Internacional - Población

Esperanza se torna en angustia tras colapso de presa en Brasil

2019-01-27

“Estoy enojada. No puedo mantener la calma”, señaló Sonia Fátima...

Por MARCELO SILVA DE SOUSA y PETER PRENGAMAN

BRUMADINHO, Brasil (AP) — La esperanza de que sus seres queridos hubiesen podido sobrevivido a un tsunami de desechos de una mina de hierro tras el colapso de una presa en Brasil se convirtió en angustia e ira ante la posibilidad cada vez más real de que muchos de los cientos de desaparecidos hayan muerto.

El sábado por la noche, cuando las autoridades suspendieron las labores de rescate hasta el amanecer, la cifra de víctimas mortales se mantenía en 40 personas, aunque se cree que hasta 300 más estarían desaparecidas. A lo largo de la jornada, los helicópteros sobrevolaron las zonas sepultadas en lodo y los bomberos excavaron para llegar a algunas estructuras.

“Estoy enojada. No puedo mantener la calma”, señaló Sonia Fátima da Silva, que intentaba obtener información sobre su hijo, que llevaba 20 años trabajando en la empresa minera Vale. “Mi esperanza es que sean honestos. Quiero noticias, aunque sean malas”.

Da Silva dijo que habló con su hijo por última vez antes del inicio de su turno el viernes. Alrededor del mediodía, una presa que retenía los desperdicios de la mina se vino abajo provocando olas de barro que llegaron a kilómetros (millas) de distancia y sepultaron casi todo a su paso.

Los empleados del complejo minero, propiedad y operado por la empresa minera brasileña Vale, estaban en su hora del almuerzo cuando la represa cedió.

A lo largo del sábado, decenas de familias en la ciudad de Brumadinho esperaban desesperadas noticias sobre sus seres queridos. Romeu Zema, gobernador del estado de Minas Gerais, dijo que, en este momento, los esfuerzos de rescate se centran en recuperar los cadáveres.

La riada de desechos llegó a la población vecina de Vila Ferteco y una oficina administrativa de Vale donde había trabajadores. El sábado, podían verse tejados sobre un extenso campo de lodo, que también cortó varios caminos. Tras el derrumbe, algunos residentes fueron evacuadas de Brumadinho. Otros apenas lograron escapar.

“Vi el lodo que bajaba la cuesta, derribando árboles al descender. El ruido era tremendo”, dijo entre lágrimas Simone Pedrosa, del barrio de Parque Cachoeira, a unos ocho kilómetros del derrumbe.

Pedrosa, de 45 años, y sus padres corrieron a su auto y fueron al punto más alto del barrio.

“Si hubiésemos ido en la otra dirección, estaríamos muertos”, dijo Pedrosa. “No puedo sacarme ese ruido de la cabeza”.

Además de los 40 cuerpos recuperados, había 23 personas hospitalizadas, dijeron autoridades del departamento de bomberos de Minas Gerais.

Había algunas señales de esperanza. Las autoridades anunciaron que habían encontrado a 43 personas más con vida el sábado, y la empresa dijo que había establecido el paradero de 100 trabajadores, aunque más de 200 seguían desaparecidos.



JMRS