Tras Bambalinas

¿Cómo sería una invasión de Estados Unidos en Venezuela?

2019-02-04

Washington no ha ahorrado simbolismos para demostrar que está dispuesto a intervenir. El...

PABLO PARDO | El Mundo

El último combate directo entre las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, por un lado, y de Cuba y la Unión Soviética, por otro, se produjo a solo 160 kilómetros de Venezuela. Fue en octubre de 1983, cuando EU invadió la isla de Granada, un país alineado con la Unión Soviética que estaba al borde de una guerra civil. Murieron 19 estadounidenses, 2 soviéticos, y 25 cubanos. La rumorología cubana afirma que, cuando llegaron a La Habana los más de 600 prisioneros que hizo EU en la isla, Fidel Castro los mandó a cortar caña de azúcar como castigo por haberse rendido.

Ahora, 35 años después, la posibilidad de que EU, Cuba, y Rusia - la heredera de la URSS - vuelvan a enfrentarse se ha planteado en exactamente la misma región. Esta vez, en Venezuela. Washington no deja de decir, como expresó la asistente del secretario de Estado para Asuntos de las Américas, Kimberly Breier, en una rueda de prensa con periodistas europeos el jueves, que "aunque nuestra política se basa en una transición pacífica, hemos dejado muy claro que todas las opciones están sobre la mesa".

En Venezuela ya hay cientos o miles de personas del aparato de seguridad cubano que controlan el Estado venezolano, a los que se suman entre varias docenas y 400 mercenarios rusos de la empresa Wagner Group que constituyen lo que el profesor del Colegio de la Guerra del Ejército de Estados Unidos Robert Ellis califica en una entrevista telefónica con EL MUNDO de "guardia de palacio de Nicolás Maduro". Como recalca Erick Langer, profesor de la Universidad de Georgetown, de cuyo Centro para América Latina fue director, mientras debatimos una posible intervención militar estadounidense, "Cuba y Rusia ya han intervenido".

Washington no ha ahorrado simbolismos para demostrar que está dispuesto a intervenir. El caso más claro fue el del consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, cuando apareció el lunes en una rueda de prensa en la Casa Blanca con un cuaderno con la anotación "5,000 soldados a Colombia". Unas palabras que, para Langer, "eran un puro show en el estilo clásico de Donald Trump para mostrarse más fuerte de lo que es", explica Langer.

Dificultades técnicas y políticas

Además, una cosa es escribir "5,000 soldados" y otra muy diferente enviar 5,000 soldados. Y más si Colombia, como es el caso, no quiere. Dejando de lado el pequeño detalle de que con 5,000 soldados no se va a ningún sitio. En 1983, EU empleó 7,300 militares para invadir Granada, una isla con la mitad de superficie del Parque Nacional de Doñana y una población ligeramente inferior a la de Alcobendas.

Ahora, aplíquese el mismo ratio a un país como Venezuela, con 30 millones de habitantes y un tamaño igual al de España, Italia, y Portugal juntos, con una geografía que incluye desde selvas impenetrables hasta montañas infranqueables, en una situación de caos político e institucional, con el aparato del Estado derrumbándose, y amplios sectores de la economía y del territorio controlados por mafias del narcotráfico y de la extracción ilegal de oro.

Invadir un país así requiere decenas de miles soldados, si no más de 100,000. Y no es solo la dificultad técnica. Está también la política. Trump es un aislacionista y, como afirma Michael Shifter, presidente del Inter-American Dialogue, el think tank sobre América Latina más influyente en EU, "una acción militar de EU contra Venezuela sería contraria a los movimientos del Gobierno de Trump para retirar tropas de Siria o Afganistán".

Una cosa es ganar la guerra y, otra, la paz

Y, aparte, hay otro problema. Estados Unidos ganaría la guerra sin ninguna dificultad. Pero ¿ganaría la paz? Es decir, ¿evitaría que sucediera un caos como en Irak tras la exitosa invasión estadounidense de 2003?

Ése es un reto aún mayor, porque Venezuela ya tiene elementos de estado fallido, y una ocupación militar podría exacerbar el caos. Es un problema al que se suma el hecho de que los chavistas tratarían de organizar una guerra de guerrillas. Como explica Ellis, "la doctrina militar venezolana desde la época de Chávez se ha basado en hacer de las Fuerzas Armadas un ejército de resistencia". Ese mismo experto, sin embargo, considera que es más probable que el caos se estructure en torno al control de recursos y tráficos ilegales - en especial, cocaína - que por razones ideológicas.

Ellis tiene una cosa clara: "Para evitar el riesgo de caos, es necesaria una transición bien pensada, consensuada con los militares, y que permita a Cuba y a Rusia salvar la cara". Venezuela ya ha generado más de tres millones de refugiados, la cifra más alta del mundo después de Siria. Nadie en la región quiere una transición a la democracia caótica, con o sin tropas estadounidenses, que agrave ese problema de refugiados.

Ataques quirúrgicos, más que una invasión

Así, en el caso de que hubiera algún tipo de intervención de EU, es muy probable que ésta no fuera una invasión, sino, más bien, ataques quirúrgicos o limitados. Ellis señala algunos posibles escenarios: intervenciones para apoyar a los diplomáticos de la embajada de EU en Caracas en el caso que de éstos fueran atacados; acciones para defender la integridad territorial de Colombia si Venezuela - y en especial su Guardia Nacional, el elemento más ideologizado del régimen - lleva a cabo acciones desestabilizadoras o provocadoras contra ese país; o misiones para capturar a altos cargos venezolanos involucrados en narcotráfico si el Gobierno de Juan Guaidó logra un masivo respaldo internacional y consigue movilizar a la Interpol o a otras organizaciones de lucha contra el crimen contra los elementos del chavismo que forman parte de redes delincuencia.

Para lograr eso, Guaidó no solo necesitaría más apoyo exterior, sino que EU debería contar con sus aliados en la región para llevar a cabo cualquier acción militar. Eso significa Colombia y Brasil desde el punto de vista logístico y de aportación de tropas, y la Organización de Estados Americanos (OEA) para dar legitimidad a la operación, dado que el veto ruso en el Consejo de Seguridad de la ONU hace virtualmente impracticable 'luz verde' de ese organismo a una intervención.

De lo contrario, un ataque unilateral de EU a Venezuela podría ser una catástrofe política. Como declara José Miguel Vivanco, director para las Américas de la ONG Observatorio de los Derechos Humanos (Human Rights Watch), "el mero hecho de que Donald Trump se pusiera a considerar seriamente una operación militar podría dinamitar la alianza internacional que se ha forjado contra Maduro".



JMRS

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