Nacional - Seguridad y Justicia

Aún tras las rejas, leyenda de "El Chapo" brilla en la capital mexicana de la droga

2019-01-30

En su estado natal, el Gobierno dice que ha contenido a su Cártel de Sinaloa gracias a la...

Por Dave Graham, Reuters

CULIACÁN, México (Reuters) - En el corazón del narcotráfico de México, en el estado de Sinaloa, la admiración por su hijo ilustre Joaquín “El Chapo” Guzmán rutila pese a que el Gobierno avanza en la lucha contra el crimen organizado.

Guzmán, quien se convirtió en el hombre más buscado de México tras dejar atrás sus humildes orígenes, está siendo juzgado en un tribunal federal de Nueva York y enfrenta la posibilidad de pasar sus últimos años tras las rejas luego de una carrera sin igual que lo llevó a ser un célebre criminal.

En su estado natal, el Gobierno dice que ha contenido a su Cártel de Sinaloa gracias a la ayuda de militares.

Durante 2018, un año después de que se extraditara a Guzmán a Estados Unidos, la proporción de asesinatos en Sinaloa con respecto al total del país cayó a su nivel más bajo desde hace más de dos décadas. Pero eso no pudo evitar que el año pasado la cifra en todo el país tocara un nuevo récord.

En la capital del estado, Culiacán, donde el lujo deslumbrante se codea con la pobreza extrema, el apoyo a Guzmán no decae.

“Las cosas que no hace la policía, las hace él. Él protege a la gente”, dijo sobre Guzmán, Antonio Pinzón, un trabajador agrícola de 45 años que peregrina a la capilla de Jesús Malverde, un conocido bandido local venerado como un santo.

Al elogiar a Guzmán comparándolo con Malverde, una figura parecida a Robin Hood, Pinzón habla como innumerables residentes de Sinaloa, dicen políticos locales, periodistas y expertos.

Guzmán, nacido en el montañoso poblado de La Tuna, en Sinaloa, donde contrabandistas han cultivado opio y marihuana desde principios del siglo XX, comenzó a ascender a través de las filas del bajo mundo mexicano en la década de 1980, a medida que caían los capos.

Capturado en 1993, Guzmán salió de la cárcel ocho años después y comenzó a posicionar su cártel de Sinaloa como el principal de México. Eliminando rivales y comprando oficiales, incluso se ganó un lugar en la lista de millonarios de Forbes.

Sin el consentimiento de los capos, era casi imposible ser elegido para un cargo público en partes de Sinaloa, dijo a Reuters un político del estado que habló en condición de anonimato.

Aún así, apuntando a tasas de criminalidad más bajas, Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, dijo que el Gobierno perseguía a todos los grupos con la misma determinación.

Castañeda se quejó de que las representaciones de narcotraficantes en series de televisión como “Narcos” y “El Chapo” hacían olvidar los crímenes de Guzmán.

“Lo hacen ver un Robin Hood”, dijo a Reuters. “Lejos de exaltar la parte de la autoridad, exaltan la figura del delincuente”.

“PERSONA MAGNÍFICA”
Después de más de una década en libertad, Guzmán finalmente fue atrapado en 2014. Pero en un giro humillante para el Gobierno, se escapó de una prisión de alta seguridad a través de un túnel en julio de 2015. Fue recapturado seis meses después.

México lo extraditó en enero de 2017 y, desde noviembre, ha estado en juicio en Brooklyn, acusado de tráfico de cocaína, heroína y otras drogas a Estados Unidos. Se espera un veredicto en los próximos días.

Testigos han alegado que El Chapo gastó millones de dólares sobornando a funcionarios y ordenó o llevó a cabo personalmente asesinatos de rivales. Sus abogados aseguran que el verdadero cerebro detrás del Cártel de Sinaloa es su socio Ismael “El Mayo” Zambada, y que Guzmán, de 61 años, es un chivo expiatorio.

“Por lo que vimos nosotros sinaloenses, (Zambada) era quien mandaba”, dijo Manuel Clouthier, nativo de Culiacán y excongresista federal independiente. “Cuando (Guzmán) cayó, no pasó nada, porque la cabeza no cayó”.

Desde el arresto de Guzmán, Zambada ha consolidado el poder del cártel, dijo Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales en la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus sigla en inglés).

La diversificación hacia otras actividades criminales, la demanda de drogas más nuevas y los golpes a su principal rival, el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ha permitido al Cártel de Sinaloa aumentar su negocio de un 15 a un 20 por ciento, estimó Vigil.

Zambada también ha mantenido a raya la violencia, dijo un vendedor de libros frente a la catedral de Culiacán llamado Ismael, quien habló con nostalgia de Guzmán.

“Sabemos que anda en un negocio malo. Pero él mismo es una persona magnífica”, dijo. “Es una lástima que en Estados Unidos no se va a poder escapar”.

NEGOCIOS USUALES
Castañeda, el encargado de la seguridad pública en Sinaloa, dijo que el estado idealmente necesitaba 9,000 policías para garantizar la ley y el orden, más del doble de lo actual. Pero aseguró que los narcos también se han vuelto más discretos desde el apogeo de Guzmán.

“Ya son vehículos compactos. Ya no son gente tan ostentosa”, dijo. “Ha evolucionado, ha mutado”.

En el cementerio Jardines del Humaya, donde algunos caídos están enterrados en tumbas faraónicas, los trabajadores dijeron que la ausencia de Guzmán no había afectado su negocio.

“Tenemos una inmensidad de trabajo”, confesó el carpintero Santiago Rojo mientras daba los toques finales a un mausoleo de dos pisos con aire acondicionado, una escalera de mármol, un baño y una pantalla de televisión.

Al estimar que hasta el 40 por ciento de la economía de Culiacán proviene de fondos ilícitos, el exlegislador Clouthier confesó que el Cartel de Sinaloa se había vuelto experto en el lavado de dinero.

Y el efectivo de origen incierto sigue fluyendo libremente. Bajo sombrillas de colores en “El Mercadito”, en el centro de Culiacán, docenas de vendedores -en su mayoría mujeres- compran y venden dólares por debajo de las tasas del mercado, una práctica ampliamente considerada para facilitar el lavado de dinero.

Se han realizado redadas periódicas, pero un vendedor ambulante de dólares llamado Juan estimó que la cantidad de puestos de venta se había duplicado en los últimos tres años.

Aquí también la sombra de Guzmán resplandece.

Antes de convertirse en narcotraficante, la protagonista de la novela del español Arturo Pérez Reverte, La Reina del Sur, también vendió dólares en el mismo lugar.

El libro se convirtió en un exitoso programa de televisión, y su estrella, Kate del Castillo, apareció en los titulares después de que, en compañía del actor estadounidense Sean Penn, visitaron a El Chapo mientras estaba escondido. Los DVD de la serie se encontraron en el escondite final de Guzmán.
 



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