Automotriz

Demandan a Takata y a fabricantes por ocultar defectos en airbags en Estados Unidos

2017-02-28

La alegación contra los fabricantes se produce el mismo día que el fabricante...

 

Washington, 27 feb (EFE).- Abogados de propietarios de vehículos afectados en EU por la llamada a revisión de millones de automóviles dotados con airbags defectuosos de la compañía japonesa Takata alegaron hoy que al menos cuatro fabricantes sabían desde hace años que eran peligrosos.

La acusación fue presentada hoy ante un tribunal de Florida por los abogados de docenas de afectados que han demandado a Takata y a los fabricantes de automóviles de instalar airbags defectuosos, señalaron medios locales.

Los fabricantes acusados de saber desde hace años que los airbags de Takata eran peligrosos son Honda, Toyota, Nissan y Ford.

Las alegaciones se producen después de que los fabricantes de automóviles argumentaran ante el tribunal que Takata es el único responsable por la instalación de airbag defectuosos.

Según los fabricantes, Takata les engañó al no revelar que los airbags producidos con un gas propulsor que es inestable con el paso del tiempo y elevadas temperaturas y humedad, pueden explotar en el momento de su activación.

Al menos 11 personas murieron en Estados Unidos, y más de 180 han resultado heridas, a consecuencia de la explosión de airbags de Takata.

Alrededor de 42 millones de vehículos en Estados Unidos han sido llamados a revisión para reemplazar los airbag defectuosos.

Pero los demandantes alegan que fabricantes sabían desde hace años, en el caso de Honda desde 1999, que los airbags tenían problemas.

A pesar de ello, Honda eligió instalar los airbags de Takata por su precio, inferior al de otras opciones.

La alegación contra los fabricantes se produce el mismo día que el fabricante japonés de airbags se declaró culpable ante un tribunal de Detroit (Michigan, EU) de defraudar a compañías de automóviles y a ciudadanos estadounidenses por instalar bolsas de aire defectuosas en unos 42 millones de vehículos en Estados Unidos.

La declaración es parte del acuerdo alcanzado el pasado 13 de enero de 2017 entre Takata y el Departamento de Justicia e incluye el pago por parte del fabricante de unos 1,000 millones de dólares en multas y compensaciones.



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