan que el Papa se pronuncie sobre la situación en Venezuela, donde el miércoles el líder opositor Juan Guaidó asumió como presidente interino desafiando al mandatario Nicolás Maduro.

Francisco ha hecho fuerzas para que Venezuela encuentre “el camino de la paz y la unidad”, pero ha evitado referirse frontalmente a la crisis en el país. El jueves, a través del director interino de oficina de prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti, dijo que seguía de cerca la situación.

“El Santo Padre, informado en Panamá de las noticias provenientes de Venezuela, sigue con cercanía el desarrollo de la situación y reza por las víctimas y por todos los venezolanos”, dijo Gisotti en un comunicado.

“La Santa Sede apoya todos los esfuerzos que permitan ahorrar ulterior sufrimiento a la población”, agregó.

En el pasado, representantes del Vaticano en Venezuela estuvieron involucrados en negociaciones entre la oposición y el Gobierno para zanjar la crisis, pero las conversaciones se estancaron.

Francisco, de 82 años, se reunió el jueves con el presidente Juan Carlos Varela. Durante su viaje, que se extenderá hasta el domingo, también visitará una prisión juvenil y un hospicio para enfermos de sida.

“VIVIR CON AUSTERIDAD Y TRANSPARENCIA”

Más temprano, durante su primer discurso en el país, Francisco pidió a los políticos vivir con “austeridad y transparencia”, en momentos en que varios casos de corrupción han salido a la luz pública en la región.

El mayor de ellos involucra a la constructora brasileña Odebrecht, que aseguró haber pagado millones de dólares en América Latina para lograr jugosos contratos de obras públicas.

Además, Panamá fue centro de una masiva filtración de documentos confidenciales conocida como “Papeles de Panamá”, donde se reveló el ocultamiento de propiedades de empresas, activos, ganancias y evasión tributaria de mandatarios, líderes políticos y diversas personalidades mundiales.

“Las nuevas generaciones (...) reclaman de los adultos, pero especialmente de todos aquellos que tienen una función de liderazgo en la vida pública, llevar una vida conforme a la dignidad y autoridad que revisten y que les ha sido confiada”, dijo Francisco en un encuentro con autoridades panameñas, el cuerpo diplomático acreditado en el país y líderes religiosos.

“Es una invitación a vivir con austeridad y transparencia (...), llevar una vida que demuestre que el servicio público es sinónimo de honestidad y justicia, y antónimo de cualquier forma de corrupción”, agregó en la sede de la cancillería panameña ante el aplauso de los presentes.



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